Un cubano finge ser Policía Nacional y DEA para estafar 32.000 euros

persona esposada
El estafador actuaba en la capital y municipios limítrofes, haciéndose pasar por agente encubierto de distintas agencias policiales extranjeras como la DEA.

Las Fuerzas de Seguridad han realizado una investigación y posterior captura del criminal cuando intentaba huir de España.

La Policía Nacional ha detenido en Sevilla (España) a un varón de origen cubano y nacionalidad española acusado de estafar más de 32.000 euros en la capital y municipios limítrofes haciéndose por agente encubierto de distintas agencias policiales extranjeras como la DEA norteamericana, dedicada al control de drogas, o la Policía Nacional de Perú.

En un comunicado, la Policía Nacional ha explicado que la investigación se inició tras una denuncia interpuesta por un familiar de una de las víctimas. Una vez realizadas las primeras gestiones, se comprobó que el detenido había hecho de estas estafas continuadas en el tiempo su modo de vida.

El patrón de actuación en todos los casos consistía en establecer una estrategia dividida en fases, que repetía en todas sus víctimas. Primeramente, localizaba a su posible víctima, la seleccionaba entre amistades de personas que ya conocía (que también creían que era un agente encubierto), para que así la víctima tuviera una referencia positiva y de confianza del ahora detenido. Además, lo hacía en localidades próximas a su lugar de residencia.

Policía de España
La policía indica que el delincuente llegó a estafar a cuatro familias.

Una vez establecido un primer contacto se presentaba como agente de distintas corporaciones, algunas reales y otras ficticias (DEA estadounidense, Policía Nacional de Perú, Fiscalía Internacional), mostraba documentación acreditativa de su pertenencia a tales organizaciones que era falsificada por él mismo y exhibía dos armas de fuego cortas.

Finalmente, el ahora detenido pasaba a formar parte del círculo íntimo de sus víctimas, llegando a establecer un alto grado de amistad y su entorno, y, en algunos casos, incluso mantuvo relaciones sentimentales con personas de la familia, obteniendo de esta manera una gran cantidad de información personal.

En este punto, el hombre intentaba averiguar algún problema que hubiese tenido la víctima con un tercero, empezando aquí la segunda parte de estrategia. Aprovechando toda esta información, el ahora detenido se hacía pasar por un grupo «mafioso» compuesto por rumanos, sudamericanos o vecinos de las «3.000», todos ellos supuestamente contratados por las personas con los que la víctima había tenido dicho enfrentamiento.

Para tal fin y conseguir más datos de carácter íntimo, llegó a hackear la cuenta de una conocida red social de una de sus víctimas. Igualmente, para hacer más real las amenazas, colocó en la puerta de los domicilios botellas con disolvente y elementos de pirotecnia y realizó pintadas intimidatorias y amenazantes, llegando a detonar dos artefactos pirotécnicos, simulando disparos de armas de fuego, para así incrementar el miedo y el estrés en su víctima.

Ya creada esta situación de pánico se presentaba como el «solucionador» de los problemas al ser un «experimentado agente policial». En ese momento, el detenido les facilitaba como posible solución que le entreguen una gran cantidad de dinero para comprar droga (alrededor de diez mil euros por víctima), implicar en un negocio de tráfico de estupefacientes a los extorsionadores ficticios y así bajo su condición de agente policial, poder detenerlos y expulsarlos del país o extraditarlos gracias a un acuerdo con la DEA. Una vez explotada la víctima, el detenido decía haber conseguido la expulsión del país de los «extorsionadores» y así cesaban las amenazas.

La detención

El operativo policial en torno a esta persona R.V.D., de 40 años de edad, culminó a finales del pasado enero, cuando los agentes le localizaron a bordo de su vehículo con todas sus pertenencias, mientras intentaba abandonar el país.

Hasta el momento los agentes han podido constatar que el ahora detenido llegó a estafar a cuatro familias más de 32.000 euros, no descartan nuevas denuncias por estos hechos.

Al detenido se le imputan los delitos de amenazas graves, estafa, falsedad documental, usurpación de funciones públicas, contra la seguridad vial, tenencia ilícita de armas y descubrimiento y revelación de secretos, ya pasó a disposición de la Autoridad Judicial, quien decretó una orden de alejamiento sobre todas sus víctimas y retirada del pasaporte ante el riesgo de fuga.

Esta investigación y operativo policial lo ha llevado a cabo el Grupo de Atracos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.