La Agencia Europea de Estadística (Eurostat) revela que el 4,7 por ciento de la población activa se encuentra en un empleo precario.
Más y mejor empleo. Ese sigue siendo uno de los grandes retos económicos de España. La Agencia Europea de Estadística (Eurostat) revela que, al cierre de 2016, el 4,7 por ciento de la población activa del país se encontraba en una situación de empleo precario, lo que le sitúa en la tercera tasa más alta de toda la región, sólo siendo superado por el 4,8 por ciento de Francia y el 8,4 por ciento de Croacia.
España, que entre 2008 y 2012 logró mantener la tasa oscilando entre el 4,2 y 4,5 por ciento, comenzó a registrar un incremento en 2013, cuando el indicador escaló hasta el 4,6 por ciento. Una cifra que subiría hasta el 4,8 por ciento un año después. No obstante, descendió una décima en 2015, llegando al mismo nivel que registra al cierre de 2016; es decir, equilibrándose en lugar de mantener su tendencia al alza.
En una situación similar a la española se encuentran países como Polonia, Eslovenia e, incluso, Finlandia. Los datos oficiales apuntan a que, por ejemplo, el empleo precario en Polonia alcanzase el 4,7 por ciento en 2015 y descendiera hasta el 4,5 por ciento en 2016. Una evolución similar a la de Eslovenia que ha pasado del 5 al 4,5 por ciento en el mismo período, mientras que en el caso de Finlandia se ha registrado un incremento al pasar del 4,2 por ciento al 4,4 por ciento que le sitúa en el sexto lugar europeo en precariedad laboral.
Al otro extremo de la tabla, el índice más bajo en precariedad laboral los ostenta Rumania, con un 0,2 por ciento. Una tendencia que también cuenta con los buenos resultados de Reino Unido (0,4 por ciento), República Checa (0,4 por ciento), y Alemania (0,5 por ciento). Ante el amplio abanico registrado, la media de empleo precario en Europa se sitúa en el 2,3 por ciento al cierre de 2016, siendo un porcentaje por el que oscila desde 2010.