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Nos cuenta que su proceso de adaptación no ha sido fácil y que se ha ajustado a nuevas reglas sociales. «Algunos ejemplos bien particulares son que es raro ver gente fumando en las calles, aunque ahora se ha hecho un poco más común entre los jóvenes el uso de vapes. Los grados de alcohol, por ejemplo, en la cerveza son menores, por lo que las empresas deben fabricar cervezas específicas para este estado. Las discotecas cierran a la 1 a.m., y los domingos el comercio es más limitado por ser el día que guarda la religión mormona», indica Valbuena.
¿Qué te llevó a elegir Utah como destino para establecerte?
La llegada a Utah fue circunstancial. Llegué a Texas en noviembre de 2018 y, en febrero de 2019, a Utah, inicialmente solo por una oportunidad de trabajo, sin conocer las bondades de este estado.
Para una persona con hijos pequeños, es una excelente opción para criarlos y verlos crecer. Utah ofrece un ambiente que, aunque no es perfecto, considero que, dentro de Estados Unidos, es el lugar ideal para familias. Si buscas diversión o fiesta, este no es tu sitio, pero si disfrutas de actividades al aire libre y paisajes hermosos, Utah tiene mucho que ofrecer.
Fue después de establecerme aquí cuando descubrí las bondades de este estado. Llegué con mi familia, compuesta por mi esposa y tres hijos. En ese momento, dos de ellos estaban en edad escolar, y lo que encontré me pareció magnífico.
El proceso de adaptación no ha sido fácil. Después de ejercer como abogado, llegar a Estados Unidos con pocas opciones me obligó a desempeñarme en trabajos que requieren esfuerzo físico, como un obrero cualquiera, en el nivel más bajo. Sin embargo, desde el primer momento, comencé mi labor social.
¿Cuál fue tu inspiración para trabajar en proyectos sociales dirigidos a migrantes en la ciudad?
Bridges 21 Initiative ha sido un proyecto en constante evolución. Comencé a título personal con un discurso importante, pero que no logró calar profundamente en nuestra comunidad: el discurso de la participación ciudadana.
Llama poderosamente la atención el desinterés, tanto de la comunidad americana como de la latina, hacia los asuntos políticos.
En mi caso personal, comencé asistiendo al City Hall de mi ciudad como cualquier ciudadano, presenciando las reuniones de las autoridades locales. Noté con preocupación que prácticamente nadie mostraba interés por lo que allí se discutía. Un espacio con capacidad para más de 100 personas permanecía vacío en todas las reuniones del Concejo. Usualmente, asistían 3, 4 o 5 personas, generalmente interesadas en que la ciudad aprobara algún proyecto específico. De resto, los ciudadanos comunes no se presentaban.
¿De dónde surgió mi preocupación? Vengo de un país que se perdió, precisamente, por no participar y por dejar la política en manos equivocadas.
Ese discurso, sin embargo, no logró resonar en la comunidad. El año pasado, con el apoyo de José «Cheli» Guevara, una persona con una admirable nonprofit llamada Capitán Zargueya, dedicada al apoyo e integración de niños migrantes, llegamos a la conclusión de que era necesario avanzar en nuestro enfoque y realizar cambios estructurales. Así nació Bridges 21 Initiative, y comenzamos a hablar de integración.
Nuestra comunidad vive un drama profundo: matrimonios disueltos, niños que, a pesar de vivir con sus familias, sufren abandono por la imperiosa necesidad de sobrevivir trabajando. Ante esta realidad, decidimos unir fuerzas con otras organizaciones que realizan un trabajo invaluable. Si lo deseas, puedo conectarte con ellas; trabajan en áreas como violencia, prevención del suicidio, protección de niños y otras problemáticas relevantes para nuestra comunidad.
Mi función con la fundación ha sido conectar a estas nonprofits con las autoridades locales, para que su trabajo se haga visible, especialmente en un contexto donde predominan las noticias negativas sobre los migrantes.
Fue en este punto cuando comenzamos a ver resultados y a establecer conexiones sólidas con las autoridades de diferentes ciudades del condado de Salt Lake.
Mi vocación de servicio viene de mi padre. Provengo de una familia de ganaderos y, desde que tengo uso de razón, lo vi velar por los niños de la escuela más cercana a nuestra finca, en una zona rural marginada de uno de los municipios más pobres de Venezuela. Mi padre les obsequiaba uniformes, libros, organizaba fiestas y reconocimientos a los mejores estudiantes. Incluso, ayudó a varios de ellos a continuar sus estudios en alguna rama técnica agropecuaria, brindándoles una oportunidad de crecimiento.
Su ejemplo me marcó profundamente, y hoy me esfuerzo por replicar ese espíritu de servicio en mi comunidad, buscando crear un impacto positivo que trascienda generaciones.
¿Cuáles son las principales necesidades que has identificado entre los migrantes en Utah?
Hemos identificado varios problemas que consideramos de suma importancia abordar dentro de nuestra comunidad:
a.- Formación de guetos: Nuestra comunidad, en líneas generales, no se integra, incluso dentro de nuestra misma comunidad latina. Nos cuesta mucho integrarnos y respetar la diversidad cultural, incluyendo el respeto a las normas.
b.- Enfoque en el trabajo y la supervivencia: Este enfoque nos lleva a perder vínculos familiares, afectando nuestras relaciones con esposas e hijos.
c.- Oportunidades educativas:
d.- Salud mental: Problemas como la depresión y la ansiedad son cada vez más frecuentes.
Todas y cada una de estas situaciones las estamos abordando gracias a las alianzas que hemos establecido con las otras asociaciones que previamente te comenté.
¿Cómo han respondido los migrantes en Utah a las iniciativas que lideras?
Hay mucho trabajo por hacer. Para las nonprofits que nos acompañan, ha sido genial poder tener acceso a las autoridades y visibilizar su labor. Para ellas, también ha sido importante poder llegar a una mayor cantidad de personas.
En cuanto a la comunidad en general, una parte se siente identificada y representada. Sin embargo, para otros, una minoría, afortunadamente, existe la percepción errónea de que se trata de un trabajo político-electoral y no de un esfuerzo político-organizativo.
¿Cuál ha sido el mayor desafío al trabajar en temas sociales para tus connacionales?
El mayor desafío ha sido construir las relaciones con las autoridades desde cero. Ha sido el trabajo de años de esfuerzo y de mostrar nuestro proyecto lo que hoy nos ha permitido tener un nombre y ser reconocidos por aquellos con los que aún no hemos establecido relaciones.
El segundo desafío es educativo, con nuestra comunidad, y estamos trabajando en eso.
¿Qué impacto esperas lograr a largo plazo con tu trabajo?
Tenemos planificados lograr este año:
- Fomentar la integración cultural, que la diversidad de culturas nos una y que no sea un motivo de divisiones.
- Desarrollar recursos educativos, económicos y sociales que ayuden a prosperar a las comunidades latinas en los Estados Unidos.
- Promover la inclusión social, trabajando en lo que nos separa, como por ejemplo el idioma y las barreras mentales de nuestra comunidad, que siente que solo podemos ser obreros y realizar las actividades que, en líneas generales, la comunidad americana no quiere hacer.
- Fortalecer la unidad dentro de la comunidad latina, dejando de lado las divisiones entre nuestras propias comunidades.
- Inspirar el liderazgo latino. Promover la participación de nuestras comunidades y, ¿por qué no, en un futuro, tener representación latina en cargos de autoridad?
- Promover el respeto y la igualdad para todas las personas, independientemente de su origen, cultura y posición social.
¿Qué consejo darías a otros migrantes que desean ayudar a su comunidad en el extranjero?
Hay la necesidad de hacer visibles los aportes que hace la comunidad latina a la sociedad americana, en especial, en estos tiempos turbulentos para la migración. Para ello, debemos tomar conciencia de la importancia de construir, integrar y comprometer comunidades. (Nuestro lema)
Es un tema de intereses colectivos, por lo que todos debemos participar.
¿Cómo ves el papel de la diáspora venezolana en la reconstrucción de vínculos sociales y culturales fuera del país?
El papel de la diáspora venezolana no es distinto al de cualquier inmigrante de otro país latino. Tenemos el deber de integrarnos a esta comunidad. No puedo decir que sea la mayoría, pero hay gente de nuestras comunidades que aún quiere vivir como si estuviera en Latinoamérica. La tolerancia es el resultado del respeto que tengamos por este país, por sus normas y por sus nacionales.
¿Cómo has trabajado para mantener un equilibrio entre preservar tu identidad cultural y adaptarte a la nueva cultura?
Preservar quiénes somos no es difícil, pero siempre hay cosas que cambiar, otra cultura a la que podemos tratar de introducir cosas nuevas, pero siempre respetando sus costumbres. Creo que esa es la clave del éxito integracional.
Decidimos hacer de este país el nuestro. Primero que nada, agradezco a Dios y a los Estados Unidos de América por darme esta segunda oportunidad y este nuevo comienzo. Seguir sirviendo y hacer de nuestra comunidad un ejemplo de trabajo duro, servicio y solidaridad. Una sola comunidad.
El compromiso de Bridges 21 Initiative solo comienza, haremos la diferencia.