Está claro que si en este camino del emprendimiento, sea cual sea tu campo, muchas veces te sientes como “el quijote del emprendimiento” vas por un buen camino, al menos así lo veo.
No está demás decir que, si no eres tildado de loco antes de que tus ideas funcionen, quizá no sean la gran cosa. Y es que emprender no está nada fácil en un mundo amoldado al estatus y seguridad que brinda un empleo estable (convencional).
Por eso, es importante que hablaremos del “molino de viento del emprendedor”, de su sólida base y de las cuatro aspas que lo impulsan.
La base: Este molino está construido sobre la base mas sólida que puede existir en la historia de un empresario: la decisión de emprender a toda costa; porque aun sabiendo que todo primer emprendimiento o intento de tal siempre muere, el emprendedor debe siempre tener la convicción que ese es su camino hacia el éxito. Después de todo, para ganar una guerra siempre es necesario perder algunas batallas.
Primera aspa: Tener las metas claras. Innegable es el hecho de que, si algo ha de pasar en el mundo real, ha de pasar primero en tu cabeza. Tener las metas claras es primordial para iniciar una empresa o negocio, ya que esto marca el rumbo que hemos de tomar para el cumplimiento de las mismas. Cabe destacar que para tener las metas claras no es necesario haber dado inicio al proyecto; por el contrario, no se debe iniciar uno sin tener las metas ya definidas.
Segunda aspa: Ser visionario. Es una característica indispensable de todo emprendedor, ya que la visión permite estar preparado ante cualquier escenario, aun en esos que no son tan alentadores, ya que así, podemos prevenir cualquier situación adversa. De no ser así, la visión nos ayuda a tener una capacidad de reacción casi automática ante estas situaciones, lo que evita el fracaso rotundo, tal como le paso a empresas como Kodak y BlackBerry, que cayeron en la “trampa del éxito” y eso nubló su visión.
Tercera aspa: Cree en ti mismo y en tu equipo. Se dice que la verdadera efectividad se encuentra en la confianza: “quien no avanza confiado, termina estancado.” A lo largo de la historia, conociendo las vidas de las personas que lograron sus sueños y a la vez ayudaron a los demás a cumplirlos, nos podemos dar cuenta que una de las claves de su éxito radicó en la confianza en sí mismos, en sus ideas o proyectos y consecuentemente, en sus equipos.
Y vaya que el equipo puede marcar la diferencia, ya depositar la confianza en un buen equipo aumenta las garantías del éxito. Así que a canalizar esa autoconfianza que tenemos hacia nuestro equipo si queremos lograr nuestra misión.
Cuarta aspa: Seguir aprendiendo. Aprender es crecer por dentro, y crecer continuamente nos llevará a la madurez. Nunca debemos descuidar el factor aprendizaje, ya que saberlo todo es imposible. Seguir aprendiendo nos ayudará a ser parte de los mejores, si no es que los mejores de nuestro rubro. Y los mejores no se duermen en los laureles, porque dejarían de serlo.
Fomentar el continuo aprendizaje a nuestro equipo solo se logrará haciéndolo también y doblemente aun, ya que como líderes la mejor forma de liderar es con el ejemplo. Cursos, conferencias, libros, audios, son algunas de las vías más comunes de aprendizaje que están a nuestro alcance; muchas veces hasta de forma gratuita, así que no hay lugar para excusas. Aprender es vital ya que el conocimiento es el oxigeno de nuestro negocio; no nos quedemos sin el.
Teniendo en cuenta estos elementos, tendremos energía de sobra para mantener viva la acción nuestra y de nuestro equipo. Que los vientos que soplan siempre sean a favor para nosotros, así nunca nos faltará energía para impulsar nuestro negocio.