Muchos titulares y medios en España registran noticias sobre la economía circular y la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Con relación a la primera, en el 2020 se aprobó la Estrategia Española de Economía Circular, justo en en medio del confinamiento, y recientemente se consultó el Plan Nacional de Acción en esta materia; en el caso de la Ley mencionada, el 6 de abril el Congreso aprobó el proyecto de ley y ahora se espera por el visto bueno del Senado.
No cabe duda que el Gobierno de España en el marco de la crisis sanitaria se ha ocupado en impulsar estos dos temas, complejos y sensibles, que abordan de manera directa la relación de los individuos con la naturaleza y que diseñan medidas que exigen de parte de las empresas, industrias, administración pública y ciudadanía una profunda reflexión sobre su propia dinámica operativa, productiva y que demanda una revisión de los hábitos de consumo de todos.
Cambio climático y economía circular, dos piezas importantes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, el cual se presenta como una hoja de ruta de un proyecto de país que no logra cohesionar a todos los grupos políticos que hacen vida en el Parlamento.
Y en ese sentido, es importante destacar que la Ley de Cambio Climático y Transición Energética no logró ser aprobada en el Congreso por consenso, tal y como aspiraba que sucediera la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, según entrevista realizada en el 2020.
VOX se abstuvo en la votación, el PP y Mas País votaron en contra por lo que logro una mayoría que advierte sobre las dificultades que tendrá el Gobierno para desarrollar el contenido de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la cual ha recibido críticas argumentando que hubo poco tiempo para el debate sobre la Ley y distintos sectores, para el Grupo Popular, el contenido es deficiente, para un reportaje en el El País, la Ley es una “carta de intenciones” y para la Unión Sindical Obrera (USO) le hace falta más ambición.
¿Y ahora qué?. Para la sociedad en general no queda más que revisar el contenido de la Ley tan pronto se apruebe de manera definitiva y valorar si el mismo es realmente insuficiente o deficiente como se critica, tomando como referencia, la meta de alcanzar en el 2050 la neutralidad climática en España.
Ahora bien, el proceso de valorar el contenido de la Ley y con ella, el aporte que brinda para reforzar la cultura circular, por parte de la sociedad en general es fundamental, porque esa meta no será posible si la ciudadanía no se compromete junto a empresarios e industriales y funcionarios públicos de asumir esos nuevos comportamientos y hábitos que harán posible esa neutralidad climática.
El Gobierno busca con fondos Next Generation para la recuperación de Europa la oportunidad de un cambio; la ciudadanía también busca un cambio, pero no estoy seguro si ambos actores están claros en las expectativas a corto, mediano y largo plazo para comprender si ambos están hablando del mismo cambio.
¿Está la ciudadanía consciente de su corresponsabilidad en la sostenibilidad del cambio hacia la cultura circular y en el desafío de frenar los efectos del cambio climático?.
¿Cómo se conecta la ciudadanía con estos dos temas y quién está haciendo la labor de acercarlos al ciudadano para preservar la cohesión social necesaria para enfrentar los desafíos que nos presenta la recuperación post covid?.
https://iberoeconomia.es/opinion/avanzan-consultas-publicas-en-economia-circular/