La doctora española ha reinventado el código deontológico a través del cómic con su libro, ‘Con-ciencia Médica’, una innovadora obra que lleva más de 6.000 ejemplares vendidos y está teniendo una alta aceptación entre los profesionales sanitarios y las facultades de Medicina.
En algún lugar de Castilla de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía una médico incansable: Mónica Lalanda. Una profesional sanitaria que, así como el Quijote, se armó de valor y algunos lápices para iniciar una nueva aventura. En su caso, no sólo en su tierra, sino en todo el Sistema Nacional de Salud (SNS). De compañero no hay un Sancho Panza, sino una tierna ‘Mafalda‘ de tinta que le acompaña en la batalla contra los molinos de viento o, mejor dicho, las prácticas médicas que carecen de ética profesional. Como escudo, ambas llevan ‘Con-ciencia Médica’, una adaptación al cómic del Código de Deontología Médica de la Organización Médica Colegial.
La innovadora profesional sanitaria está acostumbrada a romper las normas. Una habilidad que ha nacido con ella. Durante su infancia en Valladolid, dejó claro que sería la primera doctora de toda su familia, desvinculándose de la trayectoria de sus antepasados y de sus cuatro hermanos. Constante en lo que se propone, Lalanda cursa la licenciatura en Medicina en la Universidad de Valladolid, una etapa donde conoce a quien años después se convertiría en su marido y padre de dos hijos. Justamente el mismo con quien escapó del examen MIR para meterse de lleno en la formación en Urgencias, pero en Reino Unido, donde vivió un total de 16 años.
A pesar de tener una nueva vida ajustada ‘a la hora del te’, Mónica decide regresar a España. Entre otros motivos, “porque es un país más amable para la crianza de los hijos”, asegura entre risas a IberoEconomía. No obstante, como se suele decir, nadie es profeta en su tierra. “La vuelta fue un poco dura. Las personas dentro del sistema sanitario aún tienen cierta resistencia a quienes se han formado en el exterior, por lo que tuvimos que contar con el apoyo de compañeros para poder encontrar trabajo”. Aunque logró su regreso a la asistencia clínica, el destino tenía otros planes para ella.
“Impulsada por la lucha contra la explotación laboral a la que estamos sometidos los médicos, abrí un blog que ha tenido una gran aceptación con más de 800 seguidores y casi tres millones de visitas. El mismo por el que me abrieron un expediente disciplinario al criticar el funcionamiento del servicio”, recuerda. Las diferencias hacen que se abra un nuevo camino para Lalanda, quien opta por dar rienda suelta a otra de sus pasiones: las viñetas. “Cuando llegué a España hice un máster en ética médica, lo que me ayudó a comprender que era necesario hacer más esfuerzos para ver la Medicina desde otros ángulos”, puntualiza.
La respuesta para reinventar la Medicina llegó con ‘Con-ciencia Médica’. Una obra que, además de los seis meses de ilustración, conlleva a un gran trabajo previo de investigación y análisis. “Era una propuesta difícil porque la Medicina suele estar vinculada con la completa seriedad y las viñetas no entran en este concepto. Sin embargo, logré demostrar los beneficios del uso del cómic, así como de las ilustraciones, para transmitir mensajes. Tal y como ocurre en otros países como Estados Unidos”, apunta. En su labor ha contado con el apoyo del Departamento de profesionalismo y ética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y de la Organización Médica Colegial, así como el respaldo de uno de sus grandes ídolos: ‘Forges’. El conocido humorista gráfico le regaló una de sus viñetas, la cual se puede leer en la contraportada del libro de Mónica Lalanda.
Tras un año desde su lanzamiento, ‘Con-ciencia Médica’ ha dado mucho de qué hablar. No sólo por haber llegado hasta las manos del Papa Francisco, sino también por el recorrido que está teniendo en los centros sanitarios y facultades de Medicina. Sin olvidar un gran número de pacientes que han encontrado en el libro un manual para determinar qué aspectos hacen bien o no sus propios médicos. Esta acogida no es de extrañar, ya que destaca las situaciones del día a día con un leve toque de humor negro. “Las escenas del libro muestran cómo se ve un médico que incumple con el Código Deontológico y, aunque a veces parecen situaciones absurdas, muchas están inspiradas en casos reales”, aclara.
Es importante destacar que los comportamientos errados del médico no son los únicos reflejados, ya que Lalanda ha destinado otros dibujos a denunciar las agresiones a profesionales sanitarios. Una de esas desagradables experiencias que ha tenido que vivir en primera persona. “Trabajando en Reino Unido llegó un paciente con claros indicios de haber consumido altas cantidades de alcohol. En el momento de atenderle comenzó a ponerse nervioso y me lanzó una taza a la cabeza. Por unos milímetros logré esquivarla, pero es una situación difícil de asimilar o de olvidar”, recuerda.
A pesar de su éxito en el ámbito sanitario y en redes sociales, Lalanda no sabe de conformismo. De ahí que ya esté trabajando en otros proyectos. Uno de los más ambiciosos es la creación del Grupo de Medicina Gráfica, una asociación conformada por 10 profesionales de la sanidad que se encargan de recopilar y reseñar los cómics y viñetas relacionados con la Medicina. En apenas cinco meses de trayectoria, ya suman 2.000 seguidores online que ponen de relieve el trabajo de este grupo de profesionales de la sanidad. Una aceptación que espera también contar con su próximo libro destinado a los más jóvenes.
Por ahora, no está en la hoja de ruta de la experta en Urgencias volver a la asistencia clínica, pero sí reconoce que no se olvida: “Echo de menos a los pacientes frágiles”. No obstante, evita que la nostalgia sea un freno para sus pasos y, así como el Quijote, se enfunda en su lucha contra los molinos de viento, mientras se le escucha decir: “deja que los perros ladren ‘Mafalda’ amiga, es señal de que cabalgamos”.