La decisión de convertirse en emprendedora la tomó hace poco más de una década, cuando lanzó Skin Inc
Para Sabrina Tan, fundadora y directora ejecutiva de la marca de cuidado de la piel Skin Inc, dejar su trabajo en el sector tecnológico para aventurarse en un nuevo negocio, le trajo novedades, incluyendo trabajar con mujeres.
Un ambiente laboral femenino era algo nuevo para la emprendedora, que creció en Singapur junto a tres hermanos, y trabajó en empresas con plantillas predominantemente masculinas, como IBM, Oracle y Hewlett-Packard.
«Estaba acostumbrada a ser una de las pocas mujeres en el equipo», cuenta Sabrina.
Pero en su nueva aventura empresarial, Tan estaba rodeada de mujeres. Se dio cuenta que algunas eran tímidas a la hora de compartir ideas y muchas se sentían poco preparadas para el trabajo, cuando en verdad estaban sobrecualificadas.
«Fue un gran cambio entrar al mundo de la belleza», dice Tan. La decisión la tomó hace poco más de una década, cuando lanzó Skin Inc, una empresa con sede en Singapur, que ahora vende sus productos en Estados Unidos, Reino Unido, Asia, y que tiene ingresos millonarios cada año.
Con 45 años, Tan atribuye su éxito a tener una «mentalidad tecnológica» y la inspiración que le produjo su ídolo, Steve Jobs. «Quería crear el Apple del cuidado de la piel».
Problemas en la piel
Después de estudiar negocios y economía en la Universidad de Singapur, Sabrina Tan consiguió su primer trabajo en el área de desarrollo de negocios de una empresa tecnológica.
Con el paso de los años, descubrió que los viajes frecuentes aumentaban sus problemas de eczema en la piel.
Siendo alérgica a sustancias como los tintes para el cabello y sensible a los cambios de clima, la empresaria estaba frustrada. Viendo que sus dos hijos pequeños también tenían eczema, decidió hacer algo.
«Decidí enfrentar el desafío con mis propias manos». Fue en 2007 cuando se fue a Japón con una clara misión: investigar uno de los mayores mercados de belleza del mundo y encontrar respuestas sobre por qué tantos productos le habían fallado.
«Empecé a hablar con químicos y científicos. Fui a farmacias y a tiendas de belleza». Al final encontró un laboratorio que entendía su deseo de crear productos hechos a la medida de cada cliente.
A su regreso, Sabrina y su marido renunciaron a sus respectivos empleos y pusieron todos sus ahorros en la nueva empresa.
Un año más tarde, abrió su primer negocio en Singapur. Con dos bebés y una empresa por construir, solía dormir pocas horas en la noche. «Muchas veces me pregunté si estaba haciendo lo correcto».
Crecimiento
Fue pasando el tiempo y poco a poco el negocio comenzó a crecer. La firma, que vende cremas, sérum para la piel y herramientas de belleza de alta tecnología, abrió otros dos negocios.
Hasta que un día llegó a un acuerdo comercial con el gigante francés de los productos de belleza Sephora, que le abrió las puertas para entrar a nuevos mercados. Skin Inc es actualmente, dice Tan, una de las marcas líderes de Sephora en Asia.
Sus productos están disponibles globalmente en su sitio web y a través de acuerdos comerciales con grandes tiendas en diversos países. «En chino decimos que no hay mujeres feas, solo mujeres descuidadas», asegura.
Productos individualizados
En su esfuerzo por expandir la empresa, la emprendedora ha desarrollado nuevos productos, poniendo el factor tecnológico en el centro del negocio.
Sharon Kwek, analista de belleza para la región Asia-Pacífico de la consultora Mintel, dice que el enfoque de productos individualizados era cautivador cuando nació la empresa.
«En ese momento hacer perfiles con información de la piel y elaborar productos personalizados, no era tan común. Y Skin Inc se ocupa de las necesidades del cuidado de la piel de cada persona», explica.
Hasta ahora, la firma ha conseguido financiamiento de inversores en Hong Kong y Corea, recursos que se suman a la inversión inicial hecha por la emprendedora.
El próximo capítulo podría llevar a la empresa hacia nuevas direcciones. Gimnasios, centros de bienestar o máquinas dispensadoras de los productos, están entre las ambiciones de la empresaria mirando el futuro.
Por lo pronto, sus días están llenos de reuniones que abarcan todos los aspectos de la firma y que van desde hablar con proveedores hasta desarrollar estrategias en redes sociales.
Tan hace malabares para estar con su familia y responder llamadas telefónicas temprano en las mañanas y tarde en las noches, como también «estrechar lazos con su equipo en torno a una botella de vino».
«¡Es una gran antioxidante para nuestra piel!».