La nueva normativa permitirá que los futuros especialistas dejen de pagar durante el proceso de formación sanitaria especializada e, incluso, perciban una remuneración.
Los médicos colombianos se vuelcan con la nueva Ley de Residencias. La normativa, que cambiará el modelo de formación sanitaria especializada de Colombia, promueve que los residentes no tengan que pagar a las universidades durante su proceso de especialización y que, al contrario, perciban unas remuneraciones por sus labores en el hospital. Es decir, un modelo similar al que actualmente existe en España.
Los estudiantes de Medicina y residentes no están solos. Varias asociaciones médicas se han unido para evitar el cobro de las residencias médicas por parte de las universidades que, en algunos casos, supera los 30 millones de pesos. La meta parece estar cerca, ya que el proyecto de ley 272 de Residencias Médicas remuneradas ya fue aprobado por la Cámara de Representantes y este martes será la votación en el Senado.
Los esfuerzos por promover la normativa se remontan a mayo de 2017, donde se aliaron a favor de modernizar el modelo formativo la Federación Médica Colombiana (Fmc), la Asociación Nacional de Internos y Residentes (Anir), la Asociación Colombiana Médica Estudiantil (Acome), la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame), la Asociación de Sociedades Científicas de Colombia (Ascemcol) y el Colegio Médico Colombiano.
«Desde hoy lunes estamos haciendo una Twitteratón para promover y motivar a los senadores a apoyarnos mañana en la votación del proyecto de ley. Queremos unificar la labor de los residentes, que son médicos graduados en formación de especialistas, porque Colombia es el único país donde deben pagar para trabajar gratis», explicó al diario colombiano El Espectador Miguel David Quintero, presidente en Bogotá de la Asociación Colombiana Médica Estudiantil.
Asimismo, ha agregado que «lo que estamos haciendo es quitarle a las universidades esa posición de ser parásitos para sacarle la plata a las familias de los residentes, que son médicos graduados, y que además con su trabajo son los que sostienen la vida de los hospitales todo el día, pero, especialmente, en las noches y los fines de semana. Entonces, cobrarles es una infamia».