¿Cuánto gasta un migrante en la ruta hacia Estados Unidos?

Venezuelan migrants walk along the Ecuadorean highway to Peru before new rules requiring they hold a valid passport kick in, at Tulcan, Ecuador August 21, 2018. REUTERS/Andres Rojas

Todos aquellos que tenemos redes sociales y vinculación con algún país de Latinoamérica es común encontrarnos con videos sobre las personas que decidieron emprender por tierra y mar su proceso migratorio hacia otro país sudamericano o hacia los EE. UU.

Verlos cruzar una selva o pasos fronterizos no autorizados (las famosas “trochas”) sin indumentaria apropiada para ello, sin conocimientos del terreno y en muchos casos con niños pequeños es desgarrador. A esto se le suman sus testimonios sobre atrocidades que viven en manos de los miembros de grupos criminales que controlan las rutas migratorias: robos, violaciones, homicidios, trata de personas, abandono en el camino y secuestro.

Todo en la vida tiene un precio y esta travesía también. Son múltiples las investigaciones realizadas por organismos internacionales que operan en la zona, de informes gubernamentales y de ONGs que señalan el precio que pagan los migrantes para llegar al país donde desean vivir. Cada caso es un mundo, cada persona es una historia única, por ello las cifras que describimos en este artículo son aproximadas pero ciertas en reflejar lo que cuesta la libertad o el sueño americano.

Los precios se han incrementado con la misma rapidez que ha aumentado la demanda de migrantes en tratar de llegar la frontera sur de EE. UU. Un viaje que antes costaba 3.000 dólares y 5000 dólares actualmente cuesta entre 7.000 y 15.000 dólares e incluso más.

Estas grandes cantidades de dinero vienen pagadas a los grupos que han creado el “negocio de la ruta migrante”, muchos de ellos miembros de organizaciones criminales de los países que componen la ruta y otros lugareños que han aprendido el oficio. Sin embargo, a ese ya elevado costo hay que agregar “gastos menores” que se generan mientras se transita hacia EE. UU.

Hagamos el siguiente ejercicio para identificar con más facilidad esos gastos extras por tramos para entender mejor en dónde se gastan el dinero los migrantes:

• El paso en lancha por el mar Caribe desde Necoclí hasta Capurganá en Colombia le cuesta entre 310 y 350 dólares por persona. Pero si se toma la vía rápida desde Necoclí hasta la entrada del Tapón del Darién el precio puede subir a 440 dólares.
• Para atravesar algunas zonas boscosas, selváticas o campesinas (salvo el tapón de Darién) es necesario contar con guías que conocen el terreno y para ello se debe pagar entre 70 y 150 dólares por migrante dependiendo de la experticia el guía y la ruta a elegir.
• Los que llegan al sur de Panamá, en la población de San Vicente pagan cerca de 40 dólares por persona para tomar un autobús que los lleve directo a la frontera de Panamá y Costa Rica.
• Los guías que llevan las rutas dentro de la selva Darién cobran unos 50 dólares por persona para entrar y entre 100 a 550 dólares para salir.
• El cruce fronterizo entre Guatemala y México por el río Suchiate cuesta otros 50 dólares.
• Si en las rutas terrestres los detienen en alcabalas, presuntamente de funcionarios de seguridad del país, deben pagar alrededor de unos 5 dólares por personas para que les permitan seguir la ruta.
• Los gastos de alojamiento y comida durante la ruta pueden costar como unos 100 dólares por persona. Sabiendo que deben parar varias noches durante el tiempo que transitan la ruta migratoria.

Estos costos son para quienes corren la suerte de no ser secuestrados por miembros de otras agrupaciones criminales de la zona. Algunos migrantes que han sido secuestrado señalan que les han pedidos hasta 5.000 dólares como rescate, sino corren el riesgo de ser asesinados o explotados en la trata de personas. Otros no llegan a completar la ruta pues quienes le ofrecieron sus servicios para llegar a EE. UU. eran personas dedicadas a la trata de personas, especialmente buscan víctimas como mujeres jóvenes y niñas que luego son explotadas sexualmente en otros países. Algunos pierden la vida pues son asesinados por no pagar su rescate o el monto acordado en el tiempo que determinan los traficantes de personas o lanzados al mar, y otros simplemente no aguantan el duro camino que deben hacer y sus cuerpos se enferman y mueren.

La ruta del mar Caribe

La ruta también se hace por mar, en el caso de los venezolanos y sudamericanos cruzan a Colombia y se dirigen a la isla de San Andrés para tomar embarcaciones hasta las costas de Nicaragua, evitando de esta forma cruzar por la selva de El Darién.
Este tipo de viajes pueden costar alrededor de 2.000 a 3.000 dólares por trayecto, pues el viaje se distribuye en: una vez en la ciudad de Cúcuta en Colombia toman un vuelo a la capital, Bogotá; luego otro vuelo a la isla de San Andrés y por último toman las embarcaciones que a través de mar Caribe los llevan a las costas de Nicaragua.

Las rutas marítimas son ofrecidas por unos supuestos “asesores turísticos” que ofrecen los paquetes para llegar a EE.UU. a través de la ruta Nicaragua, Honduras, Guatemala y México. En su totalidad pueden pagar entre 10.000 y 15.000 dólares por todo el trayecto, precio que incluye los boletos aéreos, la ruta en el mar y tierra además de los alojamientos.

El comercio local se aboca a crear negocios para migrante

El comercio local se renueva para proveer de insumos a los migrantes en sus rutas. Existen pueblos completos que han cambiado su economía gracias a la migración. Por ejemplo, en Altar, Sonora (México) pasó de vivir de la agricultura a la hostelería de migrantes, pues por ella pasan a diario miles de ellos, algunos solo comen y otros pasan la noche.

Los comercios de estos pueblos de tránsito y pernocta de migrantes han cambiado sus productos, ahora venden sudaderas o ropa con estampado de camuflaje por alrededor de 15 dólares, botas también de camuflaje por 6 dólares, pues son la indumentaria usada para ser visto por la “migra” al cruzar hacia EE.UU.

Otros pueblos se han reconstruido literalmente, pues han edificado hoteles o posadas precarias e ilegales para albergar a los migrantes que necesiten descansar o que les agarra la noche en ese lugar. Los precios son variados y también los servicios y productos que ofrecen.

En estos hostales el precio base de la habitación es de unos 1,5 a 2 dólares la noche, a eso se le suma el gasto de lo que requiera el migrante, por ejemplo: 0.58 dólares una almohada, 1.5 dólares un colchón, de 1.50 a 2 dólares por una manta, cuando suman el total de quedarse una noche puede costar alrededor de los 5 o 6 dólares por persona.

Por el gran número de personas que pasan a diario el lavar la ropa de los hostales y de los mismos migrantes se hace imposible, recordemos que estos son hostales improvisados para cubrir la necesidad que en poco tiempo se creó en la zona, por ello no cuentan con servicio de lavandería creando otra necesidad y por tanto una nueva línea de empresa en el pueblo que se cobra aparte al alojamiento.

Para continuar la ruta es necesario medios de transporte y de eso también se ha hecho un negocio. Quien tiene un camión en esos pueblos lo ha puesto a disposición del transporte de migrantes, ya sea contratado directamente por la persona o por las organizaciones que controlan la ruta. Así que ellos también “sacan su tajada”, al igual que los mecánicos. Recordemos que esas rutas no están pavimentadas en muchos casos y el uso constante del camión hace que en algún momento falle y es ahí cuando el mecánico también trabaja y gana.

Para el recorrido es necesario la gasolina, son miles y miles de litros de gasolina que esos camiones usan a diario, por lo que las gasolineras venden sin importar el precio, pues eso ya está pagado por la migración.

Otro negocio lucrativo son los prestamistas. Los migrantes al salir de sus países cuentan con dinero, pero no se esperan todos estos gastos extras y menos cuentan con ser secuestrados o robados. Como consecuencia de obtener dinero en lugares inhóspitos se creó una red de prestamistas en la región cuyos intereses llegan a niveles de usura, entre el 10 y el 40%, préstamos que en el argot popular son llamados “gota a gota” y cuyos principales beneficiarios son los migrantes que no tienen acceso al sistema bancario formal.

La mejor opción son las vías legales para obtener visas

La falta de información oficial de las autoridades sobre los procesos a seguir para obtener visados y entrar legalmente a EE. UU. se ve avasallado por la cantidad de información falsa e ilegal que estos grupos realizan a través de las redes sociales y el boca a boca.

Lo que desconocen estos migrantes es que por el mismo precio que están pagando a estos traficantes de seres humanos pueden pagar los honorarios de abogados en EE. UU. quienes harán los trámites de forma legal, permitiendo su llegada de forma segura a ese país. Pues son alrededor de 12.000 dólares lo que cobran los abogados de migración en EE. UU. para tramitarles cualquiera de los miles de tipo de visas que tiene ese país.

 

La ruta migratoria hacia EE. UU. deja ganancias millonarias a los grupos irregulares

Acerca de Bárbara Puglisi 33 artículos
Abogada con experiencia en Derechos Humanos, Derechos de Infancia y Políticas Públicas.