El acuerdo para la reforma del sistema de cotizaciones de los trabajadores autónomos llega tras casi un año de intensas negociaciones entre el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que dirige José Luis Escrivá y las principales asociaciones de trabajadores por cuenta propia.
El Gobierno logra así cumplir con las obligaciones impuestas por la Unión Europea para recibir los fondos Next Generation y los autónomos un sistema de cotizaciones ajustado a sus ingresos reales, que no les ahogue con cuotas excesivas.
La satisfacción es generalizada, no solo por haber logrado el acuerdo justo cuando concluía el plazo del 30 de junio impuesto por la UE, sino porque los autónomos ven logradas algunas de sus principales aspiraciones: cotizaciones más bajas para los tramos con menos ingresos y una mejora de las prestaciones.
Dos de cada tres trabajadores autónomos ganan menos por su actividad de lo que deben pagar por ley a sus empleados
El acuerdo, que ya cuenta con el visto bueno de las asociaciones de trabajadores autónomos, beneficiará a los 3,18 millones de empresarios sujetos a este sector de los que casi la mitad percibían en 2019 rentas por debajo del Salario Mínimo Interprofesional.
Las datos de la Agencia Tributaria dejan ver que 1,45 millones de ellos obtuvieron unos rendimientos inferiores a los 700 euros al mes, lo que significa, según el portal Autónomos y Emprendedores que cita a la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos que «dos de cada tres trabajadores por cuenta propia en nuestro país ganan menos por su actividad de lo que estarían obligados a pagar por ley a sus empleados».
Una cuota mínima de 200 euros y una máxima de 590 con revisión en 2025
El acuerdo va rebajando la cuota mínima y elevando la máxima durante los tres próximos años, hasta situar en 2025 en 200 euros la más baja (los autónomos con ingresos inferiores a 670 euros mensuales) y en 590 euros la más alta (más de 6.000 euros de rendimientos).
«Hemos acordado un calendario de tres años», ha dicho Escrivá, de forma que en 2025 volverá a reunirse con los agentes sociales y las asociaciones de autónomos para evaluar la evolución del sistema y pactar los siguientes tramos para los tres siguientes años, algo que volverá a ocurrir en 2028, terminando el periodo transitorio en 2032.
Las tablas con los tramos de cotización han sido fruto de intensas negociaciones entre Gobierno y asociaciones de autónomos, que se han solventado, en parte, introduciendo un elevado grado de flexibilidad.
Así, desde ATA han apuntado a la posibilidad de cotizar durante los tres años del acuerdo (2023, 2024 y 2025) por una base comprendida entre la que le corresponda y la máxima del sistema, así como la opción de mantener el año que viene la base actual aunque sea superior a la determinada por sus rendimientos.
Los autónomos califican el acuerdo sobre cotizaciones y prestaciones como «histórico»
El presidente de ATA, Lorenzo Amor, ha destacado el acuerdo, que era «una hipótesis o una entelequia» hace un año y ha valorado las mejoras incorporadas en cuanto a las bonificaciones para madres trabajadores, por cuidado de hijos menores de 12 años, por familiar colaborador agrario o por cuidado de menor afectado por cáncer o enfermedad grave.
La secretaria general de UATAE, María José Landaburu, ha destacado que éste es un «acuerdo de mínimos» sobre el que seguirá trabajando, después de haberse centrado en «ayudar a los que menos tienen» rebajando las cuotas más bajas y en flexibilizar los requisitos para acceder a la prestación por cese de actividad.
Además, tal y como ha destacado el ministro, la reforma recoge un cese de actividad «en situaciones de excepcionalidad», haciendo esta prestación análoga a las de los ERTE red cíclicos y sectoriales que existen para los asalariados.
«Hoy es un día histórico (…). Es el inicio de un cambio de sistema que tendrá que converger a lo largo de los próximos nueve años» hacia uno de cotización por ingresos reales, ha dicho el presidente de UPTA, Eduardo Abad, quien ha valorado las mejoras en protección social y las rebajas de las bases.
Entre los puntos del acuerdo más discutidos, Escrivá ha destacado la deducción del 7 % de los «gastos difíciles de justificar o que puedan tener otra naturaleza» ajena a la de su actividad, o la definición de «rendimientos netos», que no son puramente los ingresos.