
En un nuevo capítulo de la disputa comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, la Comisión Europea ha anunciado este jueves el aplazamiento de dos semanas en la entrada en vigor de sus contramedidas arancelarias contra productos estadounidenses. Estas medidas, que responden a los aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio impuestos por el expresidente Donald Trump, se implementarán ahora a mediados de abril en lugar del 1 de abril como estaba previsto inicialmente.
El portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, explicó que la decisión busca dar «más tiempo» para negociar con la Administración estadounidense, asegurando que este retraso «no disminuirá el impacto» de la medida. A pesar de este ajuste en el calendario, Bruselas mantiene firme su postura de responder de manera proporcional a las restricciones comerciales impuestas por Washington.
Un ajuste en el calendario, no en la estrategia
La respuesta europea a los aranceles estadounidenses estaba programada en dos fases. La primera consistía en la reactivación de las contramedidas impuestas en 2018 y 2020, las cuales habían sido suspendidas temporalmente pero cuya moratoria expiraba el 31 de marzo. La segunda fase contemplaba la introducción de nuevos gravámenes sobre una serie de productos estadounidenses a partir del 13 de abril.
Sin embargo, la Comisión ha decidido unificar ambas acciones en un solo paquete de represalias comerciales, ajustando su entrada en vigor a mediados de abril. «Nuestro objetivo es lograr un equilibrio justo entre los productos afectados, considerando los intereses de los productores, exportadores y consumidores de la UE», señaló Gill.
Mientras tanto, Estados Unidos mantiene su postura de presión comercial. La Administración estadounidense ha confirmado que los aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio importados entraron en vigor el pasado 12 de marzo y planea introducir nuevas medidas recíprocas a partir del 2 de abril.
Los productos afectados por la guerra arancelaria
Las contramedidas europeas incluyen gravámenes sobre una amplia variedad de productos estadounidenses. En la lista de bienes afectados se encuentran motocicletas, determinadas marcas de ropa, productos de madera, bebidas alcohólicas como el bourbon y alimentos como cereales, almendras y carnes.
Las represalias de la UE podrían alcanzar hasta 26.000 millones de euros, según las estimaciones de Bruselas. La Comisión ha reiterado que estas medidas son una respuesta legítima a lo que considera «prácticas comerciales injustificadas» por parte de EE.UU., las cuales han sido calificadas como «perturbadoras del comercio transatlántico y perjudiciales para las empresas y los consumidores europeos».
Bruselas busca el diálogo, pero mantiene su firmeza
A pesar del aumento de la tensión comercial, la UE sigue abierta a la posibilidad de una solución negociada. Gill subrayó que la Comisión está dispuesta a entablar un «diálogo constructivo» con Washington para evitar un daño económico innecesario a ambas partes.
Por la mañana, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, había adelantado que la UE estaba considerando este ajuste en el calendario debido al reciente anuncio de que EE.UU. impondrá nuevos aranceles a partir del 2 de abril. «Este planteamiento nos permitirá dar una respuesta firme, proporcionada, sólida y bien calibrada a las medidas estadounidenses», afirmó.
Sin embargo, el expresidente Donald Trump, quien inició la guerra arancelaria durante su mandato, ha dejado claro que no tiene intención de dar marcha atrás. Defendió las tarifas impuestas alegando que la UE ha sido «muy dura» con Estados Unidos en materia comercial. «Lo que nos cobren, se lo vamos a cobrar», aseguró en respuesta a las represalias anunciadas por Bruselas.
Un conflicto sin resolver
El retraso en la entrada en vigor de las medidas europeas no implica una reducción de la presión sobre Estados Unidos, sino una estrategia para dar margen a una posible negociación. Sin embargo, con ambas partes reafirmando sus posturas y la introducción de nuevos aranceles en el horizonte, el conflicto comercial entre la UE y EE.UU. sigue lejos de una resolución definitiva.