Los datos de Nielsen reflejan que durante 2019, el gasto en alimentación subió un 2,4% respecto a 2018, reflejando compras más pequeñas pero más caras
El gasto en gran consumo en España ascendió a 89.000 millones de euros en 2019, una subida del 2,4 % respecto al año anterior, con compra cada vez más pequeñas pero más caras, según el informe de la consultora Nielsen sobre gasto en supermercados, hipermercados y comercio tradicional.
«Hace cinco años no era así, ahora en España estamos dispuestos a pagar más», ha explicado la responsable de Nielsen Celia Rodríguez, que ha agregado que en volumen las ventas cayeron un 0,3 %, mientras que los precios crecieron un 2,7 %.
Más que la inflación, el aumento del gasto en alimentación está vinculado con una cesta de la compra más «premium» y con referencias de mayor valor añadido, lo que se refleja en un crecimiento de las ventas de platos preparados, de cervezas especiales o panes con semillas, entre otros.
Las ventas en volumen de pescado y marisco se han desplomado casi un 5 %, afectadas por la «mala fama» del anisakis y la polémica con el mercurio, aunque compensadas en parte por el incremento registrado en congelado, y la compra de fruta y verdura también ha retrocedido entre un 3 y un 4 %.
Una característica del mercado español es que el consumidor opta por cestas de la compra cada vez más pequeñas pero acude con más asiduidad al supermercado, un formato «de proximidad» que supone ya tres cuartas partes de todas las ventas y que evoluciona al alza (+3,3 %) debido a la importancia que adquiere la cercanía cuando el 55 % de la población dice tener «menos tiempo» que antes.
Estas cifras contrastan con la caída de ventas en el comercio tradicional (-2,5 %) y el estancamiento del hipermercado (+0,3 %).
Desde Nielsen han destacado la pujanza del segmento especializado en el cuidado de las mascotas, ya que el 42 % de los hogares tienen perro o gato, y el gasto en las tiendas especializadas -sobre todo en comida- se disparó un 12 % y representa ya una quinta parte de todo el mercado.
En cuanto a las tendencias, la consultora detecta que los españoles están más dispuestos que la media europea a probar nuevas enseñas, les gusta experimentar nuevos productos y son menos fieles a las marcas.
Por encima de todos, el cambio cultural que más afecta al gasto en alimentación es la apuesta por salir menos y consumir más en casa, un fenómeno («cocooning» en inglés), que ha provocado que los españoles hagan ya de media casi seis comidas al mes con platos que no salen de sus fogones, sino que proceden de las áreas de comida lista para llevar de los supermercados o del envío a domicilio de restaurantes.
«Esta tendencia está muy vinculada a la incorporación de la tecnología», han precisado desde Nielsen, en alusión a operadores de reparto como Just Eat, Glovo o Deliveroo, entre otras aplicaciones digitales.
Las cifras de la hostelería confirman esta moda, con cerca de 2.000 cierres en 2019 según los datos de la consultora, un retroceso que se concentra sobre todo en los bares de copas y discotecas, y que se refleja igualmente en un descenso del consumo de bebidas en este canal.