Tras vencer en la moción de censura, el líder socialista asumirá las riendas de un país que cuenta con el mayor crecimiento de la UE, pero con una estructura aún poco sólida.
Pedro Sánchez ha logrado la meta que persiguió durante muchos años: la presidencia de España. Aunque no ha sido con los votos de unas elecciones generales, el líder del PSOE ha vencido en la moción de censura presentada en el Congreso de los Diputados, por lo que ha puesto punto final al mandato de Mariano Rajoy. El cambio del Gobierno llevará al cambio de las políticas económicas, un terreno delicado para el país europeo. Aún más, porque se pone en juego la delicada edificación de un sistema que ha ido solventando los desajustes generados por la crisis económica, así como permitido colocar a España como la nación con el crecimiento más alto de la Unión Europea.
La primera decisión económica del nuevo presidente ha sido moderada. Sánchez aseguró que no va a vetar ni a presentar ninguna enmienda parcial a los Presupuestos Generales del Estado de 2018 en su trámite en el Senado. En este sentido, respetarán el proyecto que ha presentado el Gobierno de Mariano Rajoy sólo hace unas semanas atrás. Si se cumplen con estas promesas iniciales y no se registran cambios de ningún tipo, se tiene previsto que el Senado apruebe los Presupuestos del Estado en el Pleno que dará inicio el 19 de junio, por lo que la votación final será entre el 20 y 21 del mismo mes, momento cuando las cuentas saldrían publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Ahora bien, no todas las políticas previstas por Sánchez parecen tener ese mismo tono de entendimiento. Por ejemplo, se prevé que la llegada al poder del partido socialista cambie las reglas del juego fiscal. En concreto, las propuestas económicas que estaban en el programa del actual presidente llevó a las elecciones generales que perdió hablaban de un aumento de los impuestos con especial hincapié en el sector empresarial y bancario.
La presión sobre el sector productivo podrá no solo ser fiscal. Es conocido que Sánchez está a favor en su política económica de limitar las inversiones realizadas entre las propias empresas españolas, sumado a un aumento en el control de las cúpulas ejecutivas de las compañías más grandes del país, así como la imposición de una representación del 40 por ciento femenino.
Aumento del gasto público
A pesar de las insistencias de Bruselas a favor de controlar el gasto público en España, las promesas del nuevo presidente apuntan en dirección contraria. Por ejemplo, afirmaba que “en 8 años situaremos el sistema educativo en nuestro país en las mejores cotas de la UE y con un nivel de inversión del 7 por ciento del PIB, es decir, por encima de la media europea”. Ahora bien, no será el único aspecto donde se prevé el incremento del gasto del Estado.
Si se observa el programa del PSOE, en su parte troncal, se proponen medidas que tendrán una repercusión directa sobre el gasto público. Algunas de ellas son la derogación de la actual Reforma Laboral, así como volver a vincular las pensiones al Índice del Precio al Consumidor (IPC).
Otra presión sobre el gasto público será el sector sanitario. Donde el nuevo presidente ha asegurado que “asumo ese compromiso como asumo también el compromiso de recuperar el carácter universal de nuestra sanidad pública, devolviendo a las personas que viven en España la atención sanitaria de la que fueron excluidos en abril de 2012”.
Empleo
El desempleo se ha convertido en la gran asignatura pendiente de la economía española. Tras años desde la oposición considerando desafortunada las medidas aplicadas, ahora será su turno para lograr la generación de puestos de trabajo, de calidad y que tomen en consideración a los grupos más perjudicados, como son los parados de larga duración, las personas mayores de 50 años y las mujeres.
Ante el reto del sector laboral, Sánchez ha asegurado que “sentaremos las bases para recuperar las hoy abandonadas políticas activas de empleo en un país que sufre el desempleo de larga duración, para elevar la cobertura de los desempleados, en especial de aquellos mayores de 50 años”.
Un currículo económico
Sánchez cuenta con una formación de perfil económico. El nuevo presidente de España, que se formó en Ciencias Económicas y Empresariales en el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial (centro universitario privado que está adscrito a la Universidad Complutense de Madrid), proviene de una familia vinculada con el sector financiero. No en vano, su padre es empresario y su madre fue funcionaria de la Seguridad Social.
Otra de su formación vinculada con el sector es el máster de Política Económica de la Unión Europea que cursó en la Universidad Libre de Bruselas, así como un Programa de Liderazgo para la Gestión Pública por la escuela de negocio IESE en colaboración con la Universidad de Navarra.
