«El futuro no es el lugar al que nos dirigimos, sino uno que estamos creando. Por eso las sendas no se encuentran, sino que se construyen. Y el hecho de construirlas cambia tanto al constructor como su destino final.” John Schaar, profesor emérito de la Universidad de California.
Estas palabras del profesor Schaar son oportunas para preguntarnos si estamos conscientes del futuro que estamos construyendo, más aún cuando el sexto informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático presentado en agosto 2021, fue categórico al reiterar, pero ahora de manera indiscutible, el origen humano del cambio climático.
El hecho que ahora el IPCC afirme que hay suficientes elementos que confirman nuestra responsabilidad en el cambio climático, me lleva a recordar la invitación del año 2015 de la Encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común, para impulsar un necesario diálogo sobre la forma como estamos construyendo el futuro.
Ese año, 2015, no solo se presentó la Encíclica mencionada, sino que además, en el último semestre se aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y el Acuerdo de París, todos ellos, abordaron entre sus temas el problema del cambio climático, por su puesto desde sus dimensiones respectivas.
Pues el diálogo y debate internacional sobre el cambio climático encuentra en la Conferencia de Glasgow, una oportunidad para reafirmar el compromiso político e institucional de los Estados con las metas previstas en el Acuerdo de París.
El 6to informe del IPCC, para quienes no somos expertos en el tema, nos advierte que estamos ante una realidad que no puede ser ignorada, ante una amenaza que dejó de ser una preocupación de algunas organizaciones mundiales o grupos ambientales, para pasar a ser un fenómeno que está alterando o modificando la realidad climática en todas las regiones del mundo.
Ya no es un fenómeno que impacta las costas en algunos países, se trata de la causa de muchos otros fenómenos climáticos que demandan respuestas institucionales oportunas y una sociedad conscientes que nuestra relación con el medioambiente tiene que ser revisada a los fines de contribuir con la lucha contra cambio climático.
Aún cuando el Informe del IPCC 2021 habla de efectos irreversibles, sostiene que todavía hay oportunidad para frenar algunos efectos del cambio climático, pero advierte que ello, es necesario una rápida y drástica reducción de los gases de efecto invernadero.
Sin duda, aún cuando algunos quieran negar el cambio climático, la realidad nos está exigiendo una respuesta como individuos, en un tiempo en el cual se nos viene advirtiendo que los recursos del Planeta son finitos y el modelo económico dejó de ser sustentable.
El llamado que el IPCC ha hecho a los gobiernos y que sin duda, se extiende a nosotros, consiste en revisar nuestro comportamiento diario a los fines de buscar reducir con nuestras acciones la emisión de gases de efecto invernadero.
Es así como algunos gobiernos han impulsado medidas de una movilidad sostenible, a través del uso de la bicicleta, o de una estrategia de promoción de la producción y el consumo a nivel local o de proximidad; así mismo, en esas acciones las empresas e industrias, junto a los gobiernos impulsan desde sus ámbitos de acción el modelo de economía circular.
La pandemia de la Covid-19, nos ha demostrado que las soluciones técnicas y políticas son insuficientes si no se acompañan de una respuesta individual que concrete nuestro compromiso en asumir conductas o comportamientos que nos convierta en actores de la solución y constructores de sostenibilidad en lugar de ser parte del problema.
“La forma como usamos y reutilizamos los productos puede representar hasta un 45% de las reducciones de emisiones que necesitamos”, afirmó Carolina Schmidt, Ministra de Medio Ambiente de Chile y en ese momento presidenta de la COP25, que en el Foro Mundial de Economía Circular + Cambio Climático celebrado en abril 2021.
En ese Foro se reconoció a la economía circular como “un factor determinante para lograr los objetivos climáticos” y una “parte inextricable de la solución” al calentamiento global[2].
En consecuencia, ese reconocimiento nos lleva a afirmar que que convirtiéndonos en consumidores responsables o fortaleciendo nuestro comportamiento como
, lograremos contribuir de manera efectiva en la lucha contra el cambio climático.
ECCos de Paz en las próximas semanas y durante estos últimos meses del año, quiere servir de espacio para la reflexión sobre el rol del consumidor responsable en estos tiempos que vivimos, queremos que juntos podamos comprender cuál es nuestra responsabilidad y ante quién somos responsables.
El cambio climático y la economía circular son temas de la agenda política global, nacional, regional o autonómica y local, en consecuencia, ¿será también parte de nuestra agenda personal?.
¿Cuál es el futuro que estamos construyendo?