El quiet quitting o renuncia silenciosa es un término que se ha popularizado en el mercado laboral durante los últimos años. Esta práctica consiste en que los trabajadores se limiten a realizar las tareas y dedicar las horas de trabajo estipuladas en su contrato y no aceptar otras, ya que sienten que, cuando lo han hecho, no han sido recompensados como es debido por parte de su compañía.
Según un estudio de Gallup publicado durante este año, el 59% de los empleados en todo el mundo realiza la práctica del quiet quitting y tan solo el 23% se sienten comprometidos con su empresa actual. El 18% restante realiza el denominado loud quitting, manifestando abiertamente su intención de abandonar la empresa.
Los empleados europeos son los que más practican el quiet quitting con un 72%, mientras que en Estados Unidos o Canadá lo realizan el 52%, en Asia el 59% y en Oriente Medio y el norte de África un 62%.
En cuanto a las tres medidas que tomarían los empleados que practican el quiet quitting para aumentar su compromiso, el 41% cambiaría la cultura de la empresa y la forma en cómo esta se relaciona y comunica con sus empleados, el 28% mejoraría las condiciones económicas y el 16% se centraría en el bienestar de los trabajadores en lo que a descanso, teletrabajo o salud se refiere.
Debido a las altas tasas de rotación en muchas empresas y al carente sentimiento de pertenencia que manifiestan muchos empleados, Steeple, la compañía desarrolladora del primer software de comunicación interna diseñado especialmente para empresas de sectores tradicionales, ha realizado una encuesta a compañías de nuestro país con el objetivo de conocer cuáles son sus fortalezas a la hora de atraer y aumentar el compromiso de sus empleados. En ella, el buen ambiente laboral (34%), la misión y valores de la compañía (16%) y su prestigio (13%) destacan como las principales virtudes.
En este contexto, Emilien Delile, country manager de Steeple en España, explica que “durante muchos años, las empresas han puesto el foco en buscar talento, sin preocuparse mucho, una vez conseguido, por su desarrollo y fidelización. La pandemia, los distintos confinamientos, y los empleados que han empezado a replantearse su vida de un día para el otro, han invertido un poco la relación de fuerza entre empleado y empresa. No solamente muchas personas han dejado su trabajo para cambiar de actividad, sino que además muchas otras han empezado a dar a la empresa lo mínimo indispensable para mantener su empleo.”
En esta tesitura, Delile afirma que “es crucial para la empresa entender lo que pasa, y sobre todo, actuar en consecuencia. Los empleados que se encuentran en situación de quiet quitting no lo hacen por placer o diversión, lo hacen porque consideran que es la respuesta justa a una situación en la que se encuentran. La clave para las empresas es actuar rápido y crear o recrear un espacio donde todos se sientan a gusto y tengan ganas de contribuir.”
Para lograr evitar que este tipo de prácticas continúen aumentando, el buen trato empleado, la valoración de sus logros y la preocupación por su bienestar se han convertido en tareas fundamentales a realizar por parte de las compañías.
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