Cuando alguien nace en cualquier localidad, en el registro civil, DNI etc., siempre figurará ese lugar como su origen y por ende, se podrá llegar a considerar V.gr Zamorano, Vasco etc.. Pues en la práctica esto parece, a todos los efectos legales que no es así. Porque, actualmente, el lugar de empadronamiento es prevalente ante lo anterior. Y de este modo, ocurre que en realidad, lo del nacimiento, haberse criado en ese lugar, incluso que sus antepasados sean de ahí, queda relegado al terreno tan sólo de los sentimientos. Y si alguien cuando regresa a su pueblo ya no es considerado como uno más de ahí, entonces en realidad, ¿ De dónde es ?. Pues si haber estado empadronado en otro lugar te impide ser considerado como un ciudadano del lugar de nacimiento, a todos los efectos legales, se puede decir que ya no eres andaluz, madrileño etc. y dicho lugar, no tiene consideración legal alguna.
Convendría hacer una reflexión sobre todo esto. Porque se da el caso que cuando retornas a tu «pueblo» si, por poner un ejemplo, en orden a fijar ideas, quieres acceder a cualquier «subvención», tienes que estar empadronado ahí el mismo tiempo que es exigido a cualquier persona que sea de fuera y que incluso haya venido sin ningún tipo de arraigo, ni de conocimiento del lugar donde se encuentra. Y este trato donde a alguien originario de ahí e incluso teniendo sus antepasados radicados desde tiempo inmemorial ahí, es algo difícilmente incomprensible y que no se debería aceptar.
Los legisladores deberían de subsanar esta paradoja perversa con la inmediatez oportuna, ya que así es difícil poder entender que uno cuando sale de su pueblo ya no se puede considerar catalán, gallego etc..
JOSU IMANOL DELGADO y UGARTE.
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