Los cambios políticos registrado en el país no afectan las previsiones para el actual y próximo ejercicio.
El Banco de España mantiene en el 2,7 por ciento su estimación de crecimiento del PIB para este año y ha elevado una décima, hasta el 2,4 por ciento, la previsión para 2019, según sus nuevas proyecciones macroeconómicas de la economía española para el periodo 2018-2020, que también mantienen en el 2,1 por ciento el crecimiento para 2020.
La revisión al alza del PIB para el próximo año se debe, según el Banco de España, a la orientación algo más expansiva de la política fiscal y, en menor medida, por la perspectiva de un tipo de cambio del euro más depreciado que el observado en trimestres anteriores, cuyos efectos se ven neutralizados parcialmente por el impacto contractivo asociado a los mayores precios del petróleo.
Según la autoridad monetaria, se prolonga la expansión del PIB aunque de manera más moderada y el crecimiento seguirá sustentado en la demanda nacional para la que, no obstante, se prevé cierta desaceleración en los próximos años. A su vez, la demanda exterior neta continuaría ejerciendo una contribución ligeramente positiva a lo largo del horizonte.
Los riesgos, añade el Banco de España, se inclinan «a la baja», dado que en la esfera exterior no se descarta un «posible resurgimiento» de tensiones financieras asociadas a la incertidumbre geopolítica o al proceso de normalización de las políticas monetarias; mientras que en el plano interno, advierte de que la actual fragmentación parlamentaria podría «dificultar» la implementación de reformas estructurales y aminorar el ritmo del proceso de reducción del endeudamiento público.
Además, no excluye la posibilidad de un «hipotético repunte de la incertidumbre relacionada con la situación política de Cataluña«.