La nutricionista clínico reconoce que la nutrición en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) sigue generando una gran controversia entre sus pro y contras.
El autismo afecta a más de 70 millones de personas en el mundo. La condición, que es más común que los casos de cáncer infantil, diabetes y SIDA, aún genera grandes dudas sobre cuáles son las causas que lo generan, así como posibles curas o tratamientos. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que cambios en el hábito de la alimentación generan grandes beneficios para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La nutricionista clínico Rosisella Puglisi se ha especializado en el análisis y creación de una dieta que ayude a reducir los efectos del Trastorno del Espectro Autista (TEA), en especial entre los más pequeños. Tras egresar de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la joven venezolana continúo sus estudios con un máster en Nutrición Clínica en Roma, así como dos especialidades en la Universidad Navarra y en la Universidad de Barcelona.
“La alimentación en autismo es el área más polémica y discutida. Existen grupos pro dieta y grupos en contra de las dietas en el autismo. La evidencia científica nos demuestra grandes beneficios y la mayor parte de las madres buscan información y formación para saber qué alimentos perjudican en la condición y cuáles por el contrario son beneficiosos”, apunta Puglisi a IberoEconomía.
Con el objetivo de ayudar a las madres de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), la nutricionista clínico ha publicado el Ebook ‘Guía Nutricional en Autismo. Todo lo que debemos saber sobre nutrición y autismo’. Una obra que está diseñada para “guiar en el proceso a padres, familiares, docentes cuidadores y personal que labore en el ámbito del autismo. Siempre a partir de estudios científicos y Medicina basada en la evidencia”, precisa Puglisi.
La ciencia en cada plato
Para la joven venezolana “la alimentación del niño con autismo debe ser planificada y seguida por un nutricionista especializado en el área, con el fin de garantizar un adecuado crecimiento, estado nutricional, salud intestinal, y suplementación personalizada”.
Por ejemplo, Puglisi advierte que una investigación realizada por investigadores del Hospital Mass General Infantil y de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins han encontrado evidencias que el tratamiento diario con sulforafano (una molécula que se encuentra en alimentos como el brócoli, la coliflor y col) puede mejorar algunos síntomas de espectro autista.
Sin embargo, no es el único aspecto a conocer. La nutricionista clínico afirma que “la alimentación del niño con autismo debe ser rica en prebióticos y probióticos, con el fin de mantener un equilibrio entre las bacteria benéficas y no benéficas del intestino, y evitar de este modo la tan temida disbiosis intestinal tan característica en la condición”.