¿Cómo curar “los traumas infantiles”?

niña estudiando
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¿Estás buscando formas de curarse de un trauma infantil? Puede ser un proceso difícil y abrumador, pero es posible. En esta entrada hablaremos de algunas estrategias que pueden ayudarte en tu camino hacia la curación y la recuperación. Entendemos los retos que conlleva la curación de un trauma infantil, y estamos aquí para ayudarte a dar pasos hacia la libertad emocional.

Comprender los efectos del trauma

Los traumas infantiles pueden tener un impacto duradero en la vida de una persona, afectando a su salud física y mental y a sus relaciones con los demás.

El trauma es el resultado de cualquier acontecimiento que cause un intenso malestar emocional y físico. Puede tratarse de sucesos como abusos, abandono, violencia o cualquier otro tipo de situación estresante que pueda afectar a la sensación de seguridad del niño.

Los efectos del trauma infantil pueden variar mucho de una persona a otra, pero a menudo incluyen síntomas emocionales como depresión, ansiedad, ira y desconfianza; síntomas físicos como dolor crónico o enfermedad; y problemas de comportamiento como adicción o dificultad para establecer relaciones sanas.

Es importante reconocer los signos de trauma infantil en los adultos para poder buscar el tratamiento adecuado.

También es importante comprender las causas subyacentes del trauma infantil para poder tratarlo adecuadamente. El trauma suele ser el resultado del estrés tóxico, es decir, de la exposición repetida a acontecimientos y situaciones traumáticas que activan el sistema de respuesta al estrés del organismo.

Otros factores que pueden contribuir son la historia o las circunstancias vitales de la persona, un duelo no resuelto o la falta de habilidades para afrontarlo.

El tratamiento precoz es esencial para curar los traumas infantiles, ya que afectan al desarrollo de nuestro cerebro, lo que repercute en nuestras emociones, pensamientos y comportamiento a lo largo de nuestra vida. Este artículo proporciona un buen punto de partida para aprender más sobre la comprensión de los efectos del trauma y cómo curarse. Las opciones de tratamiento pueden incluir la terapia cognitivo-conductual (TCC) enfoques complementarios como el yoga o la meditación de atención plena.

Aprender estrategias de afrontamiento saludables

Redacción de cuentos infantiles.

El aprendizaje de habilidades de afrontamiento saludables es una parte importante de la curación de los traumas infantiles.

Las habilidades de afrontamiento nos ayudan a adaptarnos y readaptarnos a los conflictos, los problemas de comunicación, los traumas o el cruce de límites.

Las habilidades de afrontamiento pueden dividirse en dos categorías: desadaptativas y adaptativas.

  • Las estrategias de afrontamiento inadecuadas son aquellas que no están alineadas con el factor estresante y sólo sirven para aumentar el malestar emocional.

Algunos ejemplos son la evitación, las autolesiones, el abuso de sustancias u otros comportamientos poco saludables.

  • Por el contrario, las estrategias de afrontamiento adaptativas están alineadas con el factor estresante y su objetivo es reducir el estrés emocional.

Algunos ejemplos de estrategias adaptativas de afrontamiento son los ejercicios de respiración profunda o las técnicas de relajación; la resolución de problemas; el desarrollo de una actitud positiva; la publicación de un diario; la socialización; la realización de actividades físicas; la búsqueda de ayuda profesional cuando sea necesario; y el desarrollo de objetivos significativos para uno mismo.

Al curar a los niños de un trauma infantil, es importante enseñarles habilidades de afrontamiento sanas para que puedan gestionar sus emociones de forma saludable. Los padres y cuidadores pueden empezar dando ejemplo de conductas de afrontamiento saludables delante de sus hijos y animándoles cuando ellos mismos utilicen estas estrategias.

También hay una variedad de tratamientos de trauma basados en la evidencia disponibles para los niños que los profesionales de la salud mental capacitados en esta área pueden proporcionar si es necesario.

Además, los puntos fuertes de las familias también desempeñan un papel importante a la hora de ayudar a los niños a curarse de los traumas infantiles, como tener un sistema de apoyo sólido en casa o tener acceso a recursos como terapia o asesoramiento que pueden proporcionar ayuda adicional en el proceso de curación. Con las herramientas y el apoyo adecuados, los niños que han sufrido un trauma pueden aprender a sobrellevarlo mejor a largo plazo y llevar una vida más sana en el futuro.

Conectar con personas de apoyo

Los traumas infantiles pueden tener efectos duraderos en nuestras vidas. Conectar con personas que te apoyen es clave para la curación. Encontrar un entorno seguro y de apoyo es esencial para la recuperación. Las personas cercanas, como familiares y amigos, pueden proporcionarle apoyo emocional y comprensión. Si los que te rodean no te apoyan, encontrar una nueva tribu de personas puede ser beneficioso.

Hablar del trauma puede ser uno de los pasos más útiles para la curación. Los terapeutas o profesionales de la salud mental pueden ayudar a crear un espacio seguro para hablar de experiencias difíciles y dar consejos sobre cómo afrontarlas.

Si alguien cercano a ti ha sufrido un trauma, también puedes apoyarle. Evita intentar «curarles» o precipitar su proceso de curación; en lugar de eso, respeta su necesidad de espacio y ofrécele compasión cuando lo necesite. Es importante que se sientan escuchados, comprendidos y apoyados en su viaje de curación.

Además de la terapia profesional, unirse a un grupo de apoyo o asistir a eventos centrados en la curación del trauma también puede ser beneficioso para procesar las emociones difíciles y conectar con otros supervivientes que han tenido experiencias similares.

Las personas no necesitan un diagnóstico formal para recibir ayuda; en su lugar, escucha atentamente y toma medidas activas para crear un entorno de comunicación abierta en el que se respeten todos los sentimientos sin juzgar ni criticar.

Desarrollar la autoconciencia

Los traumas infantiles pueden tener un impacto duradero en nuestras vidas. Pero con las herramientas y técnicas adecuadas, podemos aprender a curarnos de estas experiencias.

La autoconciencia es clave en este proceso; nos ayuda a comprender el origen de nuestros problemas y la mejor manera de resolverlos. El desarrollo de la autoconciencia a través de prácticas de atención plena, la autorreflexión y la aceptación son pasos importantes para iniciar este viaje de curación.

También podemos cultivar la compasión por nosotros mismos y por los demás aprendiendo a gestionar mejor las emociones difíciles.

Por último, contactar con un profesional o una comunidad de confianza puede ayudarnos a sentirnos apoyados y seguros mientras superamos el trauma infantil. Con práctica y paciencia, podemos aprender a curarnos de los traumas infantiles y llevar una vida más plena.

Buscar ayuda profesional

Curarse de un trauma infantil nunca es fácil, pero es posible. Buscar ayuda profesional suele ser la mejor manera de iniciar el proceso de curación. Los profesionales de la salud mental, como psicólogos, psiquiatras y terapeutas, están capacitados para asesorar y apoyar a quienes lo necesiten.

Cuando busques un terapeuta, asegúrate de encontrar uno especializado en el tratamiento de traumas infantiles. Así se asegurará de obtener el mejor asesoramiento y apoyo disponibles. Una vez que hayas encontrado un terapeuta cualificado, éste trabajará contigo para desarrollar un plan de curación personalizado. Esto puede incluir el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la mejora de la confianza en uno mismo, la resolución de conflictos, aprender a quererse a uno mismo y a los demás, y alcanzar el éxito en la vida.

Además de las sesiones de terapia con un profesional de la salud mental, hay otros pasos que pueden darse en el camino hacia la curación del trauma infantil.

Recurrir a familiares o amigos de confianza puede proporcionar un apoyo y una responsabilidad adicionales a lo largo del proceso. También ayuda aprender todo lo posible sobre las propias experiencias para comprenderlas mejor y avanzar en la vida.

Con estas estrategias y el apoyo de familiares, amigos o profesionales de la salud mental, puede comenzar hoy mismo su viaje hacia la recuperación.

Practicar la atención plena y la meditación

Practicar la atención plena y la meditación puede ser una forma eficaz de curarse de los traumas infantiles.

La atención plena es una forma de conciencia mental que consiste en centrarse en el momento presente sin juzgarlo, permitiendo observar los pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas sin juzgarlos. Mediante esta práctica de autoobservación y aceptación, las personas pueden comprender mejor sus propias experiencias y reacciones. Este conocimiento puede utilizarse para cambiar comportamientos que pueden haberse desarrollado como respuesta al trauma sufrido.

La meditación es otra forma de promover la curación de los traumas infantiles. La meditación ayuda a las personas a aprender a reconocer y regular sus emociones de un modo seguro y no amenazador. También fomenta el amor propio y la compasión, así como el desarrollo de la resiliencia ante futuros factores de estrés. Además, la meditación puede ayudar a crear un espacio entre la persona y su recuerdo traumático, lo que puede disminuir su poder sobre ella en el momento presente.

Al utilizar la atención plena o la meditación para curar los traumas infantiles, es importante recordar que estas prácticas no pretenden curar o borrar la experiencia, sino proporcionar herramientas para afrontar las emociones difíciles asociadas a ella. También es importante que quienes practiquen mindfulness o meditación encuentren un lugar seguro en el que se sientan cómodos haciéndolo. Por último, recuerda que aunque estas prácticas no «curan» el trauma en sí, sí ofrecen herramientas poderosas para gestionar las emociones asociadas con el fin de promover el bienestar general.

Reconoce tus sentimientos y exprésalos adecuadamente

Los traumas infantiles pueden tener un impacto duradero en la salud mental y el bienestar. Sanar el dolor de un trauma pasado puede ser difícil, pero es posible con esfuerzo y dedicación.

Uno de los pasos más importantes que hay que dar para superar un trauma infantil es reconocer y expresar los sentimientos de forma sana.
El reconocimiento es el primer paso para superar cualquier tipo de trauma.
Reconoce que lo ocurrido no fue culpa tuya y permítete sentir todas las emociones que surjan sin juzgarlas ni temerlas.
Esto puede ser difícil, ya que puede sentir que está abriendo una vieja herida, pero es importante que valide sus sentimientos para que pueda iniciar el proceso de curación.

Expresar las emociones de forma sana también es esencial para superar los traumas infantiles. Esto puede significar hablar con un amigo o familiar de confianza, escribir tus pensamientos y sentimientos en un diario o incluso buscar ayuda profesional si es necesario. Lo importante aquí es que encuentres formas de expresarte sin hacerte daño ni sentirte más incómodo.

Además, es importante que cuides de tí mismo realizando actividades como la meditación de atención plena, el yoga, el ejercicio y la terapia artística, que pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y promover la relajación.

Por otro lado, busca mecanismos de afrontamiento positivos, como leer libros o escuchar música, que  ayuden a distraerte de los pensamientos o emociones negativos asociados al trauma infantil.

Por último, asegúrate también de cuidar tu salud física comiendo alimentos nutritivos, durmiendo lo suficiente cada noche y acudiendo regularmente al médico para revisiones de salud mental y física.

La curación de los traumas infantiles lleva tiempo

Los traumas infantiles pueden tener efectos duraderos y devastadores, como depresión, ansiedad, problemas de abuso de sustancias y aislamiento social.

La buena noticia es que hay formas de curarse de los traumas infantiles.

He aquí algunas estrategias para hacerlo:

1. Reconocer y aceptar: Antes de empezar a curarse, es importante reconocer y aceptar el trauma que sufrió de niño. Esto significa aceptar todas las emociones asociadas a la experiencia -tanto positivas como negativas- sin juzgar ni avergonzarse.

2. Busca ayuda: buscar ayuda en personas de confianza es esencial para ayudarte a procesar tus sentimientos sobre lo que ocurrió en tu pasado. Hablar con un terapeuta o unirse a un grupo de apoyo puede proporcionarle un espacio seguro donde expresarse abiertamente sin miedo a ser juzgado o criticado.

3. Practica el autocuidado y la autocompasión: Dedicar tiempo a ti mismo para hacer cosas que te relajen y te apoyen es esencial para superar los traumas infantiles. Esto puede incluir actividades como leer, escribir un diario, meditar, hacer ejercicio, etc., así como satisfacer regularmente sus necesidades básicas (incluido el sueño). Además, también es importante practicar la autocompasión; sé amable contigo mismo y comprende que la curación lleva tiempo, pero es posible con paciencia y esfuerzo.

4 Reconecta con tu niño interior: A menudo, el trauma nos hace desconectar de nuestro niño interior -la parte de nosotros que se vio afectada por nuestras experiencias traumáticas de niños-, por lo que es importante reconectar con esta parte de nosotros mismos para sanar de forma eficaz. Esto puede implicar hablar «con» o «a» tu niño interior como si fuera una persona real.

Hacer ejercicio regularmente

El ejercicio regular es una parte importante de la curación de los traumas infantiles. El ejercicio ayuda a liberar endorfinas, que pueden reducir la depresión, la ansiedad y otros síntomas del estrés postraumático. También ayuda a crear nuevas vías neuronales en el cerebro que pueden ayudar a afrontar experiencias pasadas.

El ejercicio aeróbico, como correr o montar en bicicleta, aumenta las hormonas que alivian el estrés y que se han visto mermadas por el traumatismo, mientras que el entrenamiento de fuerzas incrementa nuevas conexiones entre músculos que normalmente no pueden utilizarse.

Los ejercicios de terapia somática también son beneficiosos para quienes han sufrido traumas infantiles. Estos ejercicios se centran en reparar el daño causado por las emociones reprimidas y pueden permitir a las personas reconectar de forma segura con su cuerpo y sus emociones.

Algunos ejemplos son las prácticas de yoga que incorporan técnicas de respiración, imaginería guiada o visualización, ejercicios de enraizamiento como caminar descalzo por el suelo al aire libre o estiramientos corporales profundos para acceder a zonas de tensión y tirantez.

El ejercicio regular tiene muchos beneficios físicos, así como para la salud mental de quienes han sufrido traumas infantiles. Es importante encontrar actividades que le gusten y hacerlas parte de su rutina diaria para que pueda aprovechar al máximo el ejercicio regular en la gestión de su salud mental.

Dedicar tiempo a divertirse y reír

La risa es una de las herramientas más poderosas para curar los traumas infantiles. Puede ayudar a los niños a afrontar emociones difíciles, como la ansiedad y el miedo, proporcionándoles una sensación de alivio y alegría. Dedicar tiempo a reír y divertirse es una parte importante del proceso de curación.

El humor también puede proporcionar un espacio seguro para que los niños exploren sus sentimientos, creando un puente entre los recuerdos dolorosos y las experiencias más positivas. Al participar en algo que les hace reír, son capaces de expresarse sin amenazas ni juicios.

Cuando se trata de ayudar a los niños a curarse de traumas pasados, muchas actividades también pueden ser beneficiosas.

Participar en actividades creativas como el arte o la música puede ayudar a reducir los niveles de estrés y fomentar la autoexpresión. Participar en deportes u otras actividades físicas también puede ser beneficioso, ya que estas actividades proporcionan una salida para la energía física que puede ayudar a reducir los sentimientos de ira o frustración.

Por último, mantener relaciones de apoyo con familiares y amigos es esencial para superar los traumas infantiles. Contar con personas que entiendan por lo que está pasando su hijo puede reconfortarle y tranquilizarle en los momentos difíciles, ayudándole a sentirse querido, aceptado y apoyado en su camino hacia el bienestar emocional.

Cuestionar los patrones de pensamiento negativos

Los traumas infantiles pueden tener un efecto duradero y perjudicial en el individuo. Es importante reconocer los signos y síntomas del trauma para afrontarlo con eficacia. Una de las respuestas más comunes a los traumas infantiles es el desarrollo de patrones de pensamiento negativos. Estos patrones de pensamiento pueden ser increíblemente difíciles de romper, pero con esfuerzo y compromiso se pueden superar.

El primer paso para superar los patrones de pensamiento negativo es reconocer cuándo se producen. Los signos más comunes del pensamiento negativo son creer que uno no es lo suficientemente bueno o capaz de conseguir algo, sentirse impotente y desesperanzado, centrarse en el peor escenario posible y sentir que todas las situaciones están fuera de su control. Una vez identificados estos pensamientos, es importante cuestionarlos preguntándose si existen pruebas que respalden lo que se está pensando o si hay otra forma de ver la situación.

También puede ser útil practicar técnicas de replanteamiento cognitivo como la atención plena o las afirmaciones positivas. La atención plena permite a las personas ser conscientes de sus pensamientos sin juzgarlos, mientras que las afirmaciones positivas pueden ayudar a cambiar la mentalidad negativa por una más positiva.

Por último, buscar la ayuda de un profesional de la salud mental puede proporcionar un apoyo inestimable para superar con éxito el trauma infantil y liberarse de los patrones de pensamiento negativos asociados a él. Un terapeuta puede proporcionar asesoramiento objetivo y herramientas para cuestionar las ideas distorsionadas y crear un entorno en el que las personas se sientan seguras para explorar sus sentimientos sin juicios, miedo ni represalias. Con la ayuda de un terapeuta profesional, es posible superar los traumas infantiles.

Reformula sus experiencias pasadas

Curarse de un trauma infantil puede ser un proceso difícil, pero es posible. Reencuadrar las experiencias pasadas puede ayudarle a dar sentido a los acontecimientos que moldearon su vida y a avanzar en una dirección más sana y positiva.

Reencuadrar consiste en ver los recuerdos traumáticos desde una perspectiva diferente, una en la que puedas ver que los acontecimientos no fueron tan malos como pudieron parecer en su momento. El objetivo es ver estas experiencias de una manera que nos capacite, en lugar de sentirnos impotentes o abrumados por ellas.

A menudo se recomienda asesoramiento o terapia a las personas que están superando un trauma infantil. La terapia informada por el trauma puede ayudarle a procesar experiencias vitales pasadas, comprender su salud mental actual, superar el estrés tóxico y entender mejor cómo le ha afectado el trauma.

Escribir sobre su experiencia también puede ser útil para replantear los recuerdos traumáticos y ayudar a superarlos.

Además, participar en actividades saludables como el yoga o la meditación puede ayudar a la autoexpresión y la liberación emocional.

Sea cual sea el método que elijas para replantear tus experiencias pasadas, es importante recordar que la curación lleva tiempo y esfuerzo, ¡pero es posible!

Con paciencia, comprensión de uno mismo y de los demás, y herramientas como el asesoramiento o la escritura para ayudarte en el camino, puedes curarte de los traumas infantiles y vivir una vida empoderada.

Crea un espacio curativo en su hogar

Crear un espacio de sanación en casa puede ayudar a curar los traumas infantiles. Un espacio de sanación es un entorno físico que ofrece seguridad y comodidad, permitiendo relajarse y reflexionar sobre tus experiencias.

También puede darte una sensación de control y autonomía, ya que se adapta exclusivamente a tus necesidades.

Cuando crees un espacio de sanación, piensa en lo que te haría sentir seguro y cómodo. Considera qué colores, objetos, texturas, iluminación y sonidos crearían la mejor atmósfera para tu viaje de curación.

Puedes incluir artículos como velas relajantes o aceites esenciales, almohadas o mantas cómodas, música relajante o sonidos de la naturaleza, materiales de arte o escritura y cualquier otro artículo que le resulte reconfortante.

Asegúrate de que el espacio esté libre de distracciones para poder concentrarte en ti mismo sin interrupciones.

Este tipo de diseño consiste en crear un entorno basado en investigaciones que demuestren que las personas responden positivamente a su entorno físico. Por ejemplo, añadiendo plantas a la habitación, utilizando materiales naturales como la madera o la piedra y poniendo música relajante de fondo.

Por último, recuerda que es TU espacio: personalízalo incluyendo objetos significativos para ti, como fotos de recuerdos felices o regalos de amigos y familiares que recuerden su apoyo en los momentos difíciles.

Un espacio de sanación debe crearse cuidadosamente para TI, así que asegúrate de que satisface todas tus necesidades de relajación y reflexión.

Establecer rutinas y estructuras para sentirse seguro

Los surcos y la estructura son esenciales para ayudar a los niños que han sufrido traumas a sentirse seguros.

Al proporcionar rutinas y estructuras coherentes, los niños pueden sentirse seguros en su entorno.

Esto les ayuda a gestionar sus emociones y a desarrollar habilidades de afrontamiento más sanas. Estas rutinas pueden incluir las comidas diarias, la hora de acostarse, actividades fijas a lo largo del día y tiempo para relajarse.

Crear un entorno de apoyo en el que los niños se sientan escuchados y comprendidos también es esencial para ayudarles a recuperarse del trauma.

Por último, el desarrollo de una comunicación sana entre los cuidadores y los niños ayudará a fomentar la confianza y promoverá la resiliencia ante futuros retos.

Conclusión

Curarse de un trauma infantil es un proceso difícil, pero se pueden tomar medidas para ayudar a quienes lo han sufrido.

Las terapias de exposición, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la desensibilización-reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR), figuran entre los tratamientos más eficaces para los traumas infantiles.

La terapia también debe ir acompañada de prácticas de autocuidado como la atención plena, las técnicas de relajación y la elección de estilos de vida saludables.

Además, es importante que establezcas relaciones de apoyo sólidas y participes en actividades que te ayuden a reconectar contigo mismo y con tu comunidad.

Curarse de un trauma infantil puede ser un proceso largo, pero al final es posible superar los efectos de las experiencias traumáticas y llevar una vida más plena.

Christine Lebriez

 

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Acerca de Christine Lebriez 45 artículos
Con más de 27 años de experiencia como: Psicóloga Sanitaria (European Federation of Psychologists Associations) y Coach empresarial (Miembro oficial del European Mentoring and Coaching Council)