El análisis de las convocatorias anteriores revelan que cada vez hay menos aspirantes por debajo de la nota de corte, mientras que sube la media de neta y las calificaciones más altas.
El examen MIR está evolucionando. En las últimas convocatorias se ha percibido que la nota media de los 10 mejores exámenes ha ido ascendiendo, así como también el total de aspirantes a la formación sanitaria especializada que superan la nota de corte. De ahí que se plantee la duda sobre si la prueba de acceso a la residencia médica está perdiendo su capacidad de discriminar entre los candidatos.
Si se comparan los datos de la convocatoria 2016-2017 con los de 2009-2010 se percibe que se ha pasado de una media de los 10 mejores exámenes de 188 puntos a 197,40, lo que evidencia una mejora en el promedio de respuestas netas de cada año. Un análisis realizado por José María Romeo, a partir de los datos oficiales, demuestran que mientras el promedio de netas en la convocatoria de 2010 fue de 85,05, en la prueba de 2017 subió hasta las 118,01.
Otro aspecto a considerar es que cada vez son menos los aspirantes al MIR que se quedan por debajo de la nota de corte. Por ejemplo, en las convocatorias celebradas entre 2009 y 2012, la media fue descendiendo del 34,55 por ciento al 27,6 por ciento. Una cantidad que descendería al 20,8 por ciento para la convocatoria 2014-2015 y que mantendría su tendencia hasta alcanzar el 17,27 por ciento (2015-2016) y el 14,19 por ciento (2017-2018).
Cuando se analizan las netas del último candidato en agotar las plazas de residencia, se percibe que, mientras en la convocatoria 2010-2011 fueron necesarias 105,33 netas, la tasa ha ido oscilando entre las 119 y 126 netas durante los años posteriores. Sin embargo, en la última convocatoria alcanzó un nuevo récord al sumar 134,67 netas. En este sentido, se evidencia que el nivel de exigencia para estar entre los primeros es mucho mayor, ya que la gran parte de los aspirantes se acumulan en la distribución con más opciones de obtener una vacante.