Una de las realidades políticas más complejas y calamitosas hoy en día a nivel mundial es la crisis humanitaria que afronta Venezuela.

En 1999, Venezuela dejó de dar trompicones por un barranco de corrupción, anti política, frustración social y estancamiento económico para; literalmente, lanzarse al vacío por el acantilado de la calamidad social que se vive hoy en día.

Chávez y su grupo lo entendieron bien, la estrategia era clara, llevar a los cuadros o sociedad democrática del país a batallar en su campo particular, un campo donde las reglas no eran las establecidas, donde no había condiciones ni garantías de ningún tipo para el cumplimiento de acuerdos que no beneficiaran a quienes detentaba el poder.

Después de la torta del once de Abril, ya en el papel de víctimas consagradas, el gobierno a velocidad de crucero y viendo las debilidades que todavía tenía, realizó cambios profundos en la administración pública y sobre todo, en las fuerzas armadas y resto de cuerpos de seguridad del estado.

Identificados a estas alturas los enemigos internos, faltaba identificar a los externos y dado su acercamiento con Fidel Castro, el enemigo estaba claro, los Estados Unidos de Norteamérica. Dados los recursos naturales y la posición geográfica de Venezuela, era necesario identificar a unos aliados de peso dentro de la escena internacional; es así como Chávez inicia -además de con Cuba- acercamientos con Rusia, China e Irán, además de con guerrillas colombianas como las FARC y el ELN y personas relacionadas con ETA y HEZBOLAH. Es aquí donde se sella la actual situación de Venezuela en el ámbito de las relaciones internaciones.

Las fechas de estos acercamientos, varían dependiendo del país o grupo, de la realidad del momento y de los intereses o necesidades del régimen chavista, pero lo cierto es que al dejar que otros países tuvieran intereses particulares dentro de nuestras fronteras, Venezuela dejó de ser libre de poder escoger su propio futuro o definir su destino.

Y aunque se pueda decir que antes de los rusos, chinos y compañía, estaban los norteamericanos, la historia ha demostrado que es preferible depender de Estados Unidos que de China o Rusia. Lo cierto es que al haber tantos actores y con tantos intereses, sobre todo el de los cárteles de drogas, minería ilegal y pare usted de contar, sumado al perfil de los personajes que están gobernando Venezuela, es difícil creer en un nuevo proceso de negociaciones.

Por supuesto que es necesario que entren la vacunas contra el COVID, por supuesto que es necesario detener el éxodo de personas que huyen de Venezuela y que casi llega a los seis millones de personas, por supuesto que es necesario detener la muerte de niños y ancianos por hambre y enfermedades pero, también es verdad que no es posible negociar con aquellos que no sólo no han querido evitar que estas calamidades estén sucediendo, sino que son los causantes intencionales de esta tragedia.

Si estas personas fueron capaces de llegar a estos extremos para llegar y mantenerse en el poder, ¿de verdad creemos que van a aceptar negociaciones para unas elecciones libres y un gobierno de transición? Porque el cese de la usurpación ya no se vislumbra en el panorama sino después de las elecciones libres y si acaso…

El que las intenciones sean buenas, no quiere decir que sean las correctas, las negociaciones ya se han intentado en varias oportunidades, ciertamente sin el apoyo de Estados Unidos, pero recordemos que todavía no están del todo ganados a la idea, y que con el gobierno de España, es decir, Sánchez, Borrel, Zapatero y camaradas no podemos ni debemos confiar porque no les interesa el futuro real de Venezuela, sólo su apaciguamiento, y yo me pregunto, ¿acaso no es lo que buscan todos? para que dejemos de ser una molestia internacional, a riesgo de convertirnos en otra Cuba, donde no importa mucho lo que pase siempre y cuando casi nadie se entere.

Toda lucha por la libertad es válida, pero debe existir una estrategia, en conjunto, de todos, con todas las opciones sobre la mesa y para aquellos iluminados anti sanciones, recuerden que gracias a las sanciones es que la dictadura se está planteando negociar, no es gracias a la presión de Borrel, a la influencia de Zapatero ni a las habilidades negociadoras de otros. Dejemos de lavarle la cara a unos criminales y más aún dejemos de permitir que otros intenten lavársela.

“Quien se humilla para evitar la guerra,
se queda con la humillación y con la guerra”
Winston Churchill

https://iberoeconomia.es/opinion/la-leccion-de-madrid-al-socialismos-del-siglo-xxi-espanol/