Su creador, Andrés Collazos Díaz, adelanta el inminente lanzamiento de este invento que ayuda a las personas con Trastorno de Espectro Autista (TEA) en la organización de sus tareas cotidianas.
Una luz se enciende en un panel situado en el aula. Juan, uno de los estudiantes que padece un Trastorno de Espectro Autista (TEA), se aproxima al artefacto y entiende que se ha acabado el tiempo de la clase de Lectura y que comienza la de Matemáticas. La combinación de imágenes, luces y presentación lineal del tiempo le permite ajustarse a las labores cotidianas del centro académico con total normalidad. Sin embargo, este reloj especial solo se encuentra en uno de los colegios de Villalba (Madrid), justamente donde su creador imparte clases a niños y jóvenes que requieren de Educación Especial.
“En las clases usamos pictogramas para facilitar la comprensión de las tareas por realizar y el plazo de tiempo para las mismas. Sin embargo, cuando olvidábamos cambiar una imagen o había un cambio brusco se generaba una sensación de inquietud e incertidumbre en los alumnos con TEA. Por eso, comencé a estudiar cómo automatizar el proceso”, ha explicado a IberoEconomía Andrés Collazos, creador de ‘Resetea’ (Reloj de Secuencias Temporales de Apoyo) y profesor de Educación Especial.
Durante cinco años Collazos fue ideando, junto con la colaboración de varios ingenieros, el que sería el primer prototipo de reloj para personas con TEA. Una iniciativa que iría perfeccionando hasta alcanzar su versión más moderna durante 2016, cuando empiezan los trámites para su comercialización. “Hemos llegado a un acuerdo con la empresa barcelonesa BJ Adaptaciones para fabricar los relojes cumpliendo todos los requisitos de calidad y de seguridad. El proyecto está muy avanzado, lo que permitirá que el reloj llegue a Iberoamérica antes de 2018”, adelanta.
Con España y Latinoamérica como principales mercados de interés, está previsto que el primer lote que se comercialice sea de 100 unidades. “El objetivo es que todas las familias que tengan un familiar con Trastorno de Espectro Autista puedan acceder al reloj, por lo que hemos decidido colocar un precio asequible y que se iguale al que, por ejemplo, puede tener la adquisición de un móvil o de una tableta”, puntualiza su creador.
El innovador reloj, que está diseñado para tener una vida útil de 10 años, ha sumado un conjunto de mejoras con respecto a los prototipos iniciales. Por ejemplo, el dispositivo es portátil, lo que permitirá que los padres puedan llevarlo consigo durante la realización de tareas cotidianas. Además, incluirá un software para que los familiares puedan buscar y descargar los pictogramas que se adapten a sus necesidades y que faciliten el flujo de comunicación con sus hijos.
“Conscientes de las dificultades para controlar cada tarea, hemos incorporado una lámina para que los padres puedan dibujar las próximas actividades o incorporar fotografías”, lo que dará una mayor personalización del reloj en el ambiente familiar o académico. En la misma línea precisa que para reducir la sensación de inquietud o incertidumbre de los niños con TEA cuando se desconoce la duración exacta de una tarea existe la opción de poner el pictograma de la interrogación, “dando a entender que algo sucederá en un lugar preciso, pero que no se sabe por cuánto tiempo. Por ejemplo, ir en el coche o de compras”.
El potencial del reloj para personas con TEA hace que Collazos sueñe en grande. “Deseo que, en los próximos años, todas las familias y personas del mundo que requieran de este producto lo puedan adquirir, ayudándoles a establecer una comunicación directa con sus seres queridos”. Un modelo que incluso prevé pueda ampliarse aún más, exportándose a las residencias de la tercera edad, lo que facilitaría a las personas con daños cognitivos el control de las tareas previstas para el día, así como el tiempo destinado para cada una.