La vuelta a la rutina tras las vacaciones puede ser un verdadero quebradero de cabeza para algunas personas; o incluso una auténtica pesadilla. Lo normal es que no dure más de 3 a 4 semanas.
Cada día oímos más hablar de este síndrome posvacacional, que, aunque no es una enfermedad clasificada, va tomando cada día más presencia. Hay quien apunta que es fruto del estilo de vida moderno.
Aquí tienes algunos trucos que pueden hacerlo algo más suave:
Volver unos días antes:
Se recomienda volver a la vida normal tras un periodo de vacaciones con un par de días de antelación para que el cambio sea menos brusco.
Si te es posible, incorpórate al trabajo un miércoles o un jueves, de modo que esa semana te parezca algo más corta y te sirva de adaptación.
Descanso:
Hay que tratar de dormir al menos 7 u 8 horas diarias; es muy probable que hayas modificado tus horarios de acostarte durante las vacaciones, y es por ello que ahora has de ir volviendo lo antes posible a tus ritmos y hábitos anteriores.
Ejercicio físico:
Volver a practicar nuestra rutina de ejercicio si la hemos abandonado durante el periodo vacacional. Si estamos activos y nos movemos, lograremos más nivel de energía e incluso dormir mejor.
Rutinas y Horarios:
A buen seguro que hemos roto la tónica de los horarios y las rutinas durante el verano. Poco a poco es importante volver a recuperarlo, pues nos va a ayudar a dar más estabilidad a nuestros días.
No llevarse trabajo a casa
De modo que las jornadas no se nos hagan eternas.
Buscar el apoyo de su familia
Puede ser que su familia no esté al tanto del síndrome posvacacional, ¿por qué? Buena pregunta… a menos que la familia haya tenido síntomas previos, es común y probable que no sepan lo que está pasando. Hay que compartirlo con tus cercanos, aunque sea solo para escuchar y comentar sobre los problemas emocionales. A veces, la familia no se da cuenta de que su ser querido está sufriendo por alguna enfermedad o disfunción. A menudo pasa debido a que no se les ha advertido sobre el síndrome posvacacional.
Identificar los problemas más urgentes y priorizar
El segundo paso es poner orden en la vida y identificar los problemas más urgentes y priorizar. Eso sí, no trates de solucionar todo de golpe y porrazo.
Emplear tiempo para que los miedos se despejen
Tener más tiempo libre es algo fundamental para la vuelta a la realidad. Una vez que has llegado a tu “hábitat normal”, todos tus miedos se irán despejando poco a poco.
Reconectar con los amigos
El cuarto paso es reclutar personas que puedan ver las cosas de otra manera y puedan darle una oportunidad. De este modo, además podéis compartir como ha sido el periodo vacacional y compartir las diferentes vivencias. Además, es un modo de socializar y quizás ver como otras personas también sufren y padecen de este trastorno.
Dejar que las cosas vayan a su aire
El quinto paso es dejar que las cosas vayan a su aire. La situación va a ir adaptándose gradualmente, pero solo si te pones al día con todas las cuestiones que te han surgido y tratas de solucionarlas el más rápido posible. Date un tiempo de adaptación a tu entorno e incluso un tiempo para saborear todo lo bonito que has vivido.
Busca compañía social
La gente suele sentirse mejor cuando encuentra un grupo de amigos que te apoye y se preocupen por ti.
Actitud positiva
Busca una actitud positiva y una actitud optimista en todo lo que hagas y en todo lo que te pase. Como ya hemos mencionado antes, en el momento en el que las personas se encuentran con problemas, algo importantísimo es la actitud y el modo de pensar que se genera ante esos problemas en concreto.
No estés todo el día con pensamientos negativos y rumiando, trata de pararlos y desconectar y sustitúyelos por pensamientos realistas y positivos.
Practicar la relajación
Nos ayuda a eliminar el estrés y pensamientos catastrofistas y de ansiedad.
Estimulantes y excitantes:
El alcohol, la cafeína y los estimulantes no son recomendables en esta época de transición. La cafeína puede incrementar tu sensación de ansiedad y estrés.
Buscar apoyo psicológico
Si tras un mes de tu retorno vacacional, los síntomas iniciales no han sido superados, entonces, sí que es interesante que te plantees la ayuda de un profesional.
Recuerda que todas las personas no son iguales y no hay una forma correcta de reaccionar a esto, ya que cada persona es única. Lo importante, como en todo, es que seas consciente de lo que te sucede y que puedas encontrar la solución, y si no lo logras por ti mismo, pasado un tiempo, solicites ayuda psicológica especializada.