Los Influencers y sus Haters

Los Influencer y los hater
Los Influencer y los hater

Uno de los fenómenos sociales actuales que  ha estado llamando la atención de los psicólogos es la extraña convivencia mediática entre los llamados influencers y los haters.

Las redes sociales poco a poco han ido desplazando a la televisión abierta tradicional y a sus  contenidos, hacia otro tipo de programas mucho más cortos, de estilos casi infinitos, globales y que ofrecen interacción inmediata a gusto del consumidor. 

Con la globalización y su inmediatez, la información vuela, pero también lo hace la bondad o el gusto de los consumidores que en estos tiempos suele expresarse en likes.

El antiguo espectador-consumidor de la televisión de señal abierta, ha abandonado un formato estructurado por estudiosos expertos en comunicación y audiencias, quienes determinaban los gustos por ciertos contenidos, horarios y enfoques por un formato mucho más flexible, personalizable y cercano.

Este abandono se da en personas de todas las edades, pero las redes sociales resultan de un gran atractivo entre entre los más jóvenes (adolescentes y jóvenes adultos) y personas de mediana edad, quienes están vinculados muchas horas al día a dispositivos de comunicación de cualquier tipo y por variadas razones. Para colmo de males, algunas personas hemos presenciado la transformación de algunos medios tradicionales de fuentes de entretenimiento a instrumentos de propaganda política, lo que puede haber acelerado esta migración mediática

Sin entrar a analizar el fenómeno desde la perspectiva económica o comunicacional, resulta interesante, desde el punto de vista de la psicología social, el surgimiento de los llamados Influencers: personas comunes, como cualquier ciudadano de esta aldea global, quienes sin ser estrellas en cualquiera de los medios tradicionales (cine, teatro o televisión), han encontrado en las redes sociales plataformas perfectas para darse a conocer y ser reconocidos, al punto que algunos de ellos son verdaderos ídolos comunicacionales, creando estilos, marcas y productos para una industria que parecía ya no tener tanto espacio para la innovación.

Los Influencers exponen sus creaciones y hasta sus vidas, provocando reacciones ambivalentes en los espectadores-consumidores de sus productos.

Hay quienes se dedican a espacios muy variados, algunos solamente exhiben sus fortunas, otros destacan su origen humilde, otros son ex-estrellas de televisión que se reinventan para mantenerse en circulación, otros inclusive son niños y adolescentes con talentos diversos entre muchos otros estilos que resultaría muy largo enumerar en este espacio. 

Lo cierto es que algunos de ellos y sus productos, no necesariamente se erigen como modelos sociales y parecen no estar muy conscientes del poder mediático con el que han sido ungidos por su audiencia.

Por sus acciones son alabados o insultados, queridos o atacados, sacrificados o redimidos, bendecidos o satanizados.

Sin duda, detrás de algunos de ellos ya deben estar los expertos en comunicaciones de los medios antiguos, mutados en una especie de raza que ha ascendido al escalón evolutivo siguiente y se ha adaptado a la exigencia de los tiempos que corren.

Por otro lado, están los Haters. Un hater es una persona que está en la acera opuesta al Influencer.

Es un especialista en ver lo malo de cada contenido expuesto en las redes sociales para resaltarlo, en el mejor de los casos.

Este comportamiento en sí es parecido al de un censor, con la diferencia de que la persona detrás del hater generalmente se asume a sí mismo como alguien muy cercano a la vida del Influencer, cree conocer sus motivaciones y su comportamiento, sus intereses y valores, sus intenciones más recónditas y está convencido de que su misión en la vida es desenmascarar a una especie de farsante que provoca más daño que bienestar.

Vale la pena entonces, preguntarse si estamos en presencia de una nueva afección psicológica en dos direcciones: 

  1. Por un lado, un Influencer que a pesar de tomar la decisión de mediatizar su vida y sus productos, es incapaz de manejar de forma equilibrada la crítica de las mismas personas que le han conferido su tan anhelado título, hipersensibilizado ante las reacciones que no son de su agrado y que se percibe a sí mismo con el derecho de arremeter contra los demás, al menos verbalmente.
  2. En el otro extremo encontramos al Hater, quien teniendo el poder de decidir si hace viral o consume determinado contenido presentado en las redes sociales, se asume a sí mismo con el conocimiento suficiente de la vida pública y privada de una persona, para arremeter igualmente contra su humanidad e inclusive contra sus decisiones personales y su familia, al menos verbalmente.

Tanto Influencers como Haters son personas y las personas no somos perfectas.

Las redes sociales tienen entre otros, el poder de mostrar una vida perfecta e inaccesible para muchos, sobre todo aquellas que no necesariamente son reales, pero que pueden resultar muy atractivas para espectadores ingenuos.

Muchas personas no parecen darse cuenta de que estas “vidas” están estructuradas para ser expuestas, en consecuencia, al percibir como inalcanzable esa vida soñada, pueden sentirse frustrados, miserables, o desafortunados, sobre todo en contextos donde la realidad económica, social y política es muy dura. 

Los cambios traen consigo este tipo de dificultades colaterales. Así como la aparición de la televisión trajo consigo grandes desafíos, los actuales cambios en los medios de comunicación imponen especialmente desde una perspectiva psicológica, el estudio y el consenso de toda la sociedad, o al menos de quienes tenemos el deseo de dejar este mundo mejor de como lo encontramos

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Acerca de Carmen Nagy Tremaria 16 artículos
Venezolano-Húngara. 54 años. Residenciada en Budapest. Licenciada en Psicología (UCV). Especialista en Psicología de la Instrucción (UCV). Psicoterapeuta (28 años de experiencia). Enfoque cognitivo conductual. Ex docente universitaria de pre y post grado (UCV-Caracas, UPEL-IPC-Caracas, Colegios Universitarios-Caracas). Conferencista e investigadora en las áreas de familia y sexualidad adolescente, experiencia con grupos académicos, docentes, familias, niños y adolescentes. Grupos especialmente vulnerables. Scout y terapauta ad honorem en tiempos de pandemia para la Asociación Civil Venezolanos en Hungría (Budapest). Asesora e investigadora en Psicología de la Instrucción, Creadora del emprendimiento Psicomentorías, dedicada a la investigación y divulgación del conocimiento psicológico. Atención psicológica on line, con presencia en las redes sociales y sede actual en Budapest (Hungría). Redes: Psicomentorías (FB, IG, TG). Twitter: Carmen Cecilia Nagy Tremaria