Recientemente 2 informes coinciden en reconocer al coronavirus como una pandemia con rostro urbano, pues cómo lo afirma el Secretario General de la ONU[1], las zonas urbanas han sido la zona cero del virus con el 90% de los casos o bien como lo específica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) 1.500 ciudades del mundo concentran los casos de covid-19[2].
Cuando hablamos de las zonas urbanas, tenemos que pensar en nuestras ciudades, y al hacerlo valorar entonces el papel que han tenido los Ayuntamientos en el manejo de la crisis provocada por el coronavirus.
Importante destacar que los gobiernos locales a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han insistido en distintas oportunidades su deseo a ser reconocidos en el manejo de la crisis sanitaria como actores políticos para la toma de decisiones y han expresado su aspiración de ser parte de la reconstrucción de España.
Más allá de la ratificación a las medidas contenidas en el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, tal y como lo expresa su disposición final primera, las entidades locales no han sido parte del modelo de cogobernanza diseñado por el gobierno español para enfrentar el proceso de desconfinamiento para llegar a una nueva normalidad, lo que no quiere decir que no haya sido un actor clave para garantizar la eficacia y efectividad de las medidas adoptadas durante y después del estado de alarma.
Pero la participación de los gobiernos locales en la reconstrucción de España logra ser más efectiva a través de la aprobación formal de acuerdos para la reactivación social y económica de las distintas ciudades del país; en ese sentido, es oportuno destacar 3 casos a los cuales pude hacer seguimiento y que se caracterizaron por desarrollar una estrategia de participación ciudadana en la cual distintos actores sociales lograron opinar sobre los efectos del coronavirus en la ciudad y plantear posibles soluciones.
Uno de esos casos fue el Ayuntamiento de Zaragoza, que el pasado 5 de junio 2020, a través del Pleno, logró aprobar un documento denominado Acuerdo por el futuro de Zaragoza, con 286 medidas concretas en distintas áreas para reactivar social y económicamente la ciudad.
El otro ejemplo es el Ayuntamiento de Valéncia, que el 7 de julio 2020, a través de su Pleno aprobó un documento titulado: Acuerdo para la recuperación y reactivación de Valéncia en el contexto post-covid19; que contiene 100 medidas para reactivar Valéncia.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Madrid, con el voto unánime de todos los grupos políticos que participan en el Pleno de Madrid aprobaron el 7 de julio 2020 un documento calificado como “provisional” titulado Acuerdos de la Villa, que registra 352 medidas para reactivar Madrid.
La participación ciudadana estuvo presente en estos tres casos, en el primero un grupo de actores sociales fueron reconocidos expresamente como miembros permanentes de la Comisión especial no permanente denominada: Futuro Zaragoza; en el caso de Valéncia, por 3 días en distintas semanas, las autoridades locales integrantes de una Comisión especial no permanente, fueron receptores de las propuestas e ideas y también de las reflexiones de múltiples actores de la sociedad valenciana para luego ser procesadas y algunas de ellas aprobadas por el Pleno y por último, el Ayuntamiento de Madrid diseñó varias mesas de trabajo y el Pleno designó a actores de la sociedad civil para que según su perfil contribuyeran en una de las mesas temáticas diseñadas, las conclusiones de esas mesas fueron procesadas y debatidas por el pleno para luego ser aprobadas por unanimidad.
Es importante advertir que no son los únicos casos, Barcelona está concluyendo su proceso de construir un Pacto por Barcelona, el Ayuntamiento de Sevilla tiene su plan de reactivación social y económico, así como también lo aprobó el Ayuntamiento de Alcobendas, pero en un universo tan grande, integrado por mas de 8.000 municipios no resulta fácil en pocas líneas reflejar la realidad de todos, lo que si es posible afirmar que las ciudades que poseen más de 500.000 habitantes cuentan con sus respectivos acuerdos.
¿Qué contienen esos Acuerdos y/o Planes?, ¿Cuántos recursos financieros necesitará para su ejecución?, ¿Qué efectos del covid-19 enfrenta con prioridad las acciones previstas en esos planes? son algunas preguntas que las autoridades locales deberían responder a sus vecinos, con la misma eficiencia con la que utilizaron la tecnología para orientar e informar sobre el Coronavirus y las medidas adoptadas localmente para lograr frenar su avance.
Informar y compartir esa información, con el respaldo de un proceso transparente e incluyente de debates realizados, hayan sido éstos virtuales o presenciales, representa un elemento político de gran valor para enfrentar la incertidumbre en la población y sembrar la confianza en las instituciones y sus autoridades a través de las acciones asumidas para superar los efectos sociales y económicos del covid-19, con ello se logra sin duda alguna fortalecer y mantener niveles adecuados de cohesión social que además, son necesarios para transitar la hoja de ruta que nos lleve con la mayor armonía posible a una normalidad más segura y protegida contra el Covid-19.
[1] ONU. El impacto de la pandemia en las ciudades. Recuperado el 12 de agosto 2020. Online en: https://www.un.org/es/coronavirus/articles/covid-19-urban-world
[2] BID. ¿Cómo se están preparando las ciudades de América Latina y el Caribe para una reapertura ante le Covid-19?. 2020. Página 125. Online en: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Como-se-est%C3%A1n-preparando-las-ciudades-de-America-Latina-y-El-Caribe-para-una-reapertura-ante-el-COVID-19.pdf
Acuerdo FEMP-Gobierno español: peligroso antecedente para la autonomía municipal