«Si fumar no está permitido en el cielo, no iré”. La pasión de Mark Twain por el tabaco no es compartida por el venezolano Javier Baños, quien, a pesar de ser una pieza clave en el mercado del cigarrillo, admite que no suele dar ni una calada. Su vínculo está más relacionado con el software empleado por las empresas para administrar la relación con sus clientes, un área donde se ha convertido en el jefe de CRM Project de la reconocida Altadis Imperial Tobacco.
Con una década dentro de la plantilla del grupo, el caraqueño graduado en Ingeniería de Sistemas por la Universidad Metropolitana es el encargado de implementar el modelo de Customer Relationship Management (CRM) en los principales mercados donde está presente la firma. “He vivido experiencias únicas en Altadis Imperial Tobacco al tener que implementar el proyecto en países como Italia, España, Portugal, Ucrania, Rusia, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y otros más exóticos como Kazajistán y Azerbaiyán”.
Una de las experiencias que recuerda Baños con una sonrisa en los labios fue su viaje en taxi en Ucrania. “Todo empezó porque el conductor no sabía inglés. Intenté decirle que quería llegar directo al aeropuerto, pero debió entender que tenía prisa. Esa confusión fue suficiente para que, para evitar un tramo de tráfico, optara por subirse en la acera y, esquivando a los peatones, acelerase hasta pasar por un lado del accidente para ralentizaba el tráfico”, cuenta. Una anécdota que, según indica, “nunca pensé que viviría en un viaje de trabajo”.
Otro aspecto que ha destacado es la hospitalidad que ha encontrado en Rusia, “quienes tienen más aspectos en común con los venezolanos de lo que se podría pensar”, o las grandes inversiones tecnológicas que se perciben en las ciudades más importantes de Kazajistán y Azerbaiyán. Sin embargo, sus inicios no fueron siempre en la cima y han requerido de muchos esfuerzos y de un proceso de adaptación tanto a la sociedad de Reino Unido como a la de España.
Inmigrar con humildad
La primera vez que Baños vivió fuera de su país fue en 2003. La situación económica y social de Venezuela le hizo plantearse la opción de estudiar durante seis meses inglés en Reino Unido. Un plazo que se postergaría a nueve meses y le llevaría a experimentar el ingreso a un mundo laboral ajeno a la ingeniería. “Durante el día me dedicaba a mis estudios, pero como mis padres no podían mantenerme tuve que buscarme la vida. Fue una época en la que hice de camarero en los restaurantes o limpiaba cocinas para tener unos ingresos”, apunta.
Unas vacaciones con su hermana, residente en España, le cambiaron la vida. “En 2004 me vine a Madrid, teniendo la suerte de que mis padres son riojanos, lo que me otorga la nacionalidad”, precisa. Durante esta etapa se enamora de la calidad de vida que existe en el país ibérico, admirando “aspectos que pasan desapercibidos en el día a día, como que en una parada de autobús te indiquen que el siguiente pasará en cinco minutos y que se cumpla con precisión”. No obstante, tuvo que esforzarse para ganarse un hueco en el mercado laboral.
“Mis primeros pasos fueron en una inmobiliaria donde tenía que hacer el trabajo de ‘a puerta fría’, una labor bastante compleja. Sin embargo, luego accedí a Autana, una consultora de soluciones informáticas que llevaba proyectos para IBM y para la propia Altadis”, afirma el venezolano. Fue durante este período cuando logra convencer de su talento al grupo tabacalero, quienes convencidos de su potencial le incluyen como parte de la plantilla en 2007, el mismo año que Imperial Tobacco pacta la compra de Altadis por valor de 12.600 millones de euros.
Ahora, con una década dentro de la compañía, Baños apunta que su siguiente meta es seguir creciendo dentro del grupo. Un esfuerzo que podrá llevarle a viajar por aún más países y vivir otras inolvidables experiencias de la mano de Altadis Imperial Tobacco.