La deuda total de España, que incluye al sector público, empresas y hogares, alcanzó los 2,99 billones de euros, según los datos publicados por el Banco de España.
En concreto, el crecimiento de la deuda pública fue seis veces mayor que la privada. De esta manera, el pasivo de empresas y hogares subió un 2,5% en 2020, mientras que la pública se disparó más del 20% impulsada por la pandemia.
La deuda de las empresas aumentó en 48.500 millones, mientras que las familias españolas lograron reducir su pasivo en 7.300 millones.
Pese al impacto de la pandemia la deuda privada mantuvo una evolución contenida durante 2020. La deuda consolidada de las empresas y de los hogares alcanzó 1,65 billones de euros en el cuarto trimestre de 2020, lo que supone el 147,4% del PIB. Para producirse en pleno año del coronavirus, el pasivo del sector privado subió un 2,5%.
A pesar del limitado crecimiento, en términos relativos respecto al PIB sí supone un avance significativo. Ha pasado del 129,5% del PIB al 147,4% al finalizar el cuarto trimestre del año pasado. «El repunte de la ratio de endeudamiento sobre PIB se debió, sobre todo, al descenso del PIB (denominador de la ratio) y, en menor medida, al aumento de la deuda (numerador de la ratio)», explica el propio Banco de España.
El incremento de la deuda agregada es fruto de un comportamiento dispar de estos dos sectores, ya que la deuda consolidada de las sociedades no financieras aumentó alcanzando un 84,9% del PIB (si se incluyese la deuda interempresarial, la ratio sería un 107,7%), con un crecimiento anual del 3,1% hasta los 0,9 billones; mientras que la de los hogares disminuyó situándose la ratio en un 62,5% del PIB, unos 0,7 billones de euros.
Por su parte, la deuda de las Administraciones Públicas alcanzó a finales de diciembre de 2020 un saldo de 1,34 billones de euros, lo que supuso el 120% del PIB. Este incremento de la ratio se debió tanto al aumento de la deuda en valor absoluto como al descenso del PIB. La tasa de crecimiento del saldo de deuda fue del 13,2% en términos interanuales, más de seis veces más que el ritmo de crecimiento de la deuda privada.
La riqueza financiera neta de las familias españolas se situó en 1,590 billones de euros en el cuarto trimestre de 2020, lo que supone una caída del 1,9% en tasa interanual.
A pesar de esta caída, la riqueza de las familias sigue en máximos y se sitúa ya muy por encima de los niveles previos a la crisis económica de hace más de una década, ya que en el primer semestre de 2007, justo antes del comienzo de la recesión, rozaba el billón de euros.
El Banco de España explica que, en relación con el PIB, los activos financieros netos representaron el 141,8%, ratio 11,6 puntos porcentuales superior a la de hace un año debido, especialmente, al retroceso del PIB.
El saldo de activos financieros -dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta- de los hogares e ISFLSH alcanzó a finales de 2020 un importe de 2,347 billones de euros, un 1,7% inferior al de un año antes.
Esta disminución se debe a revalorizaciones netas negativas, de 118.100 millones de euros, que se concentraron principalmente en el primer trimestre de 2020, provocadas por la caída del precio de los activos en los mercados financieros como consecuencia de la pandemia, mientras que las transacciones fueron positivas, con una adquisición neta de activos financieros de 77.600 millones de euros en el último año.
De esta forma, la deuda total de España alcanza niveles históricos al cierre de un año marcado por la pandemia de coronavirus.