La situación es más frecuente entre los trabajadores con un menor nivel de estudios, de acuerdo al estudio realizado por el Banco de España.
El 26% de los trabajadores no asalariados en España declaran iniciar un negocio por no disponer de otras opciones, por encima del 20% de la media europea y solo superado por Letonia, Portugal y Austria, según la Encuesta Europea de condiciones Laborales (EUCS, por sus siglas en inglés).
Así lo recoge el Banco de España (BDE) en su artículo analítico sobre ‘Caracterización del empleo no asalariado en España desde una perspectiva europea’, publicado en el que muestra que el empleo no asalariado es «muy heterogéneo» y comprende en la actualidad el 16% de los ocupados, tasa ligeramente superior a la media de la UE.
El Banco de España señala que en este colectivo están sobrerrepresentados, respecto a la estructura prevaleciente entre los asalariados, los hombres, los mayores de 50 años, las personas con un nivel de estudios bajos y las personas que ejercen su actividad en sectores tradicionales, como la agricultura, el comercio, el transporte y la hostelería.
Además, señala que en España la incidencia del empleo no asalariado económicamente dependiente de un sólo cliente es «relativamente moderada» respecto a lo que ocurre en otros países europeos, pero destaca la elevada incidencia de los empleados no asalariados que eligen trabajar por cuenta propia por necesidad, ante la falta de alternativas.
En detalle, un 26% de los trabajadores no asalariados declaran iniciar el negocio por no disponer de otras opciones, por encima de la media de la eurozona (20%). De hecho, este dato solo es superado por Letonia, Portugal y Austria.
La situación es más frecuente entre los trabajadores con un menor nivel de estudios, ya que en torno al 30% de los no asalariados con estudios bajos lo son por necesidad, en el caso de España el porcentaje se sitúa en torno al 60% de los jóvenes no asalariados.
Asimismo, el porcentaje de autónomos que depende de un único cliente en la eurozona oscila entre el 5% de los Países Bajos y el 40% de Portugal, mientras que España se sitúa por debajo de la media europea, con un 12% del total de empleo no asalariado económicamente dependiente.
En general, se trata de un fenómeno que prevalece entre los trabajadores con un menor nivel de estudios (25%) y en el sector de la agricultura (40%).
Según la Encuesta de Población Activa, en el cuarto trimestre de 2018 había 3,1 millones de trabajadores no asalariados o por cuenta propia en España, cifra similar a la recogida a los registros legales de la Seguridad Social, lo que equivale a un 15,9% del total de la ocupación.
El artículo del Banco de España explica que en los últimos 55 años se ha reducido casi en 30 puntos porcentuales la tasa de empleo no asalariado, hasta colocarse tan solo a dos puntos por encima de la prevalencia en Europa.
Esto se debe a las «crecientes oportunidades» que surgieron en España a la hora de encontrar un trabajo como asalariado a medida que la estructura productiva del país se transformaba e iba ganando peso la industria y, sobre todo, los servicios, en detrimento de la agricultura.
La reducción del empleo no asalariado ha venido explicada por la paulatina caída del número de trabajadores autónomos, cuya tasa se situó en el 10,9% en 2017, un punto porcentual por encima de la tasa europea. Al contrario que en España, la tasa de autónomos en Europa presentó una muy ligera tendencia al alza a lo largo de los últimos veinte años.
Por otro lado, durante todo este período la tasa de empleadores ha permanecido relativamente constante en España (alrededor del 5%), mientras que en Europa ha ido decreciendo, desde el 5,5% hasta algo menos del 4,5%. De esta forma, desde mediados de la década de 2000 la tasa de empleadores en España también se situó por encima de la europea casi un punto porcentual.
Por países, en 2017 solo Grecia e Italia registraron tasas de empleo no asalariado superiores al 20%. En España, Portugal, los Países Bajos e Irlanda dichas tasas se situaron en torno al 15%, media de la eurozona. En el extremo contrario se encuentran Alemania, Austria y Francia, con tasas de empleo no asalariado de en torno al 10%
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