Su visión moderna de la Iglesia católica ha permitid que su proyecto sea una de las iniciativas sociales de mayor impacto en España y América Latina.
La Iglesia de San Antón nunca cierra sus puertas. Durante 24 horas es un espacio para el culto, así como para encontrarse con el rostro más desinteresado de la humanidad y en pleno centro de Madrid. Sus instalaciones han sido habilitadas para brindar alimentos a los más necesitados, cobijo en las noches de frío e, incluso, unas duchas donde asearse en cualquier momento. No por casualidad es la ‘sede’ de ‘Mensajeros de la Paz’, una iniciativa eclesiástica que, de la mano del Padre Ángel, han logrado cambiar la vida a casi nueve millones de personas en todo el mundo.
Sus inicios están lejos de la capital. Padre Ángel inicia el proyecto en Asturias por el año 1962, con el objetivo de acoger a niños y jóvenes privados de ambiente familiar o en situación de abandono, proporcionándoles el ambiente más parecido al de una familia. La sociedad recibió con los brazos abiertos la iniciativa, lo que hizo que creciera como la espuma y se expandiera hasta llegar a otros sectores sociales desprotegidos: las mujeres víctimas de violencia de género, los discapacitados físicos y psíquicos y las personas mayores que viven en soledad, abandono o indigencia.
“Hasta la fecha, hemos logrado ayudar a casi nueve millones de personas en todo el mundo. No podemos olvidar que 51.150 de ellos son niños”, ha explicado Padre Ángel a IberoEconomía. Una labor para la que han contado con el apoyo de unos 3.900 ‘trabajadores’, siendo el voluntariado un pilar básico para la implementación de ‘Mensajeros de la Paz‘, ya que son ellos quienes han permitido un proceso de internacionalización para llegar hasta 50 países en todo el mundo.
“Ante la realidad social y demográfica de España y otros países, donde la población envejece a ritmo creciente, se ponen de manifiesto las necesidades sociales de las personas mayores: soledad, abandono, exclusión social y escasez de recursos. Es entonces cuando ‘Mensajeros de la Paz’ crea la Asociación Edad Dorada en busca de una respuesta adecuada a este colectivo”, así lo indica su fundador, quien precisa que, hasta la fecha, se da solución a 11.700 personas de la tercera edad, que son atendidos en residencias y centros.
En la misma línea, el proyecto permite atender “numerosas residencias de mayores y Centros de Día en España y algunos países extranjeros. Así como también llevar a cabo numerosos proyectos destinados a la mejora de la calidad de vida de nuestros mayores y a su plena integración social”, ha precisado. Es importante destacar que se han atendido 8.725.000 de llamadas de ancianos a través del Teléfono Dorado para paliar su soledad.
Mucho más que ofrecer
Los ‘Mensajeros de la Paz’ están en 18 países de América Latina y el Caribe (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, y Venezuela), donde juegan un papel fundamental para el apoyo de la población y ayuda del prójimo. Por su innovación, se prevé que sea una iniciativa que seguirá aumentando su trabajo durante los próximos años, no solo en Latam, sino en España, donde también es una pieza fundamental para ayudar a los más desfavorecidos.
Padre Ángel, con su imborrable sonrisa en los labios, no titubea en los pronósticos e invita a que más personas “se sumen al camino de la ayuda”. El mismo sendero por el que ha caminado durante 55 años, cambiando la vida a millones de personas en todo el mundo.