La enseña de Francisco Serrano y Levy Benzaquen lleva menos de un año en España y ya está preparando su internacionalización como ‘embajador’ de la cultura latina.
Dos amigos toman una cerveza. Una escena habitual en los bares de Madrid. Con música de los años 80 de fondo, Francisco y Levy conversan con la confianza que otorga más de una década de amistad. Cuando acaban su botellín, dudan entre pedir otra o cambiar de marca. Ambos coinciden en que, hasta el momento, no han encontrado la cerveza perfecta para su paladar. Bromean sobre la idea de crear un producto con su propia receta y, según transcurre la noche, lo que parecía una anécdota se convierte en los inicios de Terra Latina.
Ambos carecían de experiencia en el mundo de la destilería. La única vinculación con el negocio del alcohol es que la familia de Francisco Serrano se dedica a la distribución del vino, pero reconocen que ésto no será suficiente. Durante un período de seis meses comienza, junto a Levy Benzaquen, una etapa de formación que les lleva a visitar fábricas, participar en cursos, acudir a catas de cerveza y mantener conversaciones con distintos maestros cerveceros.
Cuando consideraron que el momento era oportuno, los socios fundadores de Terra Latina realizan la inversión inicial de 50.000 euros. Una suma que se destinó a la constitución de los canales de distribución, la creación de la sociedad, la página web y la elaboración de la receta idónea para crear ese sabor que no habían encontrado en el mercado. “Dedicamos ocho meses a realizar pruebas con diversas maltas internacionales, especialmente con las provenientes de Alemania y Bélgica”, apuntan.
“Todos los esfuerzos fueron destinados a la creación de una cerveza totalmente artesanal y competitiva, por lo que apostamos por reducir los márgenes para lograr un menor precio de comercialización”, afirma Benzaquen. Una estrategia que acompañaron a través de un concepto llamativo: “Queremos ser la cerveza que agrupe a toda la cultura latina, no sólo a la región de Latinoamérica, sino también a los españoles, portugueses e italianos, que también somos latinos”, puntualiza Serrano.
El diseño de las botellas busca la integración de las diversas culturas latinas, así como para unificar valores. “Tanto en América Latina como en Europa tienen una gran importancia aspectos como la familia, los amigos y el hecho de pasar tiempo juntos. Éstos son valores que queremos representar a través de Terra Latina”, matizan.
Creciendo como la espuma
Terra Latina, que va a cumplir su primer año en el mercado español, contó con una producción inicial de 10.000 litros de cerveza (50 por ciento de Terra Latina Lager y 50 por ciento de Terra Latina Trigo), lo que equivale a unas 30.000 botellas. Ahora, prevén aumentar su tirada en un 10 por ciento con la próxima apertura de su propia fábrica en Alcalá de Henares (Madrid). Un proceso que les permitirá consolidar su presencia en la capital española (de venta en 110 locales comerciales) y Barcelona (150 locales comerciales), así como en otras ciudades donde están presentes: Valencia, Galicia, Sevilla y Málaga.
La gran ‘bomba expansiva’ llegará a finales de 2018, cuando la marca cervecera entre en el mercado de Estados Unidos y México. “Tenemos un producto muy comercial que tendrá una buena aceptación entre el público de Miami, California y las principales ciudades de México”. No obstante, los socios fundadores de Terra Latina van ‘pasito a pasito’ en su proceso de internacionalización. “No queremos olvidar que somos y seremos una cerveza artesanal con un proceso de fermentación lento, de 22 días”, sentencian.
Satisfechos con la calidad de su producto, los socios fundadores de Terra Latina afirman, copa en mano, que se trata del acompañante perfecto para la gastronomía mediterránea y latina. Por eso ambos sonríen mientras brindan por el futuro de una nueva cerveza que representará la cultura latinoamericana en botellas que reflejan esa conexión iberoamericana.