Educación y Cultura Circular, elementos para que #HablemosCircular

Hablemos circular en Alcobendas
#HablemosCircular es una iniciativa personal que nace en la Asociación Eccos de Paz y a través de la cual, he pretendido acercarme al modelo de economía circular buscando comprender mejor la afirmación que hace la Fundación Ellen MacArthur cuando nos presenta el modelo como una “alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad”1.
En estos momentos cuando experimentamos a nivel global los efectos de distintas crisis que coexisten creando eso que la firma IPSOS llamó en su estudio de Predicciones 2013 como policrisis2 y que el secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, IDEA3, ha calificado como un tiempo de múltiples crisis, resulta una oportunidad interesante explorar si el modelo circular nos permite identificar algunas respuestas para enfrentar la compleja realidad que experimentamos a nivel global.
En ese contexto, el mes de enero nos brinda una oportunidad importante para reflexionar el papel de la educación, tanto formal como no formal, en el proceso de promover el modelo circular y valorarla como un “acelerador” de la cultura circular a través de los procesos de sensibilización y formación técnica, tal y como nos presenta la educación en un artículo publicado en el 2021 y firmado por Ramón Oliver4.
economía circular
Hago referencia a enero porque atendiendo al calendario de la ONU, el 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación y el 26 de enero el Día Mundial de la Educación Ambiental; el primer día mencionado fue adoptado mediante Resolución 73/25 del año 2018 por la Asamblea General de la ONU y allí se nos presenta a la educación como una herramienta fundamental para la creación de las sociedades sostenibles y resilientes, agregando además, que toda sociedad a través de la educación puede lograr:
-Aumentar la productividad de las personas y el potencial de crecimiento económico.
-Desarrollar las competencias necesarias para el trabajo decente y las aptitudes profesionales necesarias para el desarrollo sostenible en particular en las esferas del agua y el saneamiento, la energía ecológica y la conservación de los recursos naturales, ayuda a erradicar la pobreza y el hambre, contribuye a mejorar la salud, promueve la igualdad entre los géneros y puede reducir la desigualdad, y promueve la paz, el estado de derecho y el respeto de los derechos humanos.
No es nuevo, menos aún una moda, hablar de educación en materia ambiental, de hecho, desde hace un poco más de 5 décadas la sociedad global ha venido abordando la problemática ambiental en la agenda política global lo que supone un camino recorrido en estudios, debates, iniciativas, acuerdos y claramente avances en su enfoque, principalmente en la comprensión de nuestra relación como individuos con el medio ambiente y la identificación de soluciones para abordar la problemática ambiental, entre las cuales se registra la educación en materia ambiental.
En 1972, la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano5, realizada en Estocolmo, en su Declaración final reconoció la labor de la educación en materia ambiental, y particularmente en su principio 19, destacó la importancia de orientar el esfuerzo educativo tanto a las generaciones jóvenes como adultos y a incluir en el mismo al sector de población menos privilegiado a los fines de “ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana.”
Así mismo, ese principio también reconoce el papel de los medios de comuniación en el proceso educativo. El camino recorrido en el abordaje de la educación y principalmente en materia ambiental, ha llevado a inicios de la década de los 90 a plantear el concepto de Educación para la Sostenibilidad, que para algunos pretende sustituir o minimizar al concepto de Educación Ambiental.
Un estudio firmado por Amparo Vilches, Daniel Gil y Pedro Cañal, sobre educación ambiental y educación para la sostenibilidad, advierte que no tiene sentido el debate entre uno y otro concepto, pues ambos buscan construir una nueva mentalidad, una nueva ética y una nueva praxis, en el enfoque de nuestra relación con el resto de la naturaleza, entendiendo la sostenibilidad como “una noción utópica, que marca una dirección sobre la que construir, tan necesaria como las ideas de democracia y justicia”6.
Por su parte, otro estudio, firmado por Maria Nay Valero y Maria Elena Febres Cordero-Briceño sobre esta materia, resalta que entre ambos conceptos se pueden identificar, por un lado, las siguientes semejanzas: son procesos de educación permanente en el ámbito formal e informal, la interdisciplinariedad, la contextualización, la acción participativa local con pensamiento global y por el otro lado, reconoce la existencia de una serie de diferencias entre los mismos, a saber: el objeto de estudio, los tipos de aprendizaje, la responsabilidad ambiental, y la concepción axiológica7.
economía circular
Más allá de las diferencias que se puedan encontrar, en la práctica, hay múltiples experiencias locales, autonómicas y nacionales que evidencian el interés desde lo público y privado por impulsar como “acelerador” la educación los temas ambientales y sostenibles, veamos solo 3 ejemplos:
1.- Escuela de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Pamplona. Presentada como un programa dirigido a la ciudadanía con el fin de facilitar herramientas para generar dinámicas transformadoras entre la sociedad, desarrollado principalmente en el Museo de Educación Ambiental, que a través de una programación trimestral busca generar ese cambio a que hace referencia.8
Según la nota publicada en enero 20239, el primer trimestre del año el programa centrará su accióin en la gestión de residuos y promoción de la reutilización, como parte de las acciones individuales para combatir el cambio climático. El contenido del programa se desarrolla a través de diversas actividades gratuitas, entre las que se destacan: charlas, visitas, talleres y presentaciones diversas.
2.- La Sociedad Gallega de Educación Ambiental SOGAMA, presenta un programa de compostaje para los institutos educativos de Galicia, para diciembre 2022 se registraron n total de 186 centros educativos de las cuatro provincias gallegas, a través del programa se busca fomentar el autocompstaje en las escuelas y que la comunidad educativa tome conciencia de la importancia que tiene la recuperaicón de la materia orgánica en origen10.
3.- La fábrica de Cemento de La Araña, propiedad de Votorantim Cimentos, ha promovido una serie de talleres de educación ambiental, a través de su programa “Economía Circular: una responsabilidad de todos”, iniciativa que desde el año 2019 ha impulsado en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, y cuyo objetivo es educar, motivar y concienciar a empleados, colectivos y colegios de la zona de la conservación del medio ambiente, fomentando la economía circular mediante la reducción, reciclaje y reutilización de residuos11.
Esos son sólo 3 ejemplos de muchos otros que se desarrollan no sólo en España sino también en otros países y en los cuales hay que enfocar la mirada para identificar a través de sus respectivos contenidos aquellos elementos que nos permitan, en primer lugar, valorar si su diseño educativo permite acelerar el camino hacia una cultura circular o por el contrario, representa una formalidad para cumplir con un objetivo en la gestión pública respectiva, y en segundo lugar, identificar cómo se presenta a la sociedad en general el modelo circular como una alternativa atractiva.
Carlos Romero Mendoza
@carome31
https://iberoeconomia.es/opinion/voluntariado-y-cultura-circular/
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Director de Asociación Civil Eccos de Paz. Estudioso e investigador de temas locales y de participación ciudadana, con experiencia en docencia universitaria y autor de varios libros y artículos sobre institucionalidad local.