La pandemia del Covid-19 supuso el cierre de un gran número de locales comerciales en las calles de las ciudades españolas. Sin embargo, existe un modelo de negocio que, lejos de desaparecer, ha ido expandiéndose y ganando terreno: los salones de manicura.
El conocido como ‘nail art’ es ya en España una industria que mueve miles de millones de euros. La clave del éxito radica en un cambio en el comportamiento de los consumidores, que han pasado del cuidado de las uñas durante las ocasiones especiales a que formen parte de su día a día. Incluso, a que busquen ideas innovadoras y modernas con las que poder disfrutar de un modelo propio.
No se trata tan solo de un impacto económico positivo para los emprendedores de España, ya que, por ejemplo, en Estados Unidos la manicura es un sector que cuenta con unos beneficios anuales que rondan los 5.000 millones de euros, según los datos del portal de informes de consumo Statista.
Si se analiza desde el punto de vista mundial, la industria global del esmalte va camino de facturar 14.000 millones de aquí a 2024, si se cumple con la estimación realizada por la consultora Grand View Research.
Con unos precios que oscilan entre los 7 (manicura low cost) y los 25 euros y una clientela capaz de repetir cada semana, el negocio está expandiéndose y abarcando nuevos espacios a través del modelo de las franquicias.
En el caso de España, un importante porcentaje del emprendimiento en el sector de las uñas proviene de inmigrantes, en especial de aquellos provenientes de América Latina y Asia, donde existe una importante cultura de la estética femenina y el cuidado de las uñas lleva décadas siendo una actividad cotidiana para sus ciudadanos.
Otra ventaja es que, a diferencia de otros sectores, el mercado de las uñas ya venía trabajando con el equipo de protección esencial como guantes desechables, lo que supone una ventaja para garantizar la seguridad de los clientes. En este sentido, los únicos cambios considerables son el uso de las mascarillas y la ventilación constante de los espacios empleados. Así como velar por el cumplimiento del aforo.
El mercado de las uñas está creciendo a pasos agigantados en España y, de mantenerse la tendencia entre los consumidores, todo parece apuntar a que se trata de un modelo de negocio que ha llegado para quedarse.