El reconocido venezolano está revolucionando la oferta gastronómica madrileña con su primer restaurante: Federica.
La comida y el arte se fusionan en Federica. El primer restaurante del chef venezolano Oswaldo Sánchez está revolucionando el sector gastronómico. Cada plato se elabora con la máxima dedicación, como el pintor que afina cada pincelada sobre el lienzo. Además, tal y como ocurre en las galerías de arte, los camareros explican las características de cada plato a los comensales. Así se entienden los matices que lo hacen único. “Cuando nos paramos frente a un cuadro, podemos decir si nos parece bonito o qué nos transmite, pero cuando nos lo explican entendemos muchas más cosas y le damos otro valor. Lo mismo ocurre con la gastronomía”, explica a IberoEconomía el que fuera jefe de cocina en el Marriot.
Su pasión por los fogones comenzó con 15 años. Aunque estudió Marketing y Relaciones Institucionales, el joven venezolano sabía que su futuro estaba en la cocina. “Empecé desde abajo, como lavaplatos. Luego estudié en Italia un curso de cocina mediterránea y otro de Fusión Molecular, esto me permitió ir creciendo para ser el jefe de cocina en el Marriot y chef en el Eurobuilding”, recuerda. Una trayectoria que ha seguido en Madrid, donde ha formado parte, por ejemplo, del restaurante Ramses Life en la Puerta de Alcalá.
“Desde que llegué a España tenía en mente emprender y crear mi propio negocio”, explica el chef. El sueño se convirtió en realidad hace cuatro meses con la apertura de Federica. “Es el nombre que siempre había querido para mi hija. Sin embargo, mi esposa y yo decidimos que nuestra primera hija se llamase Sofía, así que Federica quedó para mi segunda niña, mi restaurante”, confiesa sonriente. “Además, es un nombre que significa ‘la que da paz’, y esto es lo que para mí representa la cocina: paz”.
Apenas lleva unos meses dentro de la oferta gastronómica madrileña y Federica ya ha encontrado su propio nicho. “Uno de los aspectos que nos diferencia es que, a pesar de que tenemos platos tradicionales, su sabor no es el habitual, por lo que hacemos nuestra cada receta y damos pinceladas de cocina mediterránea y de fusión”, matiza Sánchez.
Una oferta que, desde finales de febrero, se ampliará a través de las sesiones de trampantojo, “una técnica por la que se presenta un plato tradicional, por ejemplo unos espaguetis, pero que está elaborado con materiales totalmente diferentes, por lo que el sabor no está relacionado con la imagen que se percibe”, explica.
La ilusión óptica aplicada a la gastronomía le ayudará a “seguir como el mejor restaurante de la zona de Conde Duque, puntuado por TripAdvisor”. Una puntuación que le permite llegar a un público consolidado entre los 28 y 55 años y con ‘hora punta’ durante los desayunos, meriendas, y cenas de los fines de semana, “donde siempre hay que reservar ya que el volumen de clientes es alto”.
“Hemos tenido la suerte de que Federica ha sido rentable desde el día uno”, afirma el chef que también ha participado en el programa ‘Vitrinas’ de Televen. Aunque cuenta con un ticket medio de unos 30-35 euros, es precavido de cara al futuro: “Quizá hemos tenido unos buenos resultados porque el lanzamiento fue a finales de año, pero también es cierto que hay otros establecimientos que han tenido que poner dinero durante el primer año, mientras que nosotros hemos logrado una rentabilidad inmediata”, sentencia.
Las musas del fogón
Sánchez ha dedicado tres meses a la elaboración de la carta de Federica. Un esfuerzo que se transformó en 20 platos y 8 postres únicos, todos ellos estandarizados para que cada día tengan la misma calidad. Su capacidad creativa sigue activa y cada semana propone nuevos platos para medir su aceptación entre el público y valorar su incorporación a la carta, pero no sólo de su actual restaurante, sino de los próximos que le gustaría abrir en España.
“Me gustaría, cuando Federica cumpla un año, poder abrir mi segundo restaurante en Madrid. La idea es contar con un grupo de restaurantes, todos con nombre de mujer, pero marcados por un estilo en particular. Si este primero se caracteriza por la comida mediterránea, el próximo podrá ser de comida española, latinoamericana o de fusión”, adelanta Sánchez, quien mantiene relación con otros reconocidos chefs como Joan Roca y Martin Berasategui.
A la espera del nuevo proyecto gastronómico de Oswaldo Sánchez, la ciudad de Madrid sigue deleitándose con unos platos dignos de exponerse en una galería de arte.