Los datos de la Confederación Española del Comercio (CEC) reflejan que el comercio ha perdido el 15% de todos los establecimientos en España debido a la crisis ocasionada por la pandemia de Covid-19.
Su presidente, Pedro Campo, advierte además que, lejos de ver una recuperación a corto plazo, las previsiones son cada vez más pesimistas. «Todo indica que si todo sigue igual al cierre del ejercicio habrán cerrado ya el 20% de los locales -unos 90.000- y salvo que se produzca un milagro en Navidad, todo indica que a partir de enero la situación será aún más dura y habrá nuevos cierres», dice Campo.
Los cierres se están acelerando porque las empresas se están quedando sin liquidez según avanzan los meses, sin olvidar tampoco que muchas de ellas han tenido que hacer fuentes campañas de descuentos y rebajas para poder atraer al consumidor que han provocado al final que sus márgenes se hundan o incluso sufran cuantiosas pérdidas.
Desde la Confederación, recuerdan que el sector del comercio, no solo supone buena parte de la riqueza y empleo en España, concentrando 3,2 millones de empleos y el 13% del PIB nacional, sino que, además, es también uno de los sectores con mayor número de trabajadores acogidos a los ERTE.
Empleos en ERTE
En total, hay 107.000 personas con el empleo suspendido, entre comercio al por mayor y al por menor, según las últimas cifras del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones publicadas a cierre de agosto.
En la situación actual, con los Índices de Confianza del Consumidor registrando desplomes históricos y la desmesurada caída del consumo que ha provocado una caída de facturación acumulada del 50%, la Confederación de Comercio urge aplicar medidas de apoyo al sector; lo contrario significaría poner en grave riesgo de desaparición al modelo comercial español al completo, con la consecuente pérdida de empleo y la destrucción del tejido productivo, fundamental para la recuperación económica del país.
Al margen de la ampliación de los ERTE, la patronal del pequeño y mediana comercio urge al Ejecutivo a adoptar también medidas específicas en apoyo a los autónomos del sector. «Hacen falta medidas de apoyo fiscal y financiero que garanticen la liquidez a los comercios, el aplazamiento del pago de la deuda tributaria y condonación del pago de tributos, así como la reducción drástica del recargo de equivalencia o garantizar las mismas normas de funcionamiento para todos los operadores de comercio con independencia de que el canal de venta sea físico u online», mantiene la organización.
Respecto al pago de los alquileres, que según admite la CEC, está asfixiando también a muchos pequeños comercios, Campo reclama al Gobierno que haga un papel de mediador y rechace la vía del Gobierno catalán, que ha apostado por reducir el 50% el precio del alquiler en los comercios y establecimientos de hostelería que se han visto obligados a cesar sus actividad. «Hay muchos pequeños propietarios que tenían un comercio y que ahora complementan la pensión mínima con el alquiler, por lo que en nuestra opinión, esa medida ni tiene sentido ni posiblemente sea constitucional, ya que su encaje legal es muy complicado».
Las grandes superficies
Y aunque las grandes superficies están resistiendo mejor y que tienen más músculo financiero, su situación tampoco es fácil. El 28 de septiembre, tras la celebración de la asamblea anual de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), su presidente, Alfonso Merry del Val, lanzaba así una clara advertencia a la clase política y los continuos cambios de criterio en la gestión de la crisis.
«En la economía real, donde confluyen la actividad empresarial, el trabajo de los ciudadanos y la confianza de los inversores, las batallas ideológicas no aportan nada y suponen un deterioro de la seguridad jurídica. Una gran mayoría de los ciudadanos estamos cansados de discusiones estériles y reclamamos a la clase política un acuerdo para abordar la situación», aseguró el presidente de Anged, que representa a compañías como El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Eroski, Leroy Merlin, Ikea o Fnac.
Pero si el coronavirus está pasando una factura muy alta al comercio, la hostelería está viviendo una auténtica debacle. «Hay ya más de 50.000 establecimientos cerrados y, según nuestros cálculos a final de año serán al menos 85.000 los que hayan ido a la quiebra. Es una escabechina», explicaba recientemente el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel.
La segunda ola destruye la confianza de los consumidores de la eurozona