Participar en los asuntos públicos es un derecho y una responsabilidad cívica, en consecuencia, la sociedad civil española está llamada a valorar el contenido y alcance del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española, que fue presentado por el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez a inicios del mes de octubre.
Como bien dice el documento que se hizo público en las redes el pasado 7 de octubre 2020, el Plan es una “hoja de ruta para la modernización de la economía española, la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo, para la reconstrucción económica sólida, inclusiva y resiliente tras la crisis de la Covid, y para responder a los retos de la próxima década.”
Por lo tanto si es una hoja de ruta para toda la sociedad española resulta fundamental evaluar cómo ese Plan puede servir de herramienta para mantener la cohesión social necesaria a los fines de enfrentar los desafíos más inmediatos heredados de la pandemia.
El Plan que servirá de respaldo para el Fondo de Reconstrucción Europeo, plantea ser desarrollado entre el 2021 y 2023, y propone una visión de una España que luego de leer el contenido del Plan deja la sensación que el tiempo es corto para la visión de país allí propuesta.
¿Cuál es la España que propone el Plan?
Nos debemos preguntar para poder valorar las decisiones y acciones que se tomarán en lo sucesivo, evaluando los avances y velando porque en su ejecución, nadie se quede atrás, como bien dice la Organización de Naciones Unidas.
El Plan nos plantea una España próspera y resiliente, que mantiene un crecimiento duradero, robusto, inclusivo y sostenible, que genera empleo estable y de calidad y que sitúa en el centro de la política económica la reducción de las desigualdades sociales y de género y la erradicación de la pobreza en todo el territorio, en sus zonas urbanas y rurales.
Ese texto nos brinda una visión que integra lo social y lo económico, que sin duda representa un sueño compartido de muchos españoles, y que permitiría desde su contenido alimentar esos valores que hoy mantienen unida a la sociedad española, y enfrentar con mayor efectividad la incertidumbre propia de esta crisis que ha irrumpido el orden social y económico de la sociedad en general.
El Plan complementa esa visión, planteándonos una España en donde la competitividad sea parte de la dinámica propia del sector empresarial, industrial y de los demás sectores estratégicos, de manera que contribuyan de manera efectiva a garantizar la generación de nuevos empleos dignos, estables y de calidad, así como la capacidad de impulsar nuevos modelos de negocios y de innovación social.
Así mismo, se plantea una España comprometida con la transición hacia una economía circular, con la eficiencia energética, con la adaptación y resiliencia frente al cambio climático, y con acelerar la transformación tecnológica y digital que impulse a la ciencia y la IDH como elementos claves para el fomento de la productividad.
También se plantea una España comprometida con la excelencia, universalidad y equidad educativa, en donde la cultura, sea señal de identidad imperecedera, espejo y fuente de aprendizaje, que promocione sus valores, y defienda el patrimonio histórico-artístico y el acervo cultural, material e inmaterial de los territorios, especialmente en aquellas zonas que se enfrentan al abandono y la despoblación.
El Plan busca una España con ciudades saludables, mediante la rehabilitación urbanística, la movilidad sostenible y la garantía de conectividad física de las personas que viven en las zonas más despobladas, remotas o dispersas; así mismo plantea una España que aborda con decisión el reto demográfico para garantizar la cohesión territorial.
El Plan propone una España que apuesta por las personas, apoya y protege a los trabajadores autónomos, asi como también a los más vulnerables desde el enfoque de igualdad de derechos, que afronta la brecha de género, y que cree en la juventud brindándoles oportunidades diversas.
Por último se plantea una España con Administraciones Públicas que respondan con calidad y eficiencia a las ciudadanos mediante la accesibilidad y una rápida capacidad de repuesta.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española, debe transformarse de un documento oficial a un instrumento efectivo para enfrentar la incertidumbre actual y mantener los niveles adecuados de cohesión social que permitan recorrer la hoja de ruta de la recuperación con la mayor convivencia y colaboración posible.
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