El nuevo presidente de la Sociedad Española de Cardiología defiende la necesidad de implementar métodos de formación mediante técnicas de simulación para mejorar la formación sanitaria especializada.
La formación sanitaria especializada está evolucionando y Cardiología no se queda atrás. El nuevo presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Manuel Anguita, apunta la necesidad de modernizar la adquisición de competencias en la residencia. “Sería necesaria la incorporación de nuevos procesos de formación por simulación, ya que mejorarán tanto la adquisición de conocimientos por los residentes como aumentará la seguridad entre los pacientes”, afirma a IberoEconomía.
Los retos a futuro son más ambiciosos. Anguita estima que sería necesario un incremento de plazas MIR en la especialidad de Cardiología, así como la acreditación de nuevas unidades docentes, para ayudar a paliar el déficit previsto de profesionales sanitarios para los próximos años.
¿Qué valoración hace del actual sistema de formación sanitaria?
En el grado de Medicina hay una evidente evolución. En los últimos años se ha apostado por un programa más práctico, en línea con lo establecido en el Plan Bolonia. No obstante, aún quedan aspectos a mejorar. Por ejemplo, se perciben diferencias durante el proceso de implementación de estos programas, existiendo diferencias entre universidades, que llevan a resultados diferentes, como se pone de manifiesto, por ejemplo, en los resultados del examen MIR. De ahí que sea necesaria una mayor homogeneización.
A esto sumaría la inclusión en todas las facultades de Medicina de técnicas de simulación, similar a los esfuerzos que se han venido realizando por la incorporación de las ECOE (Evaluación Clínica Objetiva Estructurada).
¿Y en la formación sanitaria especializada?
El Sistema Nacional de Salud (SNS) es, indiscutiblemente, uno de los mejores del mundo, en gran parte por contar con el sistema MIR. Desde la Sociedad Española de Cardiología somos unos grandes defensores de este programa de formación MIR, por lo que solo quedaría el reto de ajustar el modelo a las necesidades de los nuevos tiempos.
El Ministerio de Sanidad ha intentado modernizarlo a través de la posteriormente anulada Troncalidad, ¿consideran que es la fórmula acertada?
Existen posturas encontradas sobre este punto. En mi opinión personal, que los residentes cuenten con un tronco donde adquieran competencias genéricas es positivo y nadie puede estar en contra de esto. El problema radica en el tiempo destinado posteriormente a la fase de formación especializada, donde consideramos que quitarle un año a Cardiología será contraproducente. No porque los especialistas salgan peor formados en Cardiología Clínica, sino porque quedan muchos temas innovadores que se pasarán por alto.
Además de la memoria económica, ¿qué otras modificaciones incorporarían si se retoma el proyecto de la Troncalidad?
La modernización de los programas de la especialidad de Cardiología, aunque es algo que ya se está haciendo con o sin troncalidad. La incorporación de nuevos contenidos influye en el punto de los años de duración, ya que si se elimina uno obligará a sustituir un contenido por otro, o a que se vea muy por encima cada competencia.
En Cardiología, ¿cuáles son los grandes retos que se deben asumir a futuro?
Es conocido que el Sistema Nacional de Salud se está enfrentando a un posible déficit de profesionales sanitarios. Para evitar que ocurra en la especialidad de Cardiología, sería recomendable que se valore la opción de aumentar el número de plazas que se ofertan en el MIR, así como la acreditación de nuevas unidades docentes. Son medidas que tendrían que ya tomarse en los próximos años.
¿Qué aspectos se deben modificar o implementar para garantizar una mejor adquisición de conocimientos y competencias?
Uno de los principales cambios necesarios será cambiar los actuales requisitos para la acreditación de las unidades docentes de Cardiología. Simultáneamente, sería necesaria la incorporación de nuevos procesos de formación por simulación, ya que mejorarán tanto la adquisición de conocimientos por los residentes como aumentará la seguridad entre los pacientes. No se trata de que cada hospital tenga un sistema propio de simulación, pero sí contar con una presencia mínima por cada una de las autonomías.
Desde la Sociedad Española de Cardiología daremos el primer paso en 2018. Entre enero y junio becaremos a los residentes para que puedan realizar dos veces un curso de simulación (tanto en básico como en avanzada) en instalaciones preparadas para ello. Es un proyecto que presentaremos al Ministerio de Sanidad para valorar su implementación a nivel nacional.
A esto sumaría otra petición: incorporar a los programas formativos los nuevos conocimientos y tiempo de formación en gestión e introducción a la investigación.
Dermatología y Cirugía Plástica siguen siendo las grandes ‘favoritas’ del MIR, ¿prevé un incremento en la demanda de Cardiología?
Cardiología siempre ha estado entre las opciones predilectas de los MIR. En la última convocatoria cinco de los 10 primeros la escogieron, así como 23 de los primeros 100 números de orden. Esto es una demostración del prestigio que tiene la especialidad, así como del buen trabajo realizado por la SEC.
¿Sumaría nuevas técnicas de evaluación para comprobar el nivel de aprendizaje de los residentes?
Desde la Sociedad Española de Cardiología pensamos que se debe mejorar el modelo de evaluación de nuestros residentes, yendo hacia una evaluación práctica, en la que se tenga muy en cuenta el trabajo diario y el contacto con los adjuntos y tutores. En esta línea, consideramos que la evaluación de competencias y habilidades mediante técnicas de simulación podría mejorar la evaluación de nuestros residentes.
¿Cuáles son las perspectivas laborales para un especialista que recién ha terminado la residencia?
En todas las especialidades ha comenzado a registrarse un índice de paro. En las grandes ciudades, muchos de los profesionales que han terminado la residencia están formándose con una beca o emigrando. Por eso, sería ideal que se amplíen las actuales plantillas de los hospitales, que han quedado estancadas en los últimos años.