En el mercado de Chacao, uno de los barrios de clase media de Caracas, decenas de puestos de fruta, verdura, carne y pescado mantienen sus escaparates repletos de productos.
La imagen nada tiene que ver con la Venezuela de hace tres años donde escaseaban los alimentos en plazas y supermercados.
Con la hiperinflación de la moneda local, la divisa ha cogido impulso en el país. Nadie sabe cómo ha empezado a circular pero todo el mundo tiene billetes verdes.
Aunque la población se ha ido acostumbrando al uso de las dos monedas complica sencillas transacciones. Los ciudadanos eligen la forma de pago: dólar, bolívar, tarjeta, efectivo…, incluso pueden optar por la fórmula mixta.
Compras mayoritariamente en dólares
Los consumidores optan muchas veces por esta combinación, porque, aunque las divisas son accesibles, es difícil encontrar monedas pequeñas para el cambio.
La presencia de la divisa en la economía venezolana hace que la mayoría de los establecimientos tengan dos cajas; una con bolívares y la otra -en dinero B- con dólares.
En algunos casos hay establecimientos, que tras hacer un pago en dólares ofrecen la factura en bolívares.
En este punto de inflexión de la economía venezolana, a los ciudadanos poco les preocupa la cuestión tributaria.
En Venezuela, el país que durante años recibió ingresos mil millonarios por el petróleo, nunca ha habido mucha cultura fiscal, así que en estas
Cuentas en el extranjero para pagar
Los venezolanos para cobrar las ventas usan aplicaciones como Zelle (la aplicación es similar a la del bizum que utilizamos en España) y cuentas en el extranjero para cobrar en divisas. .
Todos los dólares que reciben por este medio van a parar directamente al extranjero. Junto al dólar circulan otras monedas que tienen más o menos fuerza en función de la zona del país. En la frontera con Colombia se puede pagar en pesos colombianos. El euro, el oro, el café o el trueque, nos explica el economista Manuel Sutherland, también tienen presencia en la nueva economía.