Los precios de la vivienda siguen creciendo. El mercado inmobiliario, que registró un importante ajuste durante la coyuntura económica, ha retomado su tendencia alcista desde 2013, aunque de una forma desigual. “El área de nueva vivienda aún mantiene una evolución más tímida en comparación con la registrada por la vivienda usada. No obstante, los datos apuntan a que el crecimiento de los precios se mantendrán durante los próximos meses y se extenderá hasta el mercado de las nuevas viviendas”, indica a IberoEconomía el economista Alejandro Arnao.
El aumento no se percibirá en toda España por igual. Arnao indica que “las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia, registran los cambios más altos con cifras de doble dígito, mientras que en otras zonas urbanas más alejadas el volumen disminuye e, incluso, pueden contar con una caída en los precios”. De ahí que considere que “los precios del mercado inmobiliario no están inflados, sino impulsados por la reactivación del mercado de alquiler que ha encontrado en una leve reactivación del empleo y de acceso a la financiación una oportunidad de crecimiento”.
Ante las propuestas de establecer un control al mercado para evitar una nueva burbuja inmobiliaria, el economista recuerda que “no es una práctica recomendable, ya que todo freno al mercado genera un aumento de la demanda y terminará generando un precio mucho más alto al que realmente tiene el inmueble”. En este sentido, es más partidario de “buscar otro tipo de políticas que permitan favorecer el alquiler y, con el aumento de la demanda y la necesidad de ser más competitivos, la caída de los precios”.
La promoción del mercado de alquiler puede pasar, según indica Arnao, por uno de los grandes retos del sector: crear un marco regulatorio aún más atractivo que la Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de viviendas. Un proceso para el que será necesario revisar algunas de las medidas más comprometidas que se han sumado, como son la prorroga de obligatoriedad de cinco a tres años, puntualiza el economista.
Al margen de las medidas aún necesarias en el mercado y al aumento de sus precios por el resurgir del alquiler, el economista considera difícil el riesgo de una nueva burbuja inmobiliaria, ya que “las lecciones están aprendidas y se han implementado controles para evitar que se repita”. Sin embargo, tampoco deja todas las puertas cerradas, ya que “el hombre es el único animal capaz de darse dos veces con la misma piedra”.