La diputación de Jaén ha colaborado con 30.000 euros para poner en marcha la iniciativa destinada a mujeres en riesgo de exclusión.

Mensajeros de la Paz vuelven a superar las fronteras con su solidaridad. La organización ha construido una casa para el empoderamiento y la inclusión de las mujeres afectadas por el terremoto en Muisne. Mediante la reconstrucción de la sede de los grupos organizados de mujeres, se pretende mejorar su bienestar y resiliencia para enfrentar el proceso de reconstrucción de sus vidas.

El proyecto, que se desarrolla en la costa ecuatoriana, ha contado con el apoyo de la Diputación de Jaén, que a finales de 2016 concedió a esta iniciativa 30.000 euros de presupuesto. Con ello, se propone incidir en la prevención y erradicación de la violencia de género en el cantón Muisne, al fortalecer la identidad de las organizaciones de mujeres mediante la implementación de un espacio físico que les de visibilidad entre los actores del desarrollo local de este cantón.

El fortalecimiento de los grupos organizados de mujeres mediante la reconstrucción e implementación de su casa/sede hará parte de un proceso sostenido en el marco del Plan Integral de Reconstrucción de la Zona afectada por el terremoto. En este sentido, se incluyen planes e incentivos económicos para la reconstrucción del hábitat local y el apoyo a pequeños emprendimientos manejados por mujeres, y del Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, que incluye acciones de prevención y atención de las mujeres víctimas de la violencia. Todas estas acciones podrán ejecutarse en la casa de las mujeres de Muisne.

Tradicionalmente dedicadas a la pesca, así como al turismo costero, y emmarcadas en un contexto de falta de alfabetización generalizada y de cultura patriarcal, las mujeres de Esmeraldas (uno de los lugares más altos en el Índice de Pobreza Humana de todo Ecuador) sufren violencias machistas en el 58,2 por ciento de los casos. Por este motivo, reconstruir el lugar (“la casa de las mujeres”) que se había transformado en su espacio de encuentro, expresión, capacitación y lucha por la defensa de sus derechos, es inaplazable.

Aún más si se tiene en cuenta que la mayoría de estas mujeres llevan más de un año refugiadas en los albergues que el gobierno construyó tras la catástrofe. Lugares que, si bien están bien provistos de lo que compete a las necesidades básicas de las familias, se convierten en peligrosos de no controlar la violencia contra las mujeres debido a la situación de hacinamiento.

“Esta violencia sufrida por ellas no recibe suficiente atención de las políticas públicas en ninguna emergencia humanitaria. Sin embargo, defender la seguridad de las mujeres en contra de las violencias machistas que imperan en nuestras sociedades actuales, es prioridad absoluta de la Fundación Mensajeros de la Paz y su contraparte en este proyecto, CEPAM, según sus visiones y misiones”, han apuntado desde la organización.

Reconstruida, equipada e implementada la “casa de las mujeres”, con la realización de este proyecto, se espera que recupere su agenda cultural y formativa y continúe impulsando el empoderamiento de las mujeres, sus voces, su seguridad y su desarrollo integral.