El restaurante, que roza la facturación de un millón de euros, abrirá su segundo establecimiento el viernes 27 de julio en la Calle Ibiza de Madrid.
Unas espadas, que atraviesan cortes de carne, ‘danzan’ en la sala de Vila Brasil. La churrasquería, con tres años de trayectoria en Madrid, se ha convertido en uno de los destinos obligatorios para los amantes de la buena carne. Su fundador, Rui Silva, cuenta con una larga experiencia en el sector, siendo justamente al que dedicó 10 años de su vida durante su permanencia en Manchester (Inglaterra).
«La principal diferencia entre Inglaterra y España está en el consumidor. En el mercado local hay un mayor conocimiento y aproximación al producto, lo que hace que el nivel de la exigencia sea muy superior», afirma. Sin embargo, el reto no ha sido un problema para Vila Brasil. Desde su apertura, en 2015, ha logrado captar una importante cartera de clientes tanto españoles como brasileros, «que son más o menos el 20 por ciento de las personas que nos visitan«.
Silva afirma que la elección del primer local estuvo más relacionado con sus características que a su locación. Con una inversión que osciló entre los 150.000 y 170.000 euros, el restaurante arrancó con una plantilla de ocho personas y «las ganas de hacerlo bien, con un servicio y productos que alta calidad, lo que hace que los precios sean un poco superiores a la media». La estrategia brindó frutos y logró que el negocio alcanzase una facturación estimada de 300.000 euros, cifra que se duplicaría al año siguiente y rozaría el millón de euros durante el último ejercicio.
Con el local abierto toda la semana y una plantilla de 18 personas, Vila Brasil cuenta con un sistema innovador para garantizar la mejor experiencia del cliente. «En las mesas hay un disco que, por una cara, es verde y, por la otra, es rojo. Funciona como un semáforo, con el que se indica a los mesoneros si están interesados en que les ofrezcan nuevos cortes de carne o si, por el contrario, ya cuentan con la carne necesaria o están reposando», precisa el fundador proveniente de una localidad cercana a las famosas Cataratas de Iguazú.
Un gaucho al ritmo de la samba
«La pasión por la carne no es sólo compartida por los gauchos de Argentina o de Uruguay, sino que también cuentan con una importante presencia en el sur de Brasil. Lo único que cambia son los cortes y el tratamiento que se da a la carne», explica. La popularidad de Vila Brasil hace que su sala, con aforo para unas 80 personas, siempre cuente con una alta afluencia de personas. Sin embargo, han adelantado a IberoEconomía que, este viernes 27 de julio, abrirán su segundo local en el centro de la capital española: en la Calle Ibiza, 52.
«Será un local con aforo para 110 personas y, además, una terraza para 50 más. El establecimiento contará con dos plantas. La de arriba, debido a que no podemos sacar las espadas con la carne a la vía pública, contará con un servicio de bar. Es decir, con una carta diseñada con tapas y raciones que son tradicionales de Brasil (como el pan de quedo o Coxinha). Sin embargo, la segunda planta sí estará destinado para el Rodizio», ha puntualizado Silva.
Las previsiones de Vila Brasil para su nuevo local son bastantes altas. No sólo porque representará un incremento en su plantilla de unas 25 personas, sino porque también estiman que genere «cuando esté en pleno rendimiento» una facturación anual estimada en un millón y medio de euros«. En este sentido, prevén que seguirán avanzando en su posicionamiento dentro del mercado local, al mismo tiempo que se preparan para nuevas aperturas.
Línea Gourmet
Vila Brasil no sólo está trabajando en el mejor servicio de Rodizio. También han destinado una parte de sus esfuerzos en una nueva línea: una fábrica de productos tradicionales. Un modelo que, además de ayudar a abastecer a su propio restaurante, se ha convertido en distribuidor para otro de los establecimientos de comida brasilera. En 2018 será el momento donde se dará un nuevo salto en este mercado, donde está previsto el lanzamiento de su línea Gourmet.
Vila Brasil continúa con la mira fija en sus objetivos, mientras que disfruta del día a día al ritmo de la samba y el sabor de los cortes más jugosos de carne.