América Latina avanza con lentitud en el proceso de erradicar la corrupción, lo que le convierte en un lastre para su crecimiento económico.
«La mayoría de países de Latinoamérica se está moviendo demasiado despacio en sus esfuerzos para combatir la corrupción”. Así lo afirma el último ranking de Transparencia Internacional, donde se analiza el progreso de la región en la lucha contra las prácticas ilícitas. Esas en las que, durante los últimos seis años, “muchos países han progresado poco o nada».
La investigación sitúa a Uruguay y Chile como los países más limpios de América Latina. El primero, situado en el peldaño 23 mundial, ha obtenido una valoración de 70 puntos, cuatro menos de los alcanzados en el informe de 2015. Aunque se mantiene como líder de la región, está por detrás de Estados Unidos (puesto 16) y Canadá (puesto 8) en la clasificación internacional. En el caso de Chile, con 67 puntos logra obtener el peldaño 23, quedando muy por encima de su competidor más cercano: Costa Rica (puesto 38).
El ‘top cinco’ de los países menor corruptos de América Latina queda completado con Cuba que está en el puesto 62 (con una puntuación de 47 puntos, igual que en las últimas dos ediciones) y Argentina que está en el peldaño 85 (con 39 puntos, tres más que en la última edición del ranking). La nación del tango ha sido una de las pocas que ha registrado una mejora considerable, logrando subir diez puestos en solo un año.
La presidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferreira, insiste en que, en la mayoría de los países, se «están haciendo pequeños o nulos avances para terminar con la corrupción, mientras que un análisis más detallado muestra que periodistas y activistas de los países más corruptos arriesgan sus vidas diariamente en sus esfuerzos por hacerse oír».
A medio camino en la clasificación latinoamericana se posicionan Argentina (39), Brasil, Colombia, Panamá, Perú (37), Bolivia, El Salvador (33) y Ecuador (32). En el estudio se observa que las variaciones interanuales son normalmente pequeñas, destacan la subida de tres puntos de Argentina y las de dos enteros de Perú y Haití, así como las caídas de tres unidades de Brasil y El Salvador.
El epicentro de la corrupción
Venezuela y Haití son los países más corruptos de América Latina. El país bolivariano es el peor evaluado de la región y se sitúa en el peldaño 169 de la clasificación mundial, con una puntuación de tan sólo 18 puntos. Ferreira denuncia que Venezuela es un país «en una crisis humanitaria total» porque «la corrupción es el sistema en todos los aspectos de la situación» y «la comunidad internacional debería tratar de ser más sólida impulsando alguna reforma«.
En cuanto a Haití, ha logrado sumar dos puntos en comparación con el año pasado, hasta los 22, lo que le lleva al puesto 157 del ranking internacional. Una situación desfavorable que comparten con Nicaragua (151), Guatemala (143), Paraguay, México, Honduras y República Dominicana (todos empatados en el peldaño 135). «En los países más corruptos el espacio para la prensa y la libertad de expresión está absolutamente reducido, como el espacio para el acceso a la información», explicó la presidenta de Transparencia Internacional.