Tras quedar sexta finalista en el Miss Universo, la jurista latinoamericana demostró su talento profesional en uno de los despachos más reconocidos de Italia.
Una madre camina por el centro comercial con su hija. Un hombre las observa desde la distancia. Descubre un aspecto cautivador en su forma de caminar y en las delicadas facciones de su rostro. Se aproxima. Ambas le observan con atención, pero su propuesta les deja descolocadas. “Le pidió a mi madre que me inscribiese en su agencia de modelos, y así fue como empecé a dar mis primeros pasos en el mundo de los concursos de belleza”, recuerda Eleonora Carrillo, quien se coronó como Miss El Salvador 1995.
Eleonora reconoce que “el incentivo más importante era poder viajar constantemente y conocer otras culturas. La verdad es que nunca me preocupó ser o no la más guapa de los concursos”. No obstante, su belleza y su carisma le llevaron a lo más alto, hasta representar a El Salvador en el certamen Miss Universo. Durante el evento, la joven latinoamericana demostró su poder de oratoria, obteniendo el primer lugar en la entrevista personal.
A pesar de que la corona fue para la estadounidense Chelsi Smith, Eleonora fue la sexta finalista de la edición. “El Salvador estuvo durante muchos años sin una representante en los puestos de finalistas, por lo que fue un resultado muy agradecido”. La joven Miss, que buscaba mostrar un lado más positivo de su nación tras la guerra civil que padeció entre 1980 y 1992, reconoce que al ser finalista “sentí que cumplí con mi país al representarles correctamente en el extranjero”.
Tras poner en pausa su formación académica durante un año, Eleonora decidió tomar las riendas de su futuro profesional. Sus primeros pasos fueron en el grado de Medicina, pero un año fue suficiente para replantearse su vocación. La respuesta estaba frente a ella y, así como ocurrió en el centro comercial, su madre sería fundamental en esta nueva etapa universitaria. “Provengo de una familia con muchos abogados. Desde mi madre, que es Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, hasta mis dos abuelos y mi hermano mayor”, apunta a IberoEconomía.
Aprovechando los orígenes italianos de su madre, Eleonora decidió estudiar Derecho en la reconocida Universidad de Turín. “Fue una etapa difícil. No solo retomaba los estudios tras un año dedicada a la preparación de Miss Universo, sino que además me encontraba lejos de casa y en una cultura diferente a la latinoamericana”, reconoce. Con la compañía de su hermano mayor en la misma ciudad, la Miss recuerda que “sólo hablábamos con mis padres una vez a la semana, porque las llamadas internacionales eran muy caras en esa época”.
Mientras cursaba los estudios de grado, Eleonora mantuvo su presencia en el mundo del modelaje. “Miss Italia y yo fuimos compañeras de habitación durante el certamen Miss Universo, por lo que hicimos una fuerte amistad. Cuando se enteró de que iría a vivir a Turín, fue ella la que llamó para recomendarme a las agencias de modelaje”, apunta. Entre los 20 y 25 años participó, principalmente, en sesiones fotográficas, pero posteriormente entró en el mundo de la televisión. “Me parecía un proyecto interesante, pero me di cuenta del gran tiempo que requería y que estaba empezando a retrasarme en mis estudios, por lo que decidí dejarlo todo y centrarme en la abogacía”.
Con toda su atención en el estudio de las leyes, comenzó su tesis. Una vez más, la influencia de su madre sería clave. La Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos tendría en Madrid una reunión con Felipe VI (para la época Príncipe de España), evento al que acudió con su hija y que serviría de inspiración para el tema de su tesis: “una comparativa entre el Sistema Interamericano de Justicia y el establecido por la Unión Europea, teniendo una gran aceptación por el jurado que me otorgó los máximos honores por mi trabajo académico”.
Las medidas perfectas de la ley
Título en mano, Eleonora valoró la opción de convertirse en diplomática en su tierra natal. Una idea que descartó por ser una responsabilidad que conlleva al cambio constante de residencia. Fue entonces cuando el despacho italiano Jacobacci & Partners le ofreció dar sus primeros pasos en el mundo de la Propiedad Industrial. “Era un sector donde no tenía experiencia, pero que me cautivó y me ha permitido aprender mucho”, matiza.
Aún con la idea de volver a El Salvador para ejercer como abogada, la Miss decidió homologar su título en España. “Los acuerdos educativos entre ambos países permiten que el diploma tenga la misma validez, con la única ventaja de estar más cerca geográficamente para realizar los exámenes o evaluaciones”. Inesperadamente sería la aproximación a España una de las piezas clave para convertirse en la directora general del despacho en Madrid.
“Jacobacci & Partners decidió en 2010 implementar un estilo único y homogéneo entre sus oficinas. A mí me escogieron inicialmente para este objetivo, pero mi cercanía con el mercado de América Latina nos permitió crear el ‘Latin American Desk’, desde donde nos estamos aproximando a los principales países de la región”, puntualiza. Una iniciativa que buscará crecer durante 2018 en Colombia, Chile, Brasil y México, entre otros.
La sonrisa de Eleonora se ilumina cuando piensa en el futuro. Atrás quedaron las cámaras y los concursos de belleza, pero mantiene esa capacidad de seguir representando a El Salvador más allá de sus fronteras.