El periodista venezolano y encargado del programa de Mindfulness en el Uleru Institute de Miami recuerda que no se trata de una cura mágica, sino de una técnica que requiere dedicación.
El mindfulness está teniendo una aceptación “positiva y acelerada” entre los empresarios y profesionales sanitarios. Así lo afirma Eli Bravo, periodista venezolano y encargado del programa de Mindfulness en el Uleru Institute de Miami, quien reconoce su importancia en el tratamiento de dolor, adicciones, reducción de estrés y pre-operatorios. No obstante, advierte que no se trata de una “cura mágica”, por lo que requiere de tanto de dedicación como de compromiso, similar al de los tenistas para lograr jugar a nivel profesional.
El director de Inspirulina reconoce a IberoEconomía que, a pesar de los avances que se han venido logrando internacionalmente, aún quedan grandes retos para el mindfulness. Por ejemplo, “mantener la ética, los estándares y los fundamentos de la práctica”, ya que el crecimiento exponencial que ha registrado esta práctica obliga a la necesidad de que existan “estándares mínimos y comunes”, así como una certificación que garantice unas condiciones básicas.
¿Cómo ha evolucionado la implementación del mindfulness en el sector sanitario y empresarial?
De forma positiva y acelerada. En el sector sanitario se han adoptado programas basados en mindfulness para tratamiento de dolor, adicciones, reducción de estrés y pre-operatorios, entre otras áreas. El protocolo más conocido es la Reducción de Estrés Basada en Mindfulness (MBSR con sus siglas en inglés).
En el sector de la psicoterapia hay programas muy efectivos para el tratamiento de la depresión, manejo de ansiedad y desarrollo de la capacidad de introspección. Como terapeuta y encargado del programa de Mindfulness en Uleru Institute en Miami, recurro a esta práctica para complementar los procesos de recuperación de adicciones.
Para el mundo empresarial, el mindfulness se ha convertido en una práctica común. Su efectividad para elevar la concentración y la productividad, así como su enfoque holístico en el bienestar de los trabajadores, ha sido ampliamente estudiado.
¿Cuáles son los países más avanzados en su implementación y aceptación social?
Europa y los Estados Unidos tienen programas, centros de investigación y facilitadores de alto nivel. España posee una comunidad de mindfulness muy activa en Zaragoza, Valencia y Madrid. En América Latina, Argentina, Chile y México ofrecen excelentes opciones.
¿En qué regiones consideras que aún queda mucho terreno por avanzar?
Uno de los retos para quienes ofrecemos el mindfulness como herramienta o recurso para manejar los retos de la vida, es lograr que esta práctica llegue a los sectores más desfavorecidos. En sociedades donde hay desigualdad, pobreza o conflictos, el mindfulness puede ayudar a las personas a manejar su entorno y su mundo interno.
Esto está relacionado con el debate de la inclusión en la comunidad de mindfulness: ¿Cómo hacer para que esta no sea solamente una práctica para personas afluentes o privilegiadas?
El Hospital Universitario La Paz (Madrid) ha creado una App con ejercicios de mindfulness para calmar a los pacientes antes de una operación, ¿Es una solución que prevés que se internacionalice?
Habrá que esperar los resultados. Recordemos que esta práctica está basada en tradiciones contemplativas milenarias. Lo que ha sucedido en los últimos 40 años es que la ciencia ha estudiado, medido y analizado sus beneficios y limitaciones. Los resultados son muy esperanzadores y validan la práctica.
Este soporte de la ciencia le ha brindado al mindfulness mayor solidez y credibilidad, especialmente en sectores como el académico y el sanitario. Si los resultados de esta App son positivos (y si los estudios son realizados con rigurosidad) tendremos otro ejemplo de una aplicación creativa y efectiva para una necesidad específica. Y de ser así, seguro que otros centros de salud tomarán un camino similar.
¿En qué otros aspectos sanitarios puede utilizarse el mindfulness para ayudar a mejorar la salud de un paciente? (¿Depresión, neuropatías?)
El horizonte es muy amplio, pues si bien es en salud mental donde se han enfocado los esfuerzos, hay estudios que revelan su efectividad para el manejo del dolor, la reducción de la presión arterial, o incluso, el alivio de la psoriasis.
Aquí es importante aclarar que esta no es una práctica milagrosa, ni que se puede usar para todo. No es una cura mágica, una pomada fantástica que se aplica sobre cualquier padecimiento. El mindfulness tiene sus limitaciones y su efectividad depende mucho de la habilidad del facilitador y el esfuerzo de quien lo practica.
Hay que insistir en que es una práctica, es decir, una actividad que se repite todos los días y que requiere un grado de dedicación y compromiso. No es algo que haces una vez y listo. Es como aprender a jugar tenis: puedes ver todos los partidos del Roland Garros y conocer la teoría del juego, pero no es sino hasta que vas a la cancha y le dedicas tiempo, golpeando la pelota una y otra vez, que realmente aprenderás y experimentarás lo que es el juego.
¿Qué diferencias percibes en el uso del mindfulness dentro de la sociedad de Estados Unidos y de España?
Cada país enmarca el mindfulness según su contexto. Esto se hace evidente en la manera como hablan los facilitadores, los ejemplos que se utilizan y las aplicaciones de la práctica según las necesidades. Entre España y Estados Unidos hay una buena comunicación e intercambio. Una referencia importante en España es la Asociación de Mindfulness y Compasión, AEMIND, que está ofreciendo muchos recursos y programas a la comunidad.
¿Y de América Latina?
Es algo similar, pero la generación de contenidos y programas es menor que en España. En este sentido, uno de mis propósitos como facilitador, es crear una comunicad abierta y fluida en español donde se puedan compartir contenidos y experiencias en línea. Fue así como creamos una sección de Mindfulness en Inspirulina, plataforma que dirijo, con la finalidad de lograr este intercambio.
¿Cuáles son los grandes mitos que existen en relación al mindfulness?
Muchos. El más común se trata de cerrar los ojos y poner la mente en blanco. Nada más alejado de la realidad. Mindfulness es prestar atención a las experiencias del momento presente, con curiosidad, apertura, sin juicios y una disposición a estar con aquello que es.
Traducido a la práctica de meditación, es observar lo que sucede en nuestro cuerpo y nuestra mente, momento a momento. Y cuando haces la prueba, inmediatamente notas que nada se aleja más de un estado “en blanco”. La verdad es que todo el tiempo sucede algo: pensamientos, emociones, sensaciones físicas, etc. La práctica es prestar atención a todo esto para desarrollar una capacidad de observación, integración y espacio.
En lo personal, ¿cómo llegas al mundo del mindfulness y cómo logras convertirte en uno de sus representantes más reconocidos internacionalmente?
He practicado yoga por 20 años y realicé mi primer retiro de meditación hace más de 15. Estas fueron siempre actividades que hacía para mí, en el ámbito de lo privado. Pero con el tiempo entendí que mi trabajo como periodista podía tener un propósito mayor si traía al frente todo lo que había experimentado y aprendido. Fue así como inicié estudios en el Mindful Awareness Research Center de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y he tomado cursos en el Mindful Self-Compassion Center, Spirit Rock y el Insisight Meditation Society.
¿Las nuevas generaciones están más abiertas a la incorporación del mindfulness en ámbitos más innovadores?
Totalmente. Basta con ver lo que está sucediendo en las escuelas, donde es común que se integren estas prácticas a los programas educativos, o la explosión de Apps que ofrecen todo tipo de contenidos.
¿Cuáles consideras que son los grandes retos del mindfulness?
Mantener la ética, los estándares y los fundamentos de la práctica. A causa del furor de los últimos años ha ocurrido una suerte de McMindfulness o de canalización de la práctica. Encontrar el equilibrio entre la innovación y los fundamentos es un reto. Del mismo modo, lograr que existan estándares mínimos y comunes es importante. La recientemente creada Asociación Internacional de Maestros de Mindfulness busca generar ese espacio de diálogo y certificación.