El país latinoamericano habrá destruido la mitad de sus recursos entre 2013 y el actual ejercicio.
Venezuela está encaminada a perder la mitad de su riqueza acumulada en 2013. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el país latinoamericano registre un retroceso del 15 por ciento durante 2018, lo que equivaldría a una contracción del 50 por ciento en sus recursos durante un plazo de cinco años. Es importante recordar que, durante los últimos años, su economía ha atravesado una profunda recesión que ha repercutido en las posibilidades de recuperación.
Sólo en los últimos ejercicios, Venezuela registró una caída en la economía del 16,5 por ciento en 2017 y del 14 por ciento en 2016. Una tendencia que se prevé que permanezca en los próximos años. A esto se suma la pérdida del poder adquisitivo generado a partir de la devaluación de la moneda (recientemente ha sido anulado el cambio oficial de 10 bolívares por dólar) y una hiperinflación que, para el cierre de 2018, se estima que estará por encima del 13.000 por ciento.
La recuperación de la economía venezolana necesitará, según estimaciones del FMI, una dotación de 30.000 millones de dólares anuales, lo que permitirá llegar a los mismos niveles registrados por las exportaciones registradas en el 2015, lo que no sería suficiente para reimpulsar el consumo y recomponer la balanza de pagos del país, lo cual conllevaría otros 22.000 millones anuales.
La compleja operación de rescate, la cual podría estar planeándose, presentaría fuertes repercusiones financieras pero, también, políticas, pues podría pasar por encima del polémico programa de ayuda a Grecia o, incluso equivaler, “en lo que se refiere a complejidad”, a los programas de Argentina y Grecia juntos.