Reesistencia forma parte del grupo «Coronavirus makers» en el que casi 2 mil personas buscan aportar soluciones a las problemáticas generadas por la pandemia
No se conocen entre ellos, pero llevan más de 96 horas trabajando juntos para conseguir crear el prototipo de un respirador automático que pueda ser replicado en todo el mundo mediante impresión 3D.
Es la manera que tiene de aportar a la crisis del coronavirus el equipo de Reesistencia, compuesto por personas del sector de la medicina, la ingeniería, la impresión 3D y el diseño, entre otros, para asegurarse de que los hospitales españoles no se queden sin respiradores en caso de necesitarlos.
«Las estimaciones apuntan a que un 3% de los infectados van a necesitar sistemas de ventilación», explica a Business Insider España Ramsés Marrero, médico residente y maker de Reesistencia.
Marrero asegura que desde los profesionales sanitarios les han trasladado el temor de quedarse sin estos sistemas para todos los pacientes que ingresen con estas necesidades.
«Si suponemos una casuística de 5000 casos podemos estimar que 150 de ellos requerirán el uso de un ventilador. Estos números superan en gran medida la cantidad aparatos disponibles por el sistema sanitario», aseguran desde Reesistencia.
El equipo, que está trabajando 12 horas al día, está liderado por el ingeniero Marcos Castillo y forma parte de un proyecto mayor agrupado en un canal de Telegram bajo el nombre Coronavirus Makers.
«Esto ha ido de boca en boca y ya hay más de 1.900 personas en el grupo», que se creó el viernes 13 de marzo, según cuenta Ramsés Marrero.
La labor del médico ha sido asegurarse de que el respirador que se estaba desarrollando cumplía con todos los criterios sanitarios requeridos y aportar toda la información que se necesita desde el punto de vista hospitalario.
«Los proyectos de productos médico suelen ser muy lentos porque el ingeniero no sabe nada de la parte médica y el médico no entiende de la parte técnica», señala el maker. Precisamente por eso, el tiempo récord en el que se ha creado este prototipo es absolutamente «atípico» y ha sido posible gracias a una colaboración cercana entre las dos partes.
De hecho, entre los varios grupos de trabajo que han surgido dentro de Coronavirus Makers, Marrero explica que hay uno específico de médicos cuyo trabajo es comprobar que todos lo que se está desarrollando cumple con los criterios sanitarios.
Cuando comenzó el proyecto, la idea era fabricar un respirador muy sencillo pero de funcionamiento manual. «Esos dispositivos son útiles para situaciones muy concretas, como un traslado en ambulancia», explica Marrero, pero no iba a ser muy práctico crear un ventilador manual que se necesitase a largo plazo.
Sin embargo, apostar por los respiradores automáticos más complejos que se utilizan ahora en los hospitales implicaba un proceso de desarrollo muy concreto.
El equipo de Reesistencia encontró la solución al problema en unos respiradores antiguos, conocidos como los Jackson Rees, que funcionaban de forma manual pero que el grupo ha conseguido automatizar.
«Tiene la ventaja de que es un sistema muy conocido. Eso da mucha seguridad porque todo el mundo sabe cómo funciona», explica Marrero.
Ahora mismo el producto solo necesita que se ultime el software y «al paso que vamos no me sorprendería que estuviera listo en los próximos días», asegura Marrero.
El equipo ha hecho públicas las instrucciones y el código para que cualquier persona con impresora 3D u otras máquinas de fabricación digital podrá construir un respirador automático con el fin ponerlo a disposición de Sanidad y hospitales de su localidad.
Para coordinar esfuerzos por Comunidades Autónomas, el grupo Coronavirus Makers, ha creado un formulario donde las personas con impresoras 3D se están apuntando.
Los productos médicos requieren de un largo proceso de certificación que los haga aptos para su comercialización y Ramsés Marrero es consciente de que, si el respirador llegará a necesitarse, la validación no estaría todavía preparada.
Precisamente por eso asegura que la licencia bajo la que está ahora mismo el producto no permite su uso comercial porque «la máquina no está pensada para eso».
De hecho, Marrero afirma que «ojalá no sea necesario tener que usarla». Sin embargo, la idea del equipo de Reesistencia es, que en caso de una emergencia, el dispositivo esté listo para ser utilizado y sea seguro.
«Esto es solo un plan B para los hospitales si todo lo demás falla», asegura el médico.
La idea podría ser dar solución a las situaciones como las que vivió un hospital de Italia que advirtió con angustia que se quedaba sin válvulas para sus respiradores. Gracias a la colaboración de un periódico y un gurú de la tecnología en el país, una startup local con una impresora 3D logró fabricar los dispositivos en menos de 6 horas y dar soporte a 10 pacientes.
«El gran problema de esta crisis es la falta de material médico»
Coronavirus makers
El proyecto del respirador es el más avanzado del grupo de Coronavirus makers, asegura Marrero, pero a partir de esa idea se han iniciado otros proyectos como los diseños de mascarillas de protección. Actualmente hay más de 50 iniciativas en marcha.
El médico también trabaja asesorando a esos grupos de trabajo e intentando que el desarrollo se acelere lo máximo posible porque insiste en que «el gran problema de esta crisis es la falta de material médico».
«Sé que se ha hablado con algunas instituciones y hospitales y hay interés en los proyectos», explica el médico, especialmente en los que implican el material de protección como batas y mascarillas.
Una de las medidas que se han ordenado desde el Gobierno tras decretarse el estado de alarma, es que todos los suministros de equipos de protección sanitario o de geles hidroalcohólicos deben ser puestos a disposición de Sanidad.
Por todo el país han surgido iniciativas que intentan paliar el desabastecimiento. Por ejemplo, la empresa tecnológica BCN3D, especializada en la fabricación de impresoras 3D, se ha ofrecido a poner a disposición del Gobierno y las autoridades sanitarias todos sus equipos «para que puedan solicitarnos piezas impresas en 3D y que ayuden a pacientes infectados de COVID-19, sobre todo en máquinas y respiradores», aseguran en un comunicado.
Varios de los grupos de trabajo de Coronavirus Makers también han estado en contacto y recibido apoyo por parte asociaciones, empresas, fundaciones y personas individuales como FabLab León, Makespace Madrid, Tecnalia, Fundación Cotec, CovidWarriors, ITAINNOVA, MujeresTech, Arduino, Startupexplore, entre otras.
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