David Deibis escoge Madrid para lanzar su línea de maquillaje con una inversión de 80.000 euros

Nació en Boconó, un pueblo del estado de Trujillo, Venezuela, hace 50 años. El amor por su trabajo, su constancia y dedicación le han valido para convertirse en el primer latinoamericano en trabajar para las casas de moda más grandes del mundo (Versace, Chanel, Giorgio Armani, Yves Saint Laurent). En 2011 llegó a España “por amor” y después de convertirse en el maquillador de confianza de las celebrities españolas, ahora trabaja en el lanzamiento de su propia línea de maquillaje: David Deibis Cosméticos.

¿En qué momento decides que quieres ser maquillador profesional? ¿Cuándo y cómo te empezó a atraer este mundo?

No es algo que yo decidiera. En realidad, quería ser publicista y me gradué en Publicidad y Mercadeo. La decisión fue de Luigi Ratino, el mánager de una agencia de modelos venezolana. Yo trabajaba para él como booker y descubrió mi inquietud por el arte del color y del maquillaje. Me propuso hacer un casting para la gente de Versace, quienes venían a Venezuela buscando un maquillador internacional para llevárselo a Milán. En aquel entonces iban a lanzar su línea de maquillaje, una que ya no existe. Creo que se interesaron por mí porque era joven y hablaba perfectamente italiano. Pasé de no ser maquillador a ser el maquillador profesional en Italia de la línea de Gianni Versace.

¿Cómo te formaste?

No, jamás tuve formación. Nunca tuve un profesor de maquillaje. Creo que no es necesario hacer tantas inversiones, ir a escuelas o tener un título. No tengo nada de eso. Todo esto me vino en la sangre. Creo que cuando tienes arte, cuando tienes buen gusto y tienes claro lo que quieres hacer con este arte, simplemente lo haces.

Has sido el primer latinoamericano en trabajar como maquillador artístico para las casas de moda más grande del mundo¿Cuál crees que ha sido la clave de tu éxito?

Todavía me emociona un poco porque nunca lo busqué. Empecé con Versace, fui maquillador de la casa Chanel para todas las Américas durante ocho años, he trabajado también con Giorgio Armani e Yves Saint Laurent en el presente. Tampoco me siento un hombre exitoso, pero la clave del éxito, diría que radica en la constancia y la dedicación. Hay que ser visionario.

¿En qué dirías entonces que se distingue tu trabajo del de los demás?

Esto es algo que les digo siempre a las nuevas generaciones que vienen a pedirme consejo. No basta sólo con manejar la técnica. Para destacar sobre los demás entran en juego también otras cualidades: las humanas. Hay que saber estar, ser prudente, educado y respetuoso. Yo no busco protagonismo; los protagonistas son ellos, mis famosos, muchos de los cuales son también mis amigos. Respeto su privacidad. Esto es lo que, quizá, distingue mi trabajo.

¿Ser venezolano te ha abierto o te ha cerrado puertas?

Esto es complicado. (Risas). Es un arma de doble filo. Me beneficia en el sentido de que traigo todas las herramientas de Venezuela. Mi autoformación fue inspirada en la mujer venezolana que -no es dicho por mí, sino por los libros Guinnes- es la mujer más bella del mundo. Ninguna otra mujer en el mundo tiene su actitud. De ella aprendí a crear, a saber hasta dónde se manejan las cantidades de maquillaje y a resaltar la belleza. Sin embargo, cuando empecé a trabajar en Europa tuve que cambiar el chip y bajar el volumen a todo lo que hacía. Me decían que no pusiera pestañas postizas, que no maquillara tan fuerte o que no utilizara tanta laca. También en España he tenido clientas que eran reacias a trabajar conmigo sólo por ser venezolano. Pensaban que les iba a poner la cara como una puerta. Eso cambiaba cuando me conocían y veían mi trabajo. Tenemos un estigma por eso. Pero lo entiendo, cada país tiene su cultura, su idiosincrasia y su estilo.

Háblame de tu llegada a España, ¿qué retos viniste a afrontar aquí?

No vine con ninguna perspectiva. Suena un poco cursi, pero en realidad vine por amor aunque a los pocos días de llegar empecé a trabajar; en concreto, en la boda de Carlos Baute. Soy una persona muy positiva, creo mucho en mí mismo, en mi trabajo y en el arte de mis manos. Empecé con buen pie y luego se fue dando solo. España me proporciona todo lo que necesito y me hubiera encantado encontrar este país antes.

En la actualidad estás inmerso en varios proyectos, ¿cómo consigues tener tantos frentes abiertos y que todos sean rentables?

Sí, tengo un blog semanal en la revista ‘Love’, soy maquillador para Giorgio Armani e Yves Saint Laurent, creativo de la firma GHD y colaboro con Flora González en dos programas de moda y tendencia en ‘Non Stop People’. Desde hace un tiempo también soy el creativo de la cadena de peluquerías Aires. Lo difícil es cuadrar agendas para complacer a todos. Obviamente esto es un trabajo, pienso en el dinero, pero siempre tengo muy en cuenta a la gente con la que trabajo, en complacerles a todos.

¿Qué nuevos retos te esperan a nivel profesional?

Estoy trabajando en el lanzamiento de mi propia línea de maquillaje. Y no es fácil. Si he hecho de mi nombre una marca, no puedo ofrecer un producto que sea una chapuza. Por fin he dado con el producto adecuado y tengo hasta el logo. Ahí he explotado mi vena de publicista y lo he diseñado yo mismo, a pesar de que recibí muchas ofertas de profesionales que estaban interesados en hacerlo. Este ‘niño’ debería nacer para septiembre.

¿Cuánto dinero has invertido en este proyecto?

He empezado de cero, con una producción mínima. Primero voy a lanzar la línea en Madrid, donde ya tengo 30 espacios de distribución, luego la lanzaré a nivel nacional y, por último, daré el salto internacional. Son tres productos: labial, gloss y máscara de pestañas. No estamos hablando de una línea completa, pero se trata de una inversión mínima de 80.000 euros. Luego iremos creciendo, pero pueden pasar hasta cinco años hasta que la marca se consolide. Así va a ser David Deibis Cosméticos.

Para terminar, ¿cómo prefieres a la mujer: con o sin maquillaje?

Sin maquillaje, definitivamente. ¡Y fíjate que soy maquillador! Pero si lo digo dado un consejo, el maquillaje es pigmento, y aun con todo lo que la tecnología ha avanzado, no es lo mismo a dejar que la naturalidad traspire. Mientas menos apliques maquillaje y cuanto menos tiempo lo tengas en el rostro, tu piel va a ser más joven, más saludable y va a estar mucho mejor.