CAF -banco de desarrollo de América Latina-, el Centro de Desarrollo de la OCDE, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) y la Comisión Europea (CE), presentaron ayer en Casa de América la XIV edición del informe “Perspectivas Económicas de América Latina (LEO) 2021: Avanzando juntos hacia una mejor recuperación”, en el que se plantea el desarrollo de distintas estrategias políticas, económicas y sociales para impulsar el avance de la región a través de una recuperación “sólida, sostenible e inclusiva”, tras la situación provocada por la pandemia.
La bienvenida estuvo a cargo de Enrique Ojeda, director de Casa de América y Antón Leis García, director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Tras la inauguración tuvo lugar un panel de apertura donde se reflexionó sobre la necesidad de “trabajar juntos para una mejor recuperación”. En el mismo, participaron Mario Cimoli, secretario ejecutivo adjunto de CEPAL-Naciones Unidas; Federico Bonaglia, director adjunto del Centro de Desarrollo de la OCDE; Jimena Durán, representante encargada de CAF en Europa y Jorge de la Caballería, jefe de la Unidad de la Dirección de Asociaciones Internacionales de la Comisión Europea.
Esta mesa estuvo moderada por Germán Ríos, profesor de IE University y director del Observatorio para América Latina y el Caribe. Todos ellos coincidieron en la importancia del LEO que descubre una situación actual de la región con grandes desafíos en materia social, fiscal, económica, digital y ambiental y que pone de manifiesto la necesidad de generar alianzas entre organismos internacionales, pero también de los sectores público, empresarial y sociedad civil.
A continuación, los encargados de presentar el reporte fueron Sebastián Nieto Parra, jefe para América Latina y Caribe del Centro de Desarrollo de la OCDE; Adriana Arreaza, directora de Estudios Macroeconómicos de CAF y Nunzia Saporito, economista asociada a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En sus intervenciones expusieron cómo la COVID-19 ha agravado los principales desafíos estructurales de la región latinoamericana: baja productividad, desigualdad y vulnerabilidad social, debilidades institucionales, y sostenibilidad medioambiental en riesgo.
De ahí, la necesidad de avanzar hacia una integración regional y una cooperación internacional que incluya a todos los países de América Latina y el Caribe trabajando sobre tres temas fundamentales: el cambio climático y la recuperación verde, la transformación digital y la dimensión de género.
América Latina y el Caribe ha sido la zona más afectada del mundo: el producto interno bruto (PIB) de la región se contrajo casi un 7.0% en 2020 y no se prevé alcanzar los niveles de PIB per cápita anteriores a la crisis hasta 2023‑2024.
Además, la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron índices que no se daban desde hace 12 y 20 años, respectivamente, un dato que podría haber sido mucho más alto de no haberse llevado a cabo las distintas iniciativas gubernamentales. Por ejemplo, resalta el estudio, el índice de Gini habría aumentado un 5,6 % respecto a 2019, en lugar del 2,9 % registrado.
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