La semana pasada fue apresado nuevamente y después de dos años Hugo Armando Carvajal Barrios, mejor conocido en los bajos fondos como el Pollo Carvajal, ex jefe de contra inteligencia del régimen de Hugo Chávez Frías.
El episodio no deja de llamar la atención por todas las dudas que arrastra el caso y por las que plantea de cara al futuro próximo.
El pollo fue arrestado la semana pasada en la madrileña zona de Arturo Soria, estamos hablando de principios de septiembre; sin embargo, hay un informe de la DEA, fechado en junio de este año, dando la información sobre el paradero de Hugo Carvajal en Madrid y solicitando colaboración para que la policía nacional realizara el arresto pero ¿le tomó a la policía casi tres meses confirmar la información del informe y realizar el arresto?.
Personalmente creo que no, lo más seguro es que estuviera fugado pero no «perdido».
Carvajal era requerido por Estados Unidos por su implicación en varios procesos delictivos; entre ellos, el querer introducir de forma constante ingentes cantidades de drogas al territorio norteamericano.
En un principio se rechazó la extradición porque según el magistrado de aquel entonces -el señor Alfonso Guevara-, la solicitud estaba basada en argumentos políticos.
A las pocas horas, EEUU lanza la indirecta de posibles sanciones a España y mágicamente se decide en otra instancia que sí, que se aprueba la extradición, incluso, el Consejo de Ministros ratifica la extradición, pero claro, cuando la policía va a buscar al pollo, éste ya no se encontraba en el domicilio.
En esta ocasión, la solicitud de extradición fue denegada por -casualmente- el mismo juez que la denegó la primera vez, basado en que los abogados del pollo solicitaron que antes de la posible extradición se decidiera sobre una solicitud de asilo político introducida hace ya dos años y, la ley determina que, hasta que no se decida sobre la solicitud de asilo, cualquier proceso de extradición queda suspendido.
Como la mayoría de los delincuentes -que se saben culpables- cuando Carvajal ve que las cirugías, las pelucas, los petitorios y las declaraciones públicas haciéndose la víctima, no logran salvarlo del destino que merecidamente le espera, termina amenazando y chantajeando a todo aquel que pueda «ayudarlo» a conseguir sus objetivos.
De acuerdo al diario digital Libertad Digital, el pollo habría dicho algo así como que si lo extraditaban, iba a contar todo lo que sabía y que esa información arrastraría a altos cargos del PSOE y de PODEMOS, así como de otros países.
No me extraña un ápice, ya que la complicidad y cercanía del PSOE, de PODEMOS así como de distintos miembros de distintos países con el régimen chavista es algo que se ha denunciado miles de veces, recuerden que es el bufete de abogados del ex juez Baltazar Garzón -muy cercano al gobierno de Sánchez-, el que defiende a Álex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro, apresado en Cabo Verde y con solicitud de extradición -también-, solicitada por Estados Unidos -también-.
Y cuidado, porque uno dice PSOE y PODEMOS, pero estoy seguro que los independentistas, nacionalistas y herederos de terroristas posiblemente también tengan su capítulo escrito en el libro de historias del pollo Carvajal.
Este es un caso al que se le ha dado tratamiento político directamente, por eso el tira y encoge del primer intento de negociación, donde por cosas del destino, el pollo desaparece; cuidando así que no llegase a EEUU y de paso, evitando las posibles sanciones, fue preferible hacer pasar por ineptas a las instituciones antes que asumir las responsabilidades que pudieran derivar de la extradición de Hugo Carvajal.
Pero ¿qué hará el gobierno socialista del siglo XXI español?.
Por un lado, el señor Sánchez acaba de alardear mucho sobre su estrecha relación con el gobierno de Joe Biden, con motivo del recibimiento de miles de refugiados en España luego de la apresurada salida de los países occidentales de Afganistán. Esto, aunado al apoyo de los EEUU a Marruecos en el tema del Sáhara occidental, le meten presión al asunto a favor de la extradición.
Por otro lado, Hugo Carvajal fue jefe de servicios de contrainteligencia durante el periodo de bonanza económica chavista, una época donde seguro tuvo acceso a muchos contactos dentro de muchos gobiernos -incluido el español- lo que supone que tenga información de primera mano sobre posibles casos de corrupción; esto obviamente, es un aliciente para aprobar el asilo y no extraditarlo.
Por último, puede hacerse el loco como la última vez, y dejar que pasen dos años más sin decidir sobre su solicitud de asilo pero, esto sería un ataque a la democracia, a los valores que la sostienen y en general, a la inteligencia de las personas, sería lo mismo a otorgarle el asilo y evitar su extradición, pero tratando de quedar bien con unos y otros.
Esperemos que prive el amor a la libertad y a la justicia y no sucumban las instituciones ante los pies del chantaje y las amenazas de nadie. Caiga quien caiga.