La variación del Índice de Precios al Consumidor será la más alta de todo el mundo para este período y una de las más elevadas de la historia internacional.
El ‘monstruo’ de la inflación gana la batalla a la economía venezolana. El último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) revela que el país cerrará 2017 con un Índice de Precios al Consumidor un 652,7 por ciento superior al registrado el año anterior (donde se registró una tasa del 254,4 por ciento). Es decir, el valor de los bienes y servicios han aumentado en casi un 700 por ciento durante los últimos 12 meses y con perspectivas de llegar a su punto más crítico en 2018.
Los datos financieros permiten predecir que, al cierre de 2018, la inflación venezolana tocará máximos históricos mundiales. En concreto, se prevé que una variación interanual del 2.349,3 por ciento en el Índice de Precios al Consumidor. Esto quiere decir que, si una persona pagaba 10 euros por un alimento a enero de 2018, ese mismo producto tendrá un valor de 234,93 euros para finales de año. La situación repercutirá directamente en la economía de las familias, quienes en la actualidad ya requieren de dos salarios mínimos para poder adquirir 15 días de alimentos (sin considerar otros gastos como alquiler, luz, agua, o vestimenta).
La gravedad de la situación queda aún más clara cuando se compara con el resto de países de la región. El Fondo Monetario Internacional indica que, después de Venezuela, la tasa más elevada será la que registrará Argentina: 17,8 por ciento. No obstante, el resto de las economías de América Latina lograrán controlar la inflación por debajo de los dos dígitos, así como ocurre en, por ejemplo, Brasil (4 por ciento), Colombia (3,3 por ciento), Chile (2,7 por ciento), o Ecuador (0,7 por ciento).
Los esfuerzos generales hacen que la media inflacionaria para América Central para 2018 se estime en el 3,2 por ciento, ligeramente inferior al 3,8 por ciento que se alcanzaría en el Caribe.