El sector ha registrado un crecimiento del 6 por ciento en el primer trimestre de 2018, similar a la tasa registrada en los años previos a la crisis del ladrillo.
La construcción ha ido creciendo ladrillo a ladrillo en España. Tras el ajuste registrado en el mercado generado por la burbuja inmobiliaria, los indicadores han regresado a datos en positivo que son capaces, incluso, de superar los niveles alcanzados antes de la llamada ‘crisis del ladrillo’. Así lo han revelado los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), al asegurar que el crecimiento del sector durante el primer trimestre de 2018 ha sido del 6 por ciento. Un incremento que no se percibía desde 2001, cuando el mercado se encontraba a las puertas de un inminente colapso.
A pesar del crecimiento registrado en la construcción, la economía española aún no se ha visto en la necesidad de encender las alarmas. El sector representa actualmente el 10,6 por ciento del conjunto del Producto Interior Bruto (PIB), lo que equivale a la mitad de los niveles alcanzados durante 2006 y 2007, justamente los dos años previos al inicio de la ‘crisis del ladrillo’. En este sentido, los economistas y analistas entienden que se trata de una recuperación del mercado, que debe seguirse con interés pero que no representa un riesgo para el equilibrio económico.
La demanda está respondiendo al incremento de la oferta. Por ejemplo, para el cierre de marzo se habían firmado un total de 26.350 hipotecas, manteniéndose una tendencia hacia el alta en los últimos meses. En este sentido, el Instituto Nacional de Estadísticas precisa que el importe medio de los créditos hipotecarios ascendió a 119.783 euros, un 4,6 por ciento más, con un tipo de interés fue del 2,62 por ciento y el plazo superó los 24 años.
¿A qué responde el crecimiento?
La recuperación del mercado de la construcción y vivienda está respondiendo a, al menos, tres estímulos específicos. La primera está relacionado con la incremento en la eficiencia de los procesos, siendo una de las medidas implementadas por las empresas del sector en su esfuerzo por sobrevivir a los años de crisis y recesión. Sin embargo, no es la única causa, ya que también ha sido un aspecto clave el aumento de las inversiones del capital extranjero en el mercado inmobiliario (en especial el proveniente de Rusia, China y América Latina).
Finalmente, la mejora general de la economía ha beneficiado al incremento del consumo que no sólo ha impacto en la construcción de nueva obra, sino en el mercado de la reforma y rehabilitación de vivienda.